Cuando se habla de vivienda y el gran déficit que existe en los diferentes estados, es hablar de la mala administración que tiene el gobernador de esa entidad, sin embargo, la paradoja que viven los mexicalenses es todavía más grande, pues cifras oficiales dadas a conocer recientemente por la delegada del Infonavit Baja California, Ana Lizeth Gómez, señalan que en el municipio capital existen aproximadamente 19 mil casas abandonadas, lo equivalente al 50% de las de todo el estado, cuando la necesidad que existe de ellas en el municipio también es grande y es la fecha que no se ha planteado un programa de vivienda de interés social.
Han sido varios los factores para que estas viviendas se construyeran sin un programa de urbanización, sustentadas no solo en la necesidad, sino que también ofrecieran a todos los mexicalenses los servicios tan indispensables como agua potable, drenaje, servicios como calles, educación, centros de recreación, entre otras; dada la gran cantidad de viviendas que se construyeron hace 10 años y la poca capacidad que han tenido las familias para pagarlas al Infonavit, este señala que hasta el momento se siguen contabilizando casas, que están abandonadas y que algunas están siendo pagadas, pero no habitadas.
Este abandono ha causado, por un lado, un gran problema para las colonias aledañas o para las pocas personas que viven en ellas, pues, a pesar de que se ha señalado que existen este tipo de viviendas en abandono y que varios casos son utilizadas por bandidos para picaderos, hasta la fecha no ha existido un programa de regularización que brinde estos espacios a familias de escasos recursos económicos, aquí se ha aplicado que antes deteriorada y en el abandono que dárselas a los pobres que la necesitan, la ley del capitalismo, tirar a la basura la comida, antes de