Para nadie es desconocido que, en nuestro estado, como en el país entero, hay muchas carencias y necesidades en los centros educativos. Lo anterior se debe a que las autoridades de los distintos niveles de gobierno -fuera de los discursos de elogio al sistema educativo, puramente declarativos-, poco hacen por atender dichas necesidades. No le destinan recursos económicos necesarios para que los centros educativos cuenten con condiciones para realizar su función de formación de profesionistas de calidad que ayuden al desarrollo de nuestro país. Lo que dice la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el sentido de que el Estado debe garantizar la educación, queda en letra muerta.
Es claro que los jóvenes desde el momento en que toman conciencia de la importancia de su educación académica para poder enfrentar mejor su vida, pueden y deben participar de manera activa por mejorar las condiciones materiales en que se desenvuelve esta formación. Es decir, que ellos no son simples agentes pasivos del proceso educativo, sino parte central de él. Si los jóvenes ven que en sus escuelas hay muchas carencias -faltan maestros en distintas asignaturas, laboratorios de física o química, aulas, pupitres; si ven que no hay talleres de distintas disciplinas artísticas- es claro que empezarán a solicitar que estas carencias sean resueltas por las autoridades educativas y por los gobiernos que se dicen guardianes de la educación. Y si pasado un tiempo dichas autoridades no hacen nada, los jóvenes saldrán, como es su derecho, a manifestarse y señalar que la autoridad no está cumpliendo.
El pasado 31 de enero se manifestaron estudiantes potosinos agremiados a la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FENERRR) en la Unidad Administrativa Municipal (UAM), con motivo de demandar al presidente municipal, Enrique Galindo Ceballos, solución de sus peticiones. Un día antes, en distintos medios de comunicación, se anunciaba las razones de dicha movilización: “Por enésima ocasión acudiremos de forma pacífica y respetuosa, representantes de nuestra organización estudiantil a la Unidad Administrativa Municipal, para solicitar respuestas a las demandas que requieren nuestros compañeros estudiantes de escasos recursos económicos, para que tengan los servicios de agua y energía eléctrica; servicios que se han cancelado desde hace algunos meses por funcionarios menores de la actual administración, aclara Gilberto Aparicio Valerio, dirigente estatal de la FNERRR” (El Heraldo de San Luis, 30 de enero de 2023).
Es claro que la desatención de las autoridades municipales en cosas tan elementales como apoyar -entre otras muchas carencias- en el pago de servicios básicos, obliga a esta organización estudiantil a movilizarse para denunciar y exigir solución al alcalde capitalino. Son justas sus demandas y la ciudadanía debemos ver con simpatía su lucha, pues sólo busca mejorar las difíciles condiciones en que estudian jóvenes de muy bajos recursos económicos.
Todos los que deseamos un México más próspero, debemos apoyar a los estudiantes en sus demandas justas, a una organización como la FNERRR que desde hace más de dos décadas ha contribuido por mejorar las condiciones materiales y pedagógicas en que se desenvuelven los jóvenes.
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