¿Cuántas veces cuando vamos caminando por las calles estamos atentos para no ser atacados o contagiados por alguna enfermedad o virus que transmitan los animales con los que convivimos?
Uno de los insectos con los que a diario coexistimos, y no nos damos cuenta del daño que puede causar, es el mosquito.
La mejor forma de prevenir el dengue es cambiar la mentalidad tanto de forma individual como colectiva, realizando esfuerzos para eliminar cacharros y limpiar zonas comunes.
María del Consuelo acudió a atenderse a un sistema de salud del estado en donde es derechohabiente y le comentó al médico en turno que tenía fiebre y dolores articulares, además de sentirse sin fuerza. El doctor, sin voltear a verla, le mencionó que no era dengue, y la envió a su casa:
“Le solicité al doctor que me hicieran la prueba para ver si tenía dengue, ya que me sentía muy débil; incluso con el dolor de cabeza sentía que podía desmayarme, pero me dijo el doctor que me lo hacía, sólo que esperaría un mes para tener los resultados de la prueba” (sic).
María regresó a su casa y luego de dos días asistió a urgencias de la clínica #18 del IMSS en Torreón, de la que también es derechohabiente, con los mismos síntomas. Ahí la atendió el personal de enfermería y después de una prueba, le dijeron que sí tenía dengue.
Aunado a ello, le aplicaron un suero con glucosa y después la mandaron a casa a recuperarse con los cuidados que se sugieren para esta enfermedad:
“Me dijo el doctor que me atendió que sólo tomara paracetamol y sueros de cuatro a cinco días”.
En el estado de Coahuila, según información de la Secretaría de Salud, se ha presentado una incremento muy notable en los casos de dengue, ya que en 2023 los casos positivos fueron 151 y ninguna pérdida humana, mientras que hasta el 22 de noviembre de 2024 se contabilizaron 4 mil 524 y 33 defunciones.
Se trata de una situación que debe preocupar a las autoridades y en la que se debe poner especial atención al aumento de la curva epidemiológica que está surgiendo en la región, principalmente en los municipios de Saltillo, Torreón, Francisco I. Madero, Acuña, Zaragoza, Morelos, San Pedro y Múzquiz.
Una publicación del Instituto de Salud Global de Barcelona indica que al año el mosquito puede llegar a matar a un millón de personas, 600 mil de ellas por malaria, enfermedad transmitida por el mosquito Anopheles que ataca por lo regular a niños y niñas, mientras que alrededor de otras 400 mil pérdidas han sido provocadas por el Dengue, Chikungunya y Zika.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que en las últimas décadas ha aumentado enormemente la incidencia del dengue en el mundo. En diecinueve años, los casos del virus transmitido por este insecto pasaron de 505 mil 430 a 5.2 millones de infectados.
Según un informe publicado el 3 de octubre de 2024, la OMS atribuye el aumento de contagios a factores como la urbanización no planificada y prácticas deficientes en materia de agua, saneamiento e higiene; el cambio climático, con el que las temperaturas aumentan cada vez más, y los viajes internacionales facilitan la rápida propagación geográfica del dengue.
En México, en el año 2023, se infectaron 42 mil 203 personas con el virus del dengue y fallecieron 82, mientras que en el 2024 se llegó a los 110 mil 281 contagios y 262 defunciones hasta la semana 46, según datos de la Secretaría de Salud en la publicación Panorama Epidemiológico del Dengue 2024.
Crecimiento exponencial
Para el epidemiólogo René Ayala, uno de los factores que ha incrementado la reproducción del mosquito transmisor del dengue es la capacidad que están teniendo estos insectos a adaptarse a las circunstancias del lugar o entorno en el que se encuentran; por lo tanto, se hacen resistentes también a los insecticidas que se usan en las fumigaciones para abatir al bicho:
“El cambio climático tiene algo que ver. Esta era una enfermedad que se encontraba limitada a climas tropicales; por eso no se le prestaba atención. Sobre todo se daba en las costas, pero se ha ido centralizando; incluso ha ido a climas fríos como Estados Unidos, y en Europa ya se están presentando casos de dengue.
Aparte del cambio climático, el mosquito, como todo ser vivo, se adapta a las circunstancias; se está adaptando a climas fríos”.
