MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Rubén Muñoz, soldado del presidente

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Antes de ser presidente de la República Mexicana, el licenciado Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer que llevaría a cabo la cuarta transformación en México, dando por sentada la primera (la independencia de México); La reforma (segunda) y la Revolución Mexicana (tercera). La idea que manejó en su campaña y continúa en su administración, se refiere, brevemente, a llevar un cambio profundo en el país fuera de corrupción, de impunidad, austero y donde se el pueblo sea el primero, ¿para qué? No lo ha especificado.

Para eso, los políticos que ocupan un cargo público no deberán robar, mentir y traicionar al país con actos inmorales, además, deberán ser austeros y dedicarse a la atención de las necesidades del pueblo. Todo esto complementando la idea "no puede haber un gobierno rico con un pueblo pobre". Su clave, es que con lo que recupere lo robado, de su lucha contra la corrupción y con el aumento de apoyos asistencialistas sacará a los pobres de su desgracia.

Este pensamiento disfuncional, surtió efecto en gran parte de la población, por la misma razón en que se explica el triunfo del magnate mexicano: los mexicanos, hartos de las atrocidades de los gobiernos anteriores, decidieron darle la oportunidad al nuevo partido Morena, ante la ilusión de un cambio. Pero, los políticos que abrazan o dicen abrazar estos pensamientos románticos lo hacen por puro interés político, mucho de el al ver la "popularidad" que le queda a nuestro presidente, por miedo o simplemente por mantenerse al margen, aprovechan para satisfacer sus ambiciones. A sabiendas de que la situación del país es inestable en todos los sectores de la sociedad.

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Este pensamiento lleno de contradicciones se encuentra ya muy rebasado por la realidad, según el índice de Estado de Derecho del World Justice Proyect 2020 nos coloca dentro de los 10 países más corruptos en el mundo, casos como el de Pío Obrador, Manuel Bartlett, Ana Guevara y Felipa Obrador han quedado impunes, la pobreza no logró disminuir, al contrario, este año 20 millones de mexicanos se quedaron sin empleo, los apoyos monetarios no lograron impedir la creciente desigualdad económica. Los últimos acontecimientos, como es el caso de las inundaciones en Tabasco, se dejó al abandono a los miles de familias pobres.

Pues bien, si tomamos en cuenta que las condiciones para que alguien se pueda declarar soldado de Andrés Manuel López Obrador, Rubén Muñoz incumple con casi todo: envuelto en el problema de corrupción del Infonavit, dejando a un lado la austeridad se incrementó en un 25% su sueldo junto con los demás regidores. Su atención a la ciudadanía es mala, realiza promesas que no cumple dando apoyos sociales solamente a los simpatizantes de su partido, si le agregamos que endeudó por 140 millones al Ayuntamiento de La Paz, que por lo dicho de su capitán es una forma de traicionar a la patria. Aquí quedaría claro que no podría llamarse soldado del presidente ni de la 4T.

Pero, como es disfuncional, el mismo magnate mexicano tampoco cumple con estos requisitos, la realidad es la que nos dice que no es un gobierno en beneficio del pueblo, que la corrupción y la impunidad están más vigentes, que la pobreza crece en pasos gigantescos, las políticas implementadas y el rencor político están provocando grandes estragos en la sociedad. La cuarta transformación, por lo tanto, es una vil mentira. Al reducirse el ideal de Morena a lo que haga y diga un solo hombre, a pesar de contradicciones profundas en el decir y el hacer, hacen que Rubén Muñoz sea un gran soldado a la defensa de esta vicisitud. 

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