El lunes 30 de marzo en México se hizo la "declaratoria de emergencia sanitaria de fuerza mayor" ante los casos de coronavirus que se han diagnosticado y que vienen al alza en los últimos días, por lo que se anunció que la suspensión de actividades no esenciales se extenderá hasta el 30 de abril de 2020. México entró a esa fase de "emergencia" a una semana de haberse puesto en marcha la Jornada Nacional Sana Distancia, que mantiene el propósito de que las personas permanezcan a metro y medio cada una de otra para evitar contagios de Covid-19.
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, ante la pandemia que crece día a día en el país y en el mundo externó: "Se reconoce al Covid-19 como enfermedad grave. Y se recomienda a los habitantes del país, que permanezca en sus casas". Por su parte, el subsecretario de Prevención y Protección a la Salud, Hugo López-Gatell informó que hasta ahora suman 4,219 casos, 273 defunciones y hay 9,983 sospechosos.
A mediados del mes de marzo luego de que el coronavirus fue declarado como pandemia, las alertas se encendieron en México; sin embargo, las autoridades sanitarias y gubernamentales con López Obrador a la cabeza declaraban a cada momento que no era una emergencia. Una de las medidas más eficaces que se aconsejaron a nivel mundial para destruir el coronavirus es el lavarse las manos con regularidad, sin embargo, se sabe que solo tres de cada cinco personas en todo el mundo tienen instalaciones básicas para lavarse las manos, según los últimos datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
"A medida que la pandemia continúa extendiéndose, la UNICEF le recuerda al público la importancia del lavado de manos como una medida de prevención clave contra el Covid-19 e insta a renovar los esfuerzos para proporcionar acceso a esta intervención básica de salud pública en todo el mundo". Sin embargo, para miles de millones, incluso este paso más básico está simplemente fuera del alcance. La Ciudad de México no está exenta de este problema y esta ya es una crisis que afecta a gran parte de la población de esta región. El problema de agua en la Ciudad de México se debe al uso ineficiente de los diversos servicios de agua y saneamientos dando paso a un problema de escasez en la región, provocada por la poca planeación urbana en la Ciudad de México.
La demanda de agua ha ido aumentando debido al incremento poblacional que hay en la región; una persona utiliza en promedio 300 litros de agua al día. El crecimiento industrial, la sobreexplotación y la contaminación son factores importantes para tomar en cuenta la escasez de agua en el Valle de México, afectando a las regiones adyacentes. Otra razón por la cual hay una demanda más grande de agua en la región es debido al cambio climático; están las altas temperaturas y las sequías que hay en la zona. Una problemática que se presenta es que con el paso del tiempo la Ciudad se ha ido hundiendo entre 6 a 28 centímetros al año provocando un incremento de fallas en las tuberías, y los gobiernos que han tenido el poder en sus manos no se han preocupado en otorgar el servicio necesario conforme van apareciendo estos problemas y como consecuencia las instalaciones se han ido dañando más y más.
Esto ha provocado la escasez del vital líquido y que varias alcaldías tengan que recibir el agua por tandeo: álvaro Obregón, Coyoacán, Cuajimalpa, Gustavo A. Madero, Magdalena Contreras, Milpa Alta, Tláhuac, Tlalpan, Xochimilco e Iztapalapa, recibiendo una cantidad máxima de dos días a la semana.
En algunas alcaldías de la Ciudad de México como Iztapalapa y Tláhuac, se extrae de los pozos de agua líquido contaminado con minerales y químicos. Esto se puede ver reflejado en la salud de los residentes de estas alcaldías, como salpullido, colitis e infecciones intestinales. Por otro lado, en alcaldías como Tlalpan las pipas que proporcionan agua a los habitantes sacan el agua de las tuberías que están hasta a 300 metros de profundidad y a veces se necesitan más de 500 viajes para satisfacer la demanda de agua que los habitantes de esa demarcación requiere. En Tláhuac y Xochimilco un día sí y el otro también, vemos que los vecinos inconformes con el desabasto de agua se manifiestan bloqueando calles en contra de sus gobernantes por la falta de atención de este vital servicio.
Mientras tanto, y a pesar de que el lavado de manos con frecuencia sea la principal defensa contra el posible contagio del Covid-19, además de aislamiento social, según las recomendaciones emitidas por las autoridades de salud, acatar esa sugerencia resulta muy difícil para habitantes de distintos puntos de la Ciudad de México –si no que imposible-, pues a la par de la contingencia sanitaria los capitalinos deben enfrentar la falta de agua en sus colonias.
La escasez también se ha reportado en el norte de la alcaldía Cuauhtémoc, con residentes y negocios afectados en colonias como Tlateloco y San Simón Tolnáhuac, e incluso en la colonia Del Valle de la alcaldía Benito Juárez, donde los vecinos señalan poco suministro en las últimas dos semanas. Problemas como este han sido reportados por habitantes de alcaldías como Azcapotzalco, Venustiano Carranza, Tlalpan, Xochimilco, Iztapalapa y Tláhuac. En estas dos últimas, la problemática del acceso al agua es histórica, así como un reflejo de una situación nacional.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) advirtió que apenas poco más de la mitad de los mexicanos – 53.6 % de la población- tiene acceso diario al agua en su vivienda. No hay agua para lavarte las manos, para desinfectar la fruta, para lavar la ropa y así, en estas condiciones ¿cómo se va a enfrentar a este terrible virus? Las autoridades capitalinas omiten la verdad histórica del problema del agua: falta de mantenimiento y falta de suficiente infraestructura y en estas colonias no tienen el agua que se necesita para acatar la medida básica de lavarse las manos para la contención del Covid-19.
Este es un problema que debería de resolver este gobierno morenista, dirigido por Claudia Sheinbaum, quien solo ha mostrado incapacidad para resolver los problemas de la ciudad: el abasto de agua, la seguridad y la contaminación. Mientras tanto, en México siguen aumentando los casos de coronavirus y el señor López continúa dando abrazos y haciendo visitas en los estados con su incredulidad desbordada que provocó que se perdiera tiempo muy valioso para comprar insumos y medicinas, y ahora se va contra reloj por no haber planeado a tiempo lo que se vendría.
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