Otro de los factores que ha incrementado el contagio del dengue en la región es la migración de la gente del campo a la ciudad, ocupando espacios periféricos en donde el mosquito se puede reproducir en volúmenes más grandes que en los lugares ya habitados, además de que la zona no está controlada por las jurisdicciones sanitarias, y al crear colonias nuevas, no hay un control de vectores en ese sector, además de que la predicción de la OMS dicta que cada año 400 millones de personas se contagian del virus y 40 mil pierden la vida, en su mayoría niños.
El doctor Roberto Bernal, quien ha sido jefe de la Secretaría de Salud en Coahuila, compartió las tareas que esta jurisdicción deben realizar tras el alza de contagios por la vía del vector:
“… se deben crear campañas masivas de tira, tapa, voltea y limpia.
Los alcaldes de cada municipio deben colaborar con fumigaciones en conjunto.
Las jurisdicciones sanitarias, deben continuar con la instalación de ovitrampas y el estudio de efectividad de los insecticidas porque se puede estar fumigando y tener una mutación en el vector que sea resistente a la fumigación”
En cuanto a las zonas de más infección, el médico indica que se debe hacer mayor difusión de los síntomas y dar atención prioritaria a los pacientes.
Las predicciones dicen que los mosquitos que transmiten el dengue, Aedes agypti y Aedes albopictus, estarán adaptados a climas fríos para el año 2050, y se van a empezar a presentar en climas de extremos fríos como Ucrania, Polonia, Rusia.
Definiciones para clasificación del dengue
El doctor René Ayala comparte que desde el año 2009, la OMS cambió las definiciones del dengue, ya que sólo se clasificaba en dos tipos: el dengue clásico, con los síntomas como el dolor de cabeza, fiebre y los dolores intensos del cuerpo, y el dengue hemorrágico, que produce una hemorragia y debe atenderse en hospital.
Ahora, llegaron cuadros diferentes con síntomas de un dengue clásico y fallecían o presentaban cuadros hemorrágicos y se recuperaban rápido.
El epidemiólogo nos comparte las nuevas definiciones de dengue y sus síntomas:
Dengue sin datos de alarma /DSA (dengue clásico): Dolor de cabeza, fiebre de 39-40 grados, dolor de cuerpo, náusea o vómito.
Su tratamiento es de soporte; hay que tomar mucho líquido para orinar cada cuatro o seis horas y evitar deshidratación por la fiebre. Se necesitan analgésicos para las molestias y el dolor.
Paracetamol un gramo cada ocho horas y de rescate el metamizol sódico.
Dengue con signos de alarma/ DCSA: Foco rojo; se puede complicar. Empieza con dolor abdominal que no se quita, vómito. No pueden tomarse líquidos ni alimentos; disminuyen las plaquetas, se pierde líquido y sube la hemoglobina. Se tiene que estar en constante observación en hospital ya que puede evolucionar a dengue grave.
“Su tratamiento es exactamente igual que en el dengue sin datos de alarma, líquidos y analgésicos, pero la diferencia es que tiene que estar el paciente hospitalizado, hay un foco de alarma, el paciente se puede poner en estado crítico y puede fallecer. Dependiendo de que tanto hayan bajado las plaquetas se puede o no trasfundir concentrados plaquetarios, este es un error que cometen muchos médicos que ya nomas por que ven plaquetas bajas trasfunden y no, arriba de 20 mil plaquetas no hay motivo o necesidad para trasfundir concentrados plaquetarios”
Dengue Grave /DG: (Dengue hemorrágico) Se sangra por dentro en el cerebro, en el intestino; hay evacuaciones, sangrados profusos, presión baja, pérdida de conciencia, daño a órgano, infarto, hígado disfuncional, falla en riñón, síndrome por shock por dengue, que es la causa mortal. Afortunadamente, estos pacientes que evolucionan a dengue grave únicamente se presentan en 1 % a máximo 5 % de todos los dengues. El tratamiento sigue siendo el mismo: líquidos, analgésicos, quizá soporte vital; aminas, ventilación mecánica, si se está perdiendo sangre de manera importante.
