El fin de año trajo varios acontecimientos: el más importante fue la inesperada muerte del gobernador Miguel Barbosa Huerta la mañana del 13 de diciembre. Esto modificará los dos años que le quedan aún al sexenio y las elecciones de 2024. El Congreso del estado, el 15 de diciembre por la madrugada, designó al nuevo gobernador de Puebla: el entonces diputado de Morena Sergio Salomón Céspedes, quien ahora tiene el gran reto de dirigir la política de un estado que se ha descompuesto en los últimos años.
?En respeto al dolor de los seres queridos y amigos del exgobernador Miguel Barbosa, el Movimiento Antorchista evitó hacer declaraciones de cualquier tipo en esas fechas. No era conveniente. Pero de todos es sabido que no coincidíamos con las políticas de Barbosa y que fuimos perseguidos durante los tres años y medio que gobernó. No fuimos los únicos, desde luego. Pero sí de los pocos a quienes jamás pudo probar una sola de sus acusaciones. Y aquí seguimos: organizando y educando a cientos de miles de poblanos que cada día sufren los malestares del hambre y la explotación.
Puebla ganaría un récord con su alto número de gobernadores en el menor número de años. Muchas son las causas de esta crisis, porque las ansias de poder son capaces de todo para saciar su hambre política. Desde 2017 hasta 2022, en cinco años, ocho políticos de casi todos los partidos han llegado a Casa Aguayo. Y dos de ellos fallecieron en funciones. Además de otros problemas políticos y peleas entre quienes detentan el poder económico, estos cambios de gobierno tan rápidos provocaron que el estado esté paralizado y no tenga un plan de desarrollo.
Ejemplo de ello es que casi el 70% de los poblanos es pobre, ganando uno o dos salarios mínimos, que son insuficientes para alimentar a la familia, para comprar una casa decente, para vestir a los hijos o para darles educación. En el estado, desde hace varios años, no hay empleos formales que alcancen para todos y por eso millones trabajan en la informalidad o, también, algunos deben buscar formas ilegales para hacerse de dinero. Vivimos en una crisis económica que se agrava cada día. Además, el sistema de salud se colapsó, cuando menos desde que tomó el poder presidencial Morena, por eso tanta gente murió durante la pandemia de covid en México y en Puebla. La educación tuvo un fuerte retroceso y las clases en línea no ayudaron a que los niños y jóvenes aprendieran. Y una vez que regresaron a las clases presenciales, volvimos a ver que las escuelas no tienen laboratorios, canchas deportivas, salones de arte, bibliotecas, salas de cómputo y algunas ni siquiera baños decentes. Para colmo, con el gobierno de la Cuarta Transformación poblana se dejaron de hacer obras en los pueblos y en las colonias en una supuesta lucha contra la corrupción, que no acabó con la corrupción, pero que sí canceló la realización de obras necesarias en todo el estado. En una revisión rápida de las obras realizadas en los últimos cuatro años, el gobierno estatal reprobaría. Por eso, Puebla vive en crisis.
Al nuevo gobierno, aunque tendrá poco tiempo, le conviene hacer las cosas de manera diferente para que los poblanos puedan tener empleos, buenos salarios, educación, salud y obras en sus pueblos y colonias; es decir, que dejemos de ser un estado pobre y hambriento e iniciemos una época de desarrollo y progreso, con un gobierno que, si quiere, puede promoverla e impulsarla.
Urge una política de alto calibre que trabaje por los poblanos pobres, que son quienes levantan, con su sudor de todos los días, a este estado. Eso es lo que pide Antorcha.
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