En una nota del periódico del noticiero del martes 15 de diciembre, leí que en este año el gobierno federal cerrará con 2 mil 018 millones 192 mil 697 pesos de inversión en sus famosos programas federales, brindando atención a 124 mil 280 personas, así declaró Julio León Trujillo, representante del gobierno de México en nuestro Estado. Aunque la cifra se lee rimbombante, considerando que en Colima somos aproximadamente 731 mil habitantes, esa cifra de atención sólo representa el 16.9% del total de la población, por lo que no podemos decir que dichos programas federales son la panacea en Colima.
Pero, además, es bien sabido por los afortunados beneficiarios de los programas, que, aunque ya pasaron 3 años de que se oficializaron estos apoyos, la operatividad de los mismos es muy ineficiente aún. Ni la tecnología, ni la capacidad del personal ha logrado una mejor atención. Y en algunos programas tal parece que se retrocede en lugar de avanzar. Y lo digo, basada en mi experiencia cercana con la Beca Universal Benito Juárez, en la que me toca ser enlace entre los estudiantes y la Coordinación de Becas.
Hace tres años, cuando dio inicio la Beca "Universal", más del 45% de los estudiantes quedaron fuera del apoyo a pesar de estar inscritos, y sin ninguna explicación lógica. Muchos de ellos consideraron que fue responsabilidad del plantel, causando irritación y molestia, y al ver que otros ya contaban con su recurso, se mostraron desesperados y angustiados. Algunos de ellos al grado de abandonar el estudio, al sentirse rezagados y maltratados.
Desde ese tiempo hasta hoy, los procedimientos utilizados para el ingreso, la selección de becarios, la dispersión del recurso y el cobro, han sido bastantes ineficaces provocando fisuras en la relación entre estudiando, padres de familia y la escuela que es "responsable", el enlace entre los alumnos y la Coordinación de Becas. Los directores de las escuelas, somos los responsables de inscribir a los estudiantes en la plataforma de Becas, con los datos básicos y otros complementarios que se solicitan, después de eso la Coordinación elige (entiendo que al azar), a los beneficiarios, esa primera selección sin argumentos, causa tremenda inconformidad que los alumnos manifiestan hacia nosotros al pensar que es por alguna mala acción de nuestra parte. El otro calvario es ingresar a darse de alta a la plataforma, pues lo hacen a través de una aplicación que sirve a todos los estudiantes del país, por lo que inevitablemente se satura. Pero cada que eso sucede, la aplicación arroja una leyenda que dice que los datos del alumno son incorrectos, o que no están dados de alta, lo que en la mayoría de los datos no es así. Pero los estudiantes y los padres, desesperados han incluso perdido el juicio, pues nos culpan por ello. Recuerdo que el año pasado el 24 de diciembre una señora muy molesta, me marcó a las 10:30 pm de la noche para expresar su inconformidad. Otra madre, tuvo la sutileza de visitarme en mi oficina y amenazarme con acusarme a oficinas centrales porque su hija teniendo las mejores calificaciones no había recibido la beca. A pesar de esforzarme con las mejores y más claras explicaciones, no sirvieron mucho, solo el dinero sonante de la Beca las contentó.
Pero el colmo, fue que en este último periodo, estudiantes y padres de familia se olvidaron que para ser beneficiarios de la Beca, tenían que cumplir un requisito mínimo: ser estudiantes, o sea estudiar, ¡o bueno cuando menos entregar sus actividades! ¡Qué cosas provoca el dinero! Pero, ¿de verdad significa una ayuda para el estudiante? ¿Mil seiscientos pesos cada dos meses, son suficientes para educar a un joven? ¿Por cuántas monedas se corrompe un hombre?
Es triste ver cómo el gobierno federal engañó con sus programas sociales, crea una falsa esperanza y solo un sentimiento de "bienestar", aunque su situación empeore cada vez más, y para conseguir el apoyo tengan incluso que mentir o abandonar sus principios. ¡Urge salvar a los jóvenes de la corrupción inevitable que les ocasiona el dinero!
0 Comentarios:
Dejar un Comentario