“Si se transfunden paquetes globulares, aquí ya se pueden transfundir plasmas frescos, concentrados plaquetarios, pero sigue siendo puro tratamiento soporte, no hay ningún tratamiento en específico, no hay más que ofrecer”.
Medidas preventivas
Un experto en materia sanitaria, quien prefirió el anonimato, compartió ciertas medidas que la Secretaría de Salud, a través de sus jurisdicciones, debe llevar a cabo con efectividad para obtener resultados satisfactorios y lograr un mejor control de la reproducción y el cultivo de larvas. La fumigación, por sí sola sólo elimina los mosquitos en fase adulta.
Prever el número de lluvias anuales para anticiparse a la limpieza de terrenos donde puedan existir cacharros que acumulen agua y se conviertan en caldo de cultivo.
Vigilar la virulencia del vector, es decir, la capacidad para infectar, causar enfermedades y dañar un organismo.
Realizar acciones de salud como la fumigación y la colocación de ovitrampas para estudiar los mosquitos y verificar la eficacia del insecticida, dado que el insecto puede sufrir mutaciones.
Llevar a cabo campañas masivas con municipios.
Abatir en recipientes forzosos como estanques, contenedores de agua, y fumigar.
Aunque algunos especialistas aseguran que las fumigaciones ya no son tan efectivas como antes, existen insecticidas que siguen siendo eficaces sin dañar a los seres humanos.
La mejor prevención es cambiar la mentalidad tanto de forma individual como colectiva, menciona René Ayala:
“… aquí se requiere un esfuerzo individual para quitar todos los cacharros, cualquier recipiente que contenga agua limpia. En el caso de las mascotas, hay que lavar todos los días sus contenedores de agua para no darle oportunidad al mosquito del dengue de reproducirse dentro del recipiente. A la vez, se requiere un esfuerzo colectivo para que los vecinos puedan ponerse de acuerdo y limpiar zonas que estén a su alcance, como parques y placitas, ya que también cuidamos a nuestros vecinos y nuestras familias”.
Una de nuestras fuentes aseguró que otra de las claves para superar el aumento de contagios en Coahuila es el trabajo en equipo:
“Es esencial cerrar filas y realizar mesas de trabajo donde las acciones sean más cercanas, evitando que cada quien trabaje por su cuenta. El trabajo conjunto es enriquecedor porque permite compartir información y planes con objetivos comunes, lo que resulta en el control de contagios en la región”.
Vacunas
El epidemiólogo René Ayala comentó que, aunque existe una vacuna para el dengue, no es recomendable para el estado de Coahuila. Cuando una persona contrae dengue por segunda vez, la enfermedad tiende a ser más grave debido a la fisiopatología del mosquito y los efectos dentro del organismo.
Al infectarnos con dengue por primera vez, podemos ser asintomáticos o tener síntomas leves, pero al generar anticuerpos, si nos volvemos a infectar con otro serotipo diferente, podemos desarrollar una forma grave de dengue. Los anticuerpos que generamos pueden ayudar al virus a ingresar más fácilmente a nuestras células.
Lo mismo ocurriría con la vacuna: si nos vacunamos, generamos anticuerpos, y si un mosquito con un serotipo diferente al primero nos pica, el tipo de dengue que adquirimos sería grave. Por esta razón, la vacuna no se recomienda en Coahuila.
“La vacuna es únicamente para zonas de alta prevalencia, donde coexisten los cuatro serotipos de dengue. Allí, las personas siempre tienen anticuerpos de los cuatro serotipos y, si se vacunan, seguirán generando anticuerpos contra todos ellos. Para ellos, la vacuna sí es beneficiosa”, explicó Ayala.
Esto es lo que explica por qué en la región no se recomienda la vacuna, ya que el serotipo que predomina en Coahuila es el serotipo 3. Incluso por esta razón, en México no se incluye en el esquema nacional de vacunación.
“Creemos que en el bache donde llovió o en la laguna habrá dengue, pero no es así. Si bien hay mosquitos, no son los que transmiten el dengue. Al mosquito, como a nosotros, le gusta el agua limpia y estancada. Si es agua sucia, no hay Aedes aegypti; si no hay Aedes aegypti, no hay dengue”, finalizó el epidemiólogo.
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