MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Sufrimiento y dolor por ser esclavo

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La esclavitud es quizás la etapa de la sociedad más abusiva, inhumana y brutal por la que ha pasado la humanidad. En este periodo un grupo de individuos, normalmente minoritario, se apropió de la riqueza y sometió y explotó a otros seres humanos, utilizándolos conforme a sus intereses, caprichos, necesidades e incluso el gusto del grupo gobernante que se había apropiado del poder. Esto permitió que al esclavo se le pudiera maltratar, insultar, golpear, marcar con hierro candente, mutilar e incluso matar sin que el dueño del esclavo sufriera alguna consecuencia. El esclavo era considerado un objeto o un animal que podía hablar.

El sufrimiento y las desgracias para cualquier esclavo son inenarrables y casi imposibles de describir, pues los esclavos no tenían derechos de ningún tipo

El surgimiento de esta forma de existencia de la sociedad fue posible cuando, al desarrollarse las fuerzas productivas, el hombre pudo obtener un excedente de productos, permitiendo con ello poder mantener a otros seres humanos, no por buena fe ni humanismo sino con el objetivo de ponerlos a trabajar y sacar beneficio personal de ese trabajo. La riqueza producida no fue nunca a favor de quienes trabajaban sino solo en beneficio del dueño de los medios de producción; es decir, del esclavista.

En sus inicios, la esclavitud fue relativamente tolerable pues los esclavos eran considerados parte de la familia, fue por esta razón por lo que ese sistema recibió el nombre de esclavismo patriarcal; pero, en la medida en que se desarrolló se convirtió en un verdadero infierno para el esclavo, pues, cualquier abuso era permitido y eso se veía como algo natural, incluso permitido por la ley. 

La expresión más bestial del esclavismo se presentó en la sociedad romana en la cual se estima que, en el siglo I d.C., la población esclava pudo haber llegado hasta a 10 millones de personas; casi una tercera parte de la población era esclava. Con el debilitamiento y casi desaparición del imperio romano de occidente y la falta de control de los territorios que habían estado sometidos, esta forma de explotación del hombre fue sustituida por el feudalismo, aún cuando se puede decir que una desaparición total y absoluta del esclavismo no ocurrió del todo, pues, en algunos países controlados por los árabes, el esclavismo siguió existiendo.

Un resurgimiento del esclavismo se presentó en América a raíz de su descubrimiento; con la apropiación de las tierras de los indígenas por los europeos era necesaria mano de obra para el cultivo de la caña de azúcar, algodón, tabaco, etc. o para la explotación de las minas. Y aun cuando pudo haber matices, el esclavismo volvió a presentarse en el sur de los Estados Unidos y lo hizo con toda su crudeza, permanencia y salvajismo. Existen miles de documentos y testimonios que nos hablan de las atrocidades cometidas en esa época contra los esclavos de procedencia africana. Afortunadamente la abolición de este sistema se dio en 1866; no obstante, sus secuelas, abusos y excesos se siguieron presentando y no han desaparecido totalmente.

El sufrimiento y las desgracias para cualquier esclavo son inenarrables y casi imposible de describir pues los esclavos no tenían derechos de ningún tipo, eran obligados a trabajar de sol a sol y sin ningún tipo de pago, podían ser usados y abusados en la forma que su amo lo deseara: golpeados, mutilados, marcados con hierros candentes, mantenidos casi desnudos y con poco alimento, concentrados en corrales o barracas propias para animales y, como si fueran tales, se les podía vender y, sin ninguna consideración de carácter moral o sentimental, al esclavo de le separaba de su mujer e hijos. Léase “La cabaña del tío Tom”, de Harriet Beecher Stowe. Un horror impensable, peor que el infierno para quien llegase a la condición de esclavo. Cualquiera que por desgracia se convertía en esclavo, entendía que era preferible la muerte a vivir en esas condiciones. En ese sentido, Hugh Thomas, en su libro “La trata de esclavos, historia del tráfico de seres humanos de 1440 a 1870”, se refirió al resurgimiento del esclavismo, sobre todo de la población negra capturada en África y llevada a Algarve, Portugal para ser vendida: “los esclavos algunos bajaban la cabeza y con la cara bañada en lágrimas se miraban los unos a los otros. Otros gruñían con gran dolor, miraban hacia las alturas del cielo, con la vista clavada en él, gritaban, como pidiendo ayuda del Padre de la naturaleza, otros se golpeaban el rostro con la palma de las manos echándose cuan largos eran en el suelo, mientras otros se lamentaban al modo de un canto fúnebre”.

Todos ellos sabían lo que implicaba ser esclavo.

¿Cuantos dolores, desgracias y dolor humano causó el esclavismo? ¡Imposible saberlo!

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