El 9 de mayo de 2023 el gobierno de la república emitió el “Decreto por el que se declara terminada la acción extraordinaria en materia de salubridad general que tuvo por objeto prevenir, controlar y mitigar la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2 (Covid-19)”, con lo que se ponía fin a un periodo excepcional en la historia universal que causó varias disrupciones en los procesos cotidianos de todos los habitantes del planeta. Una de las más grandes es, con toda seguridad, la que alteró considerablemente el proceso educativo de la niñez y la juventud.
Algunos días antes (5 de mayo de 2023), la Organización Mundial de la Salud había levantado la emergencia internacional por la pandemia que después de tres años, afectó a más de 765 millones de personas en todo el planeta. La Organización de las Naciones Unidas (ONU), tomando en consideración la alteración de los procesos sociales en todos los países al finalizar el periodo de emergencia sanitaria, emitió, en el año 2020, una serie de recomendaciones para todos los gobiernos entre las cuales destacan:
1. Reducir la transmisión del virus y planificar minuciosamente la reapertura de las escuelas; 2. Proteger la financiación de la educación y coordinarse para lograr resultados; 3. Repensar la educación y acelerar el cambio en la enseñanza y el aprendizaje y 4. Crear sistemas resilientes de educación para lograr un desarrollo equitativo y sostenible.
Las anteriores recomendaciones, como puede apreciarse, están encaminadas a salir del periodo excepcional y recuperar la normalidad en el menor tiempo posible; el daño ocasionado a los procesos sociales debía ser reparado y alcanzar en lo inmediato, el estado en que se encontraban con anterioridad a la pandemia; la educación se coloca como preocupación principal.
De acuerdo con Marion Lloyd, investigadora del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM, en algunos casos, el rezago educativo causado por la pandemia podía ser hasta de cuatro años. En su opinión sobre la situación de los alumnos en esta nueva normalidad señaló que muchos niños aprendieron poco o nada y olvidaron numerosos contenidos que ya tenían asimilados antes de la emergencia sanitaria.
Además, al referirse a las desigualdades sociales de los educandos en el periodo de emergencia, hizo hincapié en que “Los infantes que estaban mejor posicionados económicamente aprovecharon estas oportunidades, sobre todo las clases por internet, mientras que los estudiantes marginados tuvieron que recurrir a la televisión y la radio, sin interacción alguna con los profesores”.
La investigadora señala contundentemente que, el abandono escolar y la no adquisición de los conocimientos suficientes, pone en riesgo a una generación de estudiantes. También indica categóricamente que, ocasionado por la emergencia sanitaria, en otras naciones, como por ejemplo Chile, para resarcir el daño, implementaron programas propedéuticos y pruebas diagnósticas para determinar salón por salón, el grado de rezago de los estudiantes, y en función de esa situación, implementar programas que fortalezcan los contenidos educativos, en particular en matemáticas. En México no se ha hecho nada de eso.
En nuestro país, como en todos los demás, estamos saliendo de una pandemia en la que no se hizo nada de lo que menciona el decreto; es decir, ni se previno pues el gobierno no le dio la importancia ni la seriedad que se requería; a cada intervención del señor presidente, se le escapaban con demasiada ligereza e irresponsabilidad, expresiones irresponsables en las cuales se reflejaba la poca importancia que tenía para él la vida de millones de mexicanos.
Tampoco se realizaron acciones significativas para controlar y mucho menos para mitigar los efectos de la pandemia; se pudieron haber evitado un gran número de decesos. En la más pura aplicación del darwinismo social, dejaron que, por cauces naturales, la población alcanzara la llamada inmunidad de rebaño; las vacunas y otras acciones se aplicaron demasiado tarde.
La historia no comienza a partir del triunfo de la 4T, no puede manipularse a conveniencia del grupo que hoy está en el poder; este intento desde la cúpula de la nueva mafia dominante, neoliberal como su antecesora, es también uno de los mayores intentos por mantener el dominio político y social del capitalismo sobre nuestro pueblo.
A pesar de que tampoco en el aspecto educativo se tomaron las medidas pertinentes para garantizar a todos los niños y jóvenes el acceso a la educación, dejando a la población que se las arreglara como pudiera, afectando sobre todo a las personas con mayores desventajas sociales y tecnológicas, hoy el gobierno inspirado en la filosofía neoliberal de la 4T no rectifica y peor aún, parece que el retroceso académico y sus repercusiones en la formación de los educandos, es evidente.
Para que un docente, comprometido y consciente de que con su actividad pedagógica puede recuperar algo del terreno perdido en el aspecto educativo, desarrolle su actividad fructíferamente, requiere de materiales de apoyo que se encuentren a la altura de su noble tarea, sobre todo en los primeros años de la formación de un individuo.
Sin embargo, los nuevos materiales que el gobierno morenista se empeña en distribuir, los libros de texto gratuitos, representan un retroceso en varios sentidos; no solamente no toman en consideración las recomendaciones hechas por la ONU, ni las opiniones de los investigadores comprometidos como la doctora Marion Lloyd, sino que nos envían mucho más atrás del estado en que nos encontrábamos antes de la pandemia, demostrando que este gobierno no escucha, no toma en consideración ni las verdaderas necesidades, ni las opiniones de los padres de familia, los investigadores y la sociedad en su conjunto.
Los nuevos materiales, como lo han mencionado algunos especialistas y que es evidente a todas luces, restringe la formación del pensamiento lógico-deductivo con la disminución de los contenidos en matemáticas; la formación y desarrollo de este pensamiento requiere de práctica constante, la cual no se puede lograr con la disminución del tiempo destinado en los nuevos libros de texto.
Además de eso, los nuevos materiales no se preocupan por desarrollar las habilidades, los conocimientos ni los valores que requieren las familias mexicanas ante una descomposición social agravada por la pasividad criminal del gobierno actual; retrocederemos en lugar de avanzar porque se corre el peligro de que desaparezcan, además de las ciencias exactas como la Física, la Química y las Matemáticas, también la Filosofía, Geografía y la Formación Estética sea demasiado deficiente y extraviada, al igual que su proyecto de gobierno.
Peor aún; la historia no comienza a partir del triunfo de la 4T, no puede manipularse a conveniencia del grupo que hoy está en el poder; este intento desde la cúpula de la nueva mafia dominante, neoliberal como su antecesora, es también uno de los mayores intentos por mantener el dominio político y social del capitalismo sobre nuestro pueblo.
Para cambiar las condiciones de nuestro país en beneficio de la mayoría trabajadora, hay que transformar las condiciones económicas y eso significa crear un modelo diferente al capitalismo; no se logrará desde la superestructura político-ideológica, sino revolucionando su base económica.
Habrá que recordar la máxima contenida en las recomendaciones de la ONU; “cuando se derrumban los sistemas educativos, no se pueden mantener sociedades prósperas y productivas ni la paz”
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