MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Sistema Colectivo Metro: ¿quiebre de la estructura civil o de la estructura social? 

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Son las 7 a m, estamos en la estación Indios Verdes, después de varios minutos de caminata para abordar la pesera y un trayecto de una hora entre tumbos y empujones, posicionado al filo de la carretera. Al arribo la estación es un caos, a pesar del frío la chamarra ahora me estorba y solo pienso en el momento próximo de acceso para subir las escaleras que me conduzca al andén del tren. Trato de guardar la calma, pero la corriente humana me hace recordar que no llegaré a tiempo al trabajo, no tengo más remedio que fijar la postura corporal para avanzar como mis fuerzas me lo permitan. Al fin llego al andén y el siguiente reto es abordar el vagón en la próxima salida, así que cierro los ojos, me pongo rígido y me dejo llevar por la masa humana para lograr entrar. Ahora solo ruego que el tren no se detenga entre La Raza y Tlatelolco como es ya costumbre; el ventilador no sirve y estamos completamente a oscuras, mi atención se dirige entonces a palpar con mis manos el celular y la cartera, me percato que están a salvo. 

Ahora dirijámonos a la Avenida Insurgente, vértebra de las más importantes de la ciudad que corre de norte a sur. Hacia la década de los 30 el ingeniero José G. de la Lama solicitó a la Comisión Nacional de Caminos para que pidiera préstamos a los bancos extranjeros para la construcción de vías alternas que alimentaran a Insurgentes y otras avenidas importantes. Hoy, como casi de manera inmediata que se terminó la construcción, Insurgentes es una gran avenida con alta carga de capital manifiesta en los desarrollos inmobiliarios, casas de comercio, etc.   Insurgentes es una clara muestra de la forma en la que opera el amasiato entre el poder público y el capital.

El ejemplo arriba mencionado frente a la inversión pública para el transporte masivo nos coloca en una posición para hacer un contrapeso de ambos escenarios. El problema es tan viejo que data desde la misma planeación y edificación de la ciudad. Entre 1923 y 1924, Insurgentes recibió el 43.7 % del presupuesto para calzadas del Distrito Federal. Si observamos cómo se edificaron las colonias populares de la ciudad, y no me refiero solo a la periferia, nos percataremos que atrás de ellas existen historias de desalojos, resistencia vecinal, pagos onerosos y una nula intervención del gasto público. 

Por lo que hace al Sistema Colectivo Metro, tras el accidente, han salido a la luz los montos presupuestados. Los números señalan que desde que Morena tomó el control de la ciudad ha existido disminución y subejercicio en el gasto. En 2018, al metro se le destinaron 19, 427 mdp, para 2019 se redujo en 16, 757 mdp, en 2020 bajó a 16, 189 mdp, para rematar en 2021 en 15, 081 mdp. Pero no sólo eso, apenas el año pasado, de lo programado, sólo se ejercieron 14, 290 mdp. La “austeridad republicana” bajo la supuesta lucha contra la corrupción ha llegado acompañada, desgraciadamente, de la fatalidad. Los accidentes en esta administración se han intensificado: Tacubaya, Buen Tono y Línea 12.       

Hoy el gobierno morenista anuncia con vehemencia la construcción de ciclovías queriendo erigir un monumento a la movilidad verde, sin embargo, continuamos reproduciendo las desigualdades también en este terreno. Es necesario orientar el gato público en materia de movilidad y mantenimiento permanente de vías de acuerdo a los problemas estructurales que se han acarreado desde hace varias décadas. 

La falla de la Línea 12 es una falla estructural pero no desde punto de vista civil, sino desde el social.  Es un acontecimiento que marcará por varios años a los ojos de todos, los niveles de desigualdad. Es necesario que en colectivo saquemos las conclusiones correctas y actuemos en consecuencia. Se trata de la lucha constante de la visión que tiene el Estado sobre su papel bajo la dinámica del capital y el combate a las desigualdades; frente al correspondiente papel que tiene que asumir la organización civil, de manera marcada encabezada por los pobres de la ciudad por su número y por estar en el centro de las afectaciones, de organización y educación para la construcción de una sociedad distinta; no existe segunda alternativa.

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