Apreciable lector, sé que en la actualidad, en el estado de Chiapas, como en el resto del país, estamos viviendo momentos de angustia y terror, pues es incierto un verdadero plan que combata a la pobreza, la inseguridad, el hambre, la falta de educación y la salud; principalmente esta última, pende de un hilo, pues llevamos ya casi un año sobreviviendo y esquivando el contagio del Covid-19, que comenzó como una medida que duraría 40 días de aislamiento, misma que se ha ido alargando, por la falta de atención y seriedad de parte de quienes ahora permanecen en el poder, y que aun teniéndolo en sus manos, no son capaces de superarla.
El pasado jueves 28 de enero, los trabajadores del IMSS en Chiapas alzaron la voz y exigieron protección para quienes están en la primera línea de atención a pacientes contagiados con el nuevo coronavirus. Con temor a que se tomen represalias, como suele hacerse en éste y otros gobiernos, dejaron en evidencia la pésima calidad del equipo médico que les brindan para atender a los pacientes covid; tan lacerante son las condiciones, que ya les ha costado la vida a varios de sus compañeros. No está de más recordar que en julio de 2020 eran al menos 732 de los 22 mil médicos, enfermeras y asistentes que laboran en hospitales de Chiapas, que habían resultado contagiados y hasta ese momento había 41 fallecidos; esta información la brindó la Secretaría de la Sección 50 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud (SNTS), y evidentemente hasta hoy, el número ha crecido.
La realidad alcanza a Chiapas y queda al descubierto el mal manejo de un programa más del Gobierno federal, quien promete proteger a quienes, en primera línea, enfrentan la pandemia, pero, en los hechos, está más preocupado por proteger la vida de los "servidores de la nación", a quienes pretende, serán los voceros y convencedores de que los mexicanos volvamos a votar por la "Esperanza de México".
Hasta el momento, 922 trabajadores de la salud han sido inmunizados, mientras la mayoría tiene el temor de no volver con su familia y de no cumplir con el compromiso de ayudar a la comunidad, pues las autoridades locales están a expensas de las autoridades federales, para distribuir el resto de las vacunas faltantes, que no sabemos si llegarán, porque ahora el mandatario federal dio positivo al "contagio&rdquo, y su gabinete está desaparecido.
Es momento de que el señor Andrés Manuel López Obrador corrija los errores que han llevado al país a cargar con muchas cruces, y se realice un plan y gestión que ayude a acelerar la protección de los trabajadores sanitarios, de los ancianos y niños en riesgo, y en una segunda etapa, se vacunen a los más pobres de esta patria, quienes al final de cuentas, no pueden quedarse en casa, porque su vida y su familia dependen de los pocos pesos que puedan extraer de su trabajo.
AMLO no debe ignorar al director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuando claramente explica los tres problemas principales que habrá si no se asegura aceleradamente las vacunas para los países más pobres como México: uno, un fracaso moral catastrófico; dos, sin protección, se permitirá a la pandemia continuar causando estragos; y tres, una recuperación económica muy lenta, pues claramente dice que es un error moral, no ayudar a detener la pandemia.
Es momento de redireccionar el rumbo de México, de invertir en el combate a la pandemia y no en obras que beneficien a la familia del mandatario y de los grandes capitales. De ser cierto que la ausencia del mandatario sea por contagio de SARS-CoV-2, espero que su recuperación sea exitosa, porque a nadie se le desea lo peor; pero también, que reflexione de lo difícil que la están pasando los mexicanos. No está a discusión si se nos informa correctamente o no de su salud, pero es una obligación del Gobierno federal garantizar la vida de quienes luchan por la salud de miles de personas.
Por ello, creo pertinente manifestar mi apoyo y solidaridad para quienes de manera oportuna alzan la voz, al ser evidente que las medidas aplicadas hasta hoy no son suficientes, y en el camino se topan con la corrupción. Es correcto que los chiapanecos nos manifestemos y apoyemos la lucha de los médicos y les demos fuerza para que no se queden callados ante semejante atropello; no caigamos en el tétrico escenario que plasmó el poeta Otto René Catillo: "no les conmueve saber que la patria como una triste y dulce golondrina, agoniza lentamente, rodeada por el frío y la miserable indiferencia de sus hijos”.
Mi apoyo y solidaridad a la lucha del Sector salud.
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