Han iniciado ya las campañas que han de permitir a unos llegar a gobernar un municipio, otros a legislar desde los congresos locales, otros a gobernar un estado y otros a legislar desde el Congreso de la Unión. Ha iniciado así la campaña de discursos que podrán convencer y/o gustar al pueblo para emitir su voto en las urnas este seis de junio.
Se escucha en los mítines de cada candidato el llamado a votar por el cambio, por el progreso y la justicia. Acto seguido el pueblo aplaude, aunque con cierta incertidumbre, sí con la inquietud y ansias de un mejor futuro en su medio social y ve en ellos una posibilidad, por muy poca que fuese, el tan anhelado mundo que se les promete.
Amigos lectores, puesto que esos discursos los ha escuchado el pueblo campaña tras campaña y no ve mejora sustancial en su entorno social ni en su familia, me atrevo a dar mi opinión al respecto y sobre el camino que puede y debe tomar en estas elecciones.
En pasadas elecciones legitimamos los que gobernaron y gobiernan actualmente, nos convenció su proyecto, su discurso y para desgracia nuestra siguen las calamidades que prometieron atacar y, en el peor de los casos, no sólo siguen, sino que algunas han empeorado. Para esto último pongo un ejemplo concreto: en la colonia Obrera, municipio de Ario de Rosales, funcionaba, para fortuna de los que menos tienen, un comedor comunitario en donde, con un módico precio de 10 pesos comían para seguir con su cotidiana labor y, además, había trabajo para grupos de señoras que obtenían ingresos como cocineras. Con la llegada de la “Cuarta Transformación” (4T) al poder y, con la supuesta lucha contra la corrupción todo esto lo quitaron, lo poco que tenía el pueblo ariense a través de la ya extinta Sedesol se lo quitó la 4T. Todo esto el pueblo ariense lo sufrió.
Ahora se escucha en los mítines de la 4T: ¡Vamos a hacer historia! La pregunta obligada es: ¿Qué historia? ¿La de quitar comedores comunitarios, guarderías infantiles, el famoso y extinto (por la 4T) Ramo 23 de donde se hacía obra pública? Se escucha también la consigna de “No mentir, no robar y no traicionar”. Lo anterior mencionado, ¿no es eso acaso haber traicionado al pueblo que puso sus esperanzas de una vida mejor en la 4T? Las respuestas las pueden dar ustedes, estimados lectores.
Así las cosas, el pueblo debe discernir sobre qué camino tomar en estas elecciones. De entrada, diré que sería cometer un error grave por segunda vez elegir al partido que en tres años de gobierno quitó al pueblo lo poco que tenía a través de programas sociales, a través de instituciones y que le beneficiaban en alguna medida. Por otro lado, no es que el resto de los partidos, colores y candidatos sean la solución a sus problemas, la garantía de que su suerte mejore, de ningún modo. Entonces, ¿cuál tiene que ser la actitud del pueblo ante las elecciones? La de la unidad, la de mantenerse unido ante todo, de emitir su voto junto con los suyos para aquel candidato que mejor recoja sus demandas, sus peticiones y su sentir, que esté resuelto a atacar con su proyecto las calamidades que han tenido en el sufrimiento y abandono al pueblo.
Y si alguien pregunta si esa actitud es la garantía absoluta de los problemas, la respuesta es que no. Y es que es nuestro deber recordarle a la gente que su participación ciudadana no se limita y no tiene por qué limitarse al hecho de votar y ya. Podemos decir con toda seguridad que la participación ciudadana empieza al votar, ahí es donde empieza el largo y sinuoso camino de lucha para que el que gane en las urnas trabaje y lleve a cabo su proyecto. Llamo desde mi humilde pluma a la unidad ante todo, ante las elecciones y ante el gobierno legitimado en las urnas; unidad y lucha siempre.
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