Un pueblo organizado, único remedio ante la crisis actual

Es de todos conocida la difícil situación económica y social que atraviesa el mundo, producto de las continuas crisis propias del sistema en que vivimos y exacerbadas por el actual conflicto Rusia-Ucrania, que ha propiciado una crisis alimentaria y energética en el mundo entero y principalmente en los países europeos, haciendo que a millones de personas no les alcancen ya sus recursos para alimentar a sus familias o calentarlas en invierno.

A pesar de las terribles condiciones en que se han visto sumidos cientos de familias a nivel mundial, hay una pequeña elite de milmillonarios a quienes, precisamente, estas condiciones les han abierto una posibilidad más para acrecentar sus ganancias. Al respecto, en el informe más reciente de la Oxfam se menciona que, a pesar de la terrible situación alimenticia y energética de millones de familias en el mundo (situación que ya venía gestándose previo al conflicto de Rusia y Ucrania) “en 2022, las empresas energéticas y de alimentación duplicaron con creses sus beneficios distribuyendo 257,000 millones de dólares en dividendos a sus ricos accionistas, todo ello mientras mas de 800 millones de personas se iban a la cama con hambre cada noche”, lo que demuestra que valiéndose de la desgracia de millones y ocultándose detrás de “la crisis generada por la invasión Rusa”, han inflado los precios conveniente y, artificialmente, para aumentar sus márgenes de ganancias y aumentar de manera vertiginosa su riqueza ya de por si obscena.

En dicho informe,tambien se especifica que “desde 2020, el uno por ciento más rico ha acaparado casi dos terceras partes de la nueva riqueza generada en el mundo, casi el doble que el 99 por ciento restante, …por cada dólar de nueva riqueza que pudiera obtener cualquier persona perteneciente al 90% mas pobre, un milmillonario se embolsa 1.7 millones de dólares” y tambien desde el 2020 “la riqueza conjunta de los milmillonarios ha aumentado a un ritmo de 2700 millones de dólares al día”.

Todo esto ha generado que se incremente la concentración de la riqueza en cada vez menos manos a costa de la vida de millones, dejando en evidencia las grandes contradicciones existentes en nuestra sociedad, contradicciones inmanentes a un modo de producción que ha demostrado con creces que ya no es sostenible y que a medida que este se desarrolla solo va generando más pobreza, más desigualdad entre aquellos que los tienen todo y los que (en cada vez mayor numero) apenas tienen lo indispensable para medio sobrevivir.

Todos estos problemas no han encontrado en nuestro país más que un campo de abono para enraizarse y desarrollarse. Aunado a la grave crisis mundial, nuestro país navega a la deriva teniendo al timón ya durante cuatro años a un personaje que ha hundido la economía, la salud, la educación y la seguridad de nuestro país, llegando a ser denominado como el tirano del año 2022 debido a la gran cantidad de periodistas asesinados durante ese periodo, lo que demuestra lo peligroso que es hoy en día en nuestro país la libertad de expresión.

En contraste, a los casi 100 millones de personas, o sea ocho de cada 10 mexicanos, que viven en pobreza, contamos con uno de los hombres más ricos del mundo y dueño de un gran porcentaje de los medios de comunicación del país, Carlos Slim. Según datos de la OXFAM “un impuesto del cinco por ciento sobre la riqueza de un único hombre, el mexicano Carlos Slim, podría recaudar 4100 millones de dólares, cifra que bastaría para contratar a 250 000 docentes en México”, lo que resulta indignante en un país donde existen miles de profesionistas que no encuentra trabajo a pesar de contar ya con su título universitario y para quienes una política fiscal progresiva aplicada a un solo hombre sería suficiente para proporcionarles mejores oportunidades laborales y de vida.

Sin embargo, pareciera que nuestro país camina en un rumbo totalmente inverso, ya que se tiende disminuir los impuestos de los más ricos (actualmente Carlos Slim no paga impuestos generados de su enorme capital) y aumentar los que pagan los más pobres, quienes a pesar de todo no ven reflejado el recurso en obras ni servicios, tal como ha quedado más que demostrado en la gran cantidad de accidentes en el sistema de transporte colectivo metro debido a la falta de inversión para su mantenimiento.

Es precisamente en esto en lo que se enfoca el informe de la OXFAM, el exponer la riqueza extrema para frenar y disminuir la desigualdad. De esta manera, aplicando tan solo un impuesto a la riqueza de hasta el cinco por ciento a los multimillonarios y milmillonarios podrían recaudarse 1,7 billones de dólares anualmente, lo que permitiría a 2000 millones de personas salir de la pobreza, además de financiar un plan mundial para acabar con el hambre. Para ello hacen un llamado fraterno a los gobiernos, millonarios y grandes capitalistas a adoptar dicha política fiscal progresiva, a darse cuenta de los enormes beneficios que ello conllevaría para millones de personas en todo el mundo tan solo a costa de una pequeña disminución en sus ganancias.

Al lado de empleo para todos, salarios bien remunerados y reorientación del gasto público, el Movimiento Antorchista durante más de 40 años ha tenido claro la necesidad de una política fiscal progresiva, pero no apelando a la buena voluntad de la clase en el poder, sino aplicada y dirigida por el pueblo mismo. Un pueblo organizado y politizado, consciente de que todas las victorias que han conquistado los trabajadores en la historia, las han logrado mediante la lucha por mejores condiciones de vida y no esperando a que les caigan por milagro del cielo.

Eso es a lo que nos invita el Movimiento Antorchista, a unirnos como un solo hombre y un solo ideal, que luche no por migajas que nos quieran soltar, sino para arrancar este sistema de raíz junto con todas sus contradicciones que mantienen a millones de hombres y mujeres bajo el yugo voraz del afán de la máxima ganancia.