En un reciente informe titulado “En total precarización laboral los trabajadores de la salud enfrentan la pandemia por la covid-19 en México”, elaborado por el Centro de Estudios Multidisciplinarios de la UNAM, se da cuenta de cómo durante la pandemia el personal del sistema de salud pública federal y de las entidades, fue sometido a extenuantes jornadas laborales, por estar en la primera línea de combate contra la covid-19, sin contar con un salario quecompensará su extenuante y valioso trabajo y, una buena cantidad, sin recibir parte de las prestaciones constreñidas en la legislación laboral del país. A pesar de que, en el discurso, las autoridades siempre los llenaron de elogios y de adjetivos resaltando su valentía, esfuerzo y arrojo para mostrarles su “apoyo moral”, en el terreno de los hechos concretos poco se hizo por ellos.
El informe citado refiere que, previo a la pandemia, el Sistema de Salud Pública tenía un déficit de más de 240 mil trabajadores, según los estándares recomendados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, por lo que la inmensa mayoría tuvieron que ser sometidos a jornadas extraordinarias para podar darse abasto en la atención de los pacientes. Asimismo, se puntualiza que existían alrededor de 98 mil trabajadores que mantenían el estatus de eventuales, es decir, sin base, muchas veces sin contrato y sin prestaciones. Algunos de los profesionales sanitarios tienen más de 18 años bajo ese régimen, reconoció el propio subsecretario Hugo López-Gatell, en mayo de 2020. Pues bien, esta situación no cambió durante los meses de pandemia.
Otro factor determinante ha sido la falta de condiciones materiales para quelos trabajadores de la salud pudieran brindar la atención necesaria a los pacientes y para protegerse de contraer el letal virus. Por ello, con más de 4 mil personas fallecidas, México ocupa el deshonroso primer lugar mundial en el número de trabajadores del sector salud fallecidos a consecuencia de la pandemia.
Todo esto nos lleva a concluir que más que como héroes, los médicos, enfermeras (os), camilleros, empleados de limpieza en las clínicas y hospitales, guardias de seguridad, trabajadores sociales, personal administrativo, etc., salud han sido tratados más bien como mártires, como integrantes de un ejército de primera línea lanzado a la batalla poco armado y dejado a su suerte, para que pueda intentar salvar lo que pueda, como carne de cañón, pues. Es decir, los trabajadores del sector salud, han sido tratados por años de la manera más neoliberal posible y, ahora, durante la pandemia tal circunstancia ha sido llevada al máximo de explotación anti humanista posible por un gobierno que, irónicamente, se considera posneoliberal.
Y en medio de tan oscuro panorama, se produjo en Oaxaca uno de esos episodios que indignan hasta los tuétanos. Resulta que el Gobierno estatal, encabezado por Alejandro Murat, en contubernio con el Gobierno federal, dejó sin empleo a más de 2,700 trabajadores del sector salud que durante toda la pandemia trabajaron a brazo partido para salvar la mayor cantidad de vidas posible. Todos compartían en común que eran precisamente trabajadores eventuales, no por culpa suya naturalmente, sino porque por años ni los gobiernos anteriores ni el actual han tenido la voluntad política de regular su situación laboral.
El sistema de salud de Oaxaca se homólogo con el federal y las clínicas y hospitales bajo su jurisdicción pasaron a formar parte del Instituto de Salud para el Bienestar por un convenio de colaboración suscrito por el gobierno de Murat, sin embargo, debido a los recortes presupuestales el gobierno estatal decidió no renovar el contrato de los trabajadores eventuales y, por tanto, no entraran a laborar al Insabi, quedándose completamente a la deriva ellos, sus familias y la vida de millones de oaxaqueños que necesitan de los servicios de salud.
¿Así es como se trata a los héroes? Parece que, en esta comedia de mal gusto llamada cuatroté, sí. Los ahora desempleados pertenecientes a 5 sindicatos distintos se han agrupado en la Coordinadora de Sindicatos de Salud de Oaxaca (CSSO) y han iniciado una intensa jornada de lucha para conseguir que los recontraten. Ya instalaron un plantón frente en el centro de la ciudad de Oaxaca en acto de protesta y están llamando a que se les sumen también los más de 8 mil trabajadores que, aunque con empleo aún, semantienen bajo la categoría de eventuales.
Se manifestaron en una reciente visita del presidente López Obrador a la entidad y lo único que han conseguido es que éste, en un acto de mofa pública, dijera que él los apadrinaría y que se solidarizaba con su causa sin que, hasta ahora, haya hecho algo para solucionar el problema.
Así las cosas, los trabajadores de la salud en Oaxaca han decidido seguir resistiendo a pesar de las presiones y chantajes del gobierno, a su lucha sehan unido miles de campesinos, obreros, comerciantes, profesionistas progresistas y estudiantes organizados en el Movimiento Antorchista, quienes se han solidarizado total y genuinamente con su causa, porque se trata de un atropello cometido contra gente que, igual que los antorchistas, no tiene de otra más que vender su fuerza de trabajo y sus conocimientos a cambio de un salario para sobrevivir, porque también son pueblo trabajador que sufre, víctima de este modelo neoliberal injusto.
Por ello, porque somos pueblo pobre y trabajador igual que ellos, lucharemos junto a los trabajadores de la salud hasta donde sea necesario y continuaremos llamando a todo el pueblo trabajador a que se solidarice con esta causa genuina. Solo la unión y politización de las clases trabajadoras de México podrán sacar a nuestro país del hoyo en el que se encuentra.
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