Los padres de familia siempre han soñado con un futuro diferente para sus hijos, verlos crecer, ser profesionistas, quizá un médico, abogado, que tengan más oportunidades de ser mejor que ellos.
Por años hemos pasado necesidades económicas, desigualdad, abusos de los más fuertes a los débiles, se ha doblegado nuestra voluntad trabajando más tiempo y cada vez más, tiempo, que si nos sobrará tendríamos para pasar con nuestra familia.
Nos hemos convertido en una mercancía más que se vende al mejor postor, al empleo mejor pagado, no importando si con ello abandonamos lo que más amamos. No somos ricos ni tuvimos la fortuna de nacer en cuna de oro, somos pobres, pero esto no es algo nuevo, a nuestros padres les ocurrió lo mismo, quizá, con un escenario distinto porque a ellos les tocó aún disfrutar poco la naturaleza, pero su pobreza y deseos de superarse los sacaron de sus pueblos a las grandes ciudades para ser obreros y vender también su fuerza de trabajo y así apoyar a sus padres a mal vivir en su casa de adobe, si bien les fue porque a ellos, siendo campesinos humildes, los despojaron de sus tierras o fueron quitando apoyos para sembrar y cosechar alguna semilla para sostener a su familia otra vez pobreza se hizo presente.
La pobreza en México se mide de forma multidimensional, es decir, no utiliza únicamente el ingreso, sino que considera también el acceso a ciertas condiciones ?educación, seguridad social, vivienda, salud— como características clave para estar dentro o fuera de una situación de pobreza. Es decir, para que alguien sea considerado en pobreza, no solo debe tener un ingreso menor que el que representa una canasta determinada por Coneval, sino que no debe tener acceso a algunas de las condiciones básicas mencionadas.
La pobreza ?a secas? fue, en 2020, del 43.9% de la población, 55.7 millones de personas. Ahí se considera a las personas que tienen al menos una carencia social y su ingreso es menor al valor de la línea de bienestar mínimo (que considera una canasta de consumo ampliada). En 2018, esa misma medida fue de 41.9%, equivalente a 51.9 millones de personas.
La pobreza extrema, un subconjunto de la pobreza, considera a aquellas personas que tienen al menos tres carencias y un ingreso menor al de la línea de bienestar mínimo que considera solo la canasta alimentaria. En 2020, había en pobreza extrema 10.8 millones de personas, aproximadamente 8.5% de la población.
Hay otra métrica más oportuna, pero menos precisa. La pobreza laboral considera el porcentaje de la población que no puede comprar la canasta alimentaria básica con el ingreso proveniente de su trabajo. Los datos, en este caso, provienen de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Con la ENOE más reciente, hubo durante el tercer trimestre del año 2022, 51.6 millones de personas en pobreza laboral, es decir, 40.1% de la población. (Centro de Investigación de Política Pública, 29 de noviembre del 2022)
Como se puede leer, hay varias formas de medir la pobreza y de identificarla. El Gobierno debería de analizar a profundidad y poner medidas para erradicarla, en cambio se ha estudiado para tener el dato y utilizarlo vilmente en tiempos de campañas policías y así comprar votos; lucran con la necesidad de la gente, le dan en su punto débil, dándoles apoyos económicos en tarjetas, despensas, prometiendo mejores empleos y con buen salario, siempre lo ha hecho así, prometiendo la luna y las estrellas y cuando están en el poder se olvidan de todo.
La 4T es un claro y más reciente ejemplo de ello, solo ha venido a apretarnos más la soga, cada día haciéndonos más pobres, hasta hoy no ha hecho nada por cambiar esto de raíz solo nos engaña con falsos espejismos.
Respondiendo a la pregunta del título diré, sí, sí lo es y ¿cómo será posible? Organizándonos, educándonos y luchando, Antorcha tiene un modelo de económico que se basa en mejoras reales y precisas para lograrlo, 4 ejes económicos 1.- Empleo para todos, consiste en que todas las personas en edad activa y que estén en condiciones para trabajar tengan trabajo; 2.- Salarios dignos: un aumento en los salarios en general, ¿qué son salarios dignos? Que a la gente le alcance para vivir bien: que coma bien, que se eduque, que se cure si enferma, que desarrolle sus capacidades culturales y deportivas, etcétera; 3.- Reorientación del gasto social consiste en invertir más dinero en infraestructura y servicios básicos y, 4.- Política fiscal progresiva: es decir, que pagué más impuestos quién gana más y, que pague menos (o no pague) quien gana menos.
Todo es posible, compañeros, sí nos decidimos a quitarnos ya las cadenas de nos tienen prisioneros, si nos unimos por una misma causa, y formamos una vanguardia que lleve al poder a un hermano en quien confiemos para gobernar y tomar el poder, solo así cambiaremos el país y romperemos con el ciclo interminable de injusticia y ganaremos la lucha, la lucha de los pobres.
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