MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Revocación de mandato como amenaza a la democracia

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En muchas ocasiones la memoria colectiva no registra o no recuerda los procesos sociales. El agosto del año pasado los diputados del partido Morena lograron legislar con respecto a la revocación de mandato. El 14 de septiembre de 2021 el Diario Oficial de la Federación (DOF) publicó la ley donde dice en su Artículo 5: “El proceso de revocación de mandato es el instrumento de participación solicitado por la ciudadanía para determinar la conclusión anticipada en el desempeño del cargo de la persona titular de la Presidencia de la República, a partir de la pérdida de la confianza”. Es decir, la revocación es un instrumento que sirve para quitar anticipadamente al presidente en turno si los ciudadanos consideran que su desempeño es ineficiente. No obstante, el reciente ejercicio democrático de revocación de mandato realizado el 10 de abril fue todo lo contrario a los objetivos establecidos en el DOF.

Esta revocación no la solicitaron al Instituto Nacional Electoral (INE), organizaciones o ciudadanos que están en contra del desempeño del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), sino integrantes del partido del presidente, Morena. Durante el proceso funcionarios públicos, diputados, senadores, gobernadores y hasta el propio presidente de la república, todos ellos pertenecientes al partido Morena, violaron sistemáticamente la ley electoral para hacerle promoción y resaltar la figura presidencial, en franca violación al orden constitucional que ellos mismos propusieron hace menos de un año. 

La movilización electoral fue netamente morenista, pero a costa del dinero público. Esta jornada le interesaba mucho al presidente y a los morenistas porque es uno de los primeros ensayos para conocer la fuerza partidaria de Morena, su capacidad real de movilización, dónde están ubicadas las poblaciones que apoyan o no al presidente y reforzar su estructura electoral. Tener esa información les permitirá prepararse, con estadística en mano, para las elecciones de julio de este año y la de 2024.

El ataque y asedio al INE por parte de AMLO y Morena no son recientes y responden a un plan articulado que busca dar el golpe final a un instituto autónomo que fue creado con mucho esfuerzo por todos los mexicanos y resultado de las luchas de los grupos sociales anteriormente marginados del poder. La transición a la vida democrática del país a través de la creación de nuevas instituciones autónomas del gobierno costó vidas, no sólo eso, muchos de los que gobiernan ahora fueron víctimas del viejo sistema represor y autoritario, aunque ahora Morena pretenda ocultarlo. Antes de su existencia, las elecciones eran organizadas por el entonces partido hegemónico (Partido de la Revolución Institucional, PRI) y la Secretaría de Gobernación, quienes operaban, controlaban y “ganaban” las elecciones. Ahora se sabe que el actual honorable director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de la 4T, Manuel Bartlett, hizo fraude en 1988 para que ganara el candidato del PRI. 

El recorte al presupuesto del INE para el ejercicio de 2022 -a pesar de que era año de elecciones y, además, revocación de mandato- fue para ponerlo en aprietos y obligarlo a reducir su capacidad de operación. Acto, seguido, Morena comenzó a atacar mediáticamente al INE porque “no se apretaban el cinturón, son corruptos” y mostró sus verdaderas intenciones: reformar el sistema electoral para crear uno que favorezca el sometimiento del poder electoral al Poder Ejecutivo. 

Inmediatamente cerradas las casillas, la cúpula morenista lanzó acusaciones serias y graves. El propagandista más influyente del proyecto de la 4T en presidencia, Epigmenio Ibarra, dijo que “el INE traicionó a la democracia, lleva meses traicionándola. Todos los argumentos de la derecha son extraídos de las declaraciones de Lorenzo Córdova y su patiño Ciro Murayama”. A esa narrativa se sumaron los gobernadores morenistas firmando un desplegado donde acusaban al INE de evitar la participación del pueblo. Días previos a la revocación, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, sentenció en Sonora diciendo: “se van a ir todas esas que ahora se llaman autoridades electorales… esos ya se van y los vamos a ver pasar por el frente con la cola entre las patas”. El recrudecimiento de los ataques al INE iniciados por el presidente, se agrava al sumarse la ola de secuaces, por lo que puede advertirse que están cerca de la última estocada. 

A la luz de los hechos, el objetivo partidario no era usar la revocación de mandato para remediar un descontento social, sino activar la estructura electoral del partido del presidente con miras a las elecciones de junio de 2022 y 2024 y de continuar denostando al INE. 

El presidente y Morena están a un paso de cumplir su plan contra el INE y buscarán por todos los medios posibles controlarlo a su voluntad. Si llegan a lograrlo, estaremos retrocediendo, pues volveríamos al presidencialismo ramplón del nuevo partido hegemónico y ya no habrá instituciones que equilibren el ejercicio del poder. Es oportuno pronunciarse, exigir pleno respeto a la ley y defender al INE por todos los medios posibles. Morena y el presidente no quieren construir un México democrático, quieren construir un México de Morena. 

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