El presidente de los mexicanos odia, sataniza, estigmatiza a algunos inversionistas, a organizaciones sociales, periodistas, organismos autónomos, científicos, etc. bajo el pretexto de el combate a la corrupción. El efecto más grave de su visión errónea es el secuestro de los derechos a la libertad de expresión, protesta pública y organización, pues denigra públicamente y reprime a quienes lo cuestionan como aconteció, por ejemplo, con las protestas sociales de los trabajadores de la refinería de Dos Bocas y las feministas del 8M. Mientras, la corrupción crece.
López Obrador sigue en campaña electoral y, en los próximos dos años y medio, habiendo refinado y aceitado el funcionamiento de toda su maquinaria para la compra de votos con dinero público, seguirá “ganando elecciones” para oprimir más y mejor al pueblo mexicano y, en cambio, beneficiarse él, su familia y sus más allegados, favoreciendo también al modelo económico neoliberal representado, por ejemplo, en la petrolera trasnacional texana Baker Hughes que ha prosperado en el actual sexenio, según detallan las propias estadísticas del director de PEMEX. “Esta firma entra también a Dos Bocas con contratos por 5 mil 98 millones de pesos entregados sin licitación” (Reforma, 3 marzo 2022). El escándalo de las dos “casas grises” en Houston (enormes residencias con alberca, sala de cine y lujos inimaginables) que eran propiedad de un alto ejecutivo de Baker Hughes “… desde 2019 están registradas a nombre de la nuera del presidente, Carolyn Adams, quien se desempeña en la empresa petrolera Cava Energy, proveedora de PEMEX” (Infobae, 28 enero 2022). Esta nuera de la “austeridad republicana” apareció desde el Primer Informe de Gobierno, conocida por sus bolsos Chanel de $100 mil pesos y zapatos valentino de $17 mil pesos, luego viajando por el mundo con su esposo José Ramón López Beltrán a bordo de jets privados o conduciendo autos de lujo… ¿Para esto quiere López Obrador perpetuarse en el poder?... Para enriquecerse como se enriqueció Santiago Nieto, el de la boda “secreta” y extra lujosa en Guatemala, acompañado de “Le Socialite”, a la cual no invitaron a los “servidores de la nación” pues no son del agrado de los morenistas más encumbrados, sino un simple instrumento servil de manipulación electoral, a los que se les paga del erario público.
Y si no, preguntémonos: ¿Dónde quedó aquello de “primero los pobres”? Todo fue una patraña, excepto si se referían a “primero los pobres en morir”, como lo demuestran los más de medio millón de fallecidos, según datos extraoficiales, por el mal manejo de la pandemia pues López Obrador llevado por su arrogancia no hizo nada respecto a la covid, no compró ni aplicó a tiempo las vacunas ni otorgó apoyos alimenticios durante el confinamiento forzoso. Y todavía faltan de vacunar jóvenes y niños y más del 42% de los mexicanos adultos. También, la inmensa mayoría de los muertos por violencia criminal, que a diario pierden la vida empujados por su situación de pobreza; mientras tanto los “servidores” de la 4T tienen su salario seguro y prestaciones, y se dice que no son 20,000 sino un número mayor que está contratado por las dependencias federales, por los que no estudian ni trabajan adscritos a municipios morenistas y a establecimientos comerciales amigos de la 4T, pero que en todo momento están a disposición del presidente. Toda esta maquinaria corporativizada y domesticada es la que está en el centro de las preocupaciones de la 4T, y no los pobres, como demagógica e hipócritamente lo han venido propalando falazmente pues la miseria en la que se debate la mayoría ahora aparece con más crudeza que nunca.
Si en verdad queremos luchar contra la corrupción lo primero que hay que abatir es la pobreza extrema de las grandes masas mexicanas que han resultado engañadas, una vez más, con la idea de un falso mesías que llegaría hasta el sacrificio por darle una vida mejor a los más pobres entre los pobres. En vista de lo falso de este ilusionismo infantil que no nos ha conducido ni nos conducirá a nada, no queda otra opción más que la lucha organizada y consciente de todos los pobres como una clase “para sí”, porque solo la lucha basada en una teoría social revolucionaria puede cambiar en favor de los pobres la realidad social adversa a ellos. Que así sea.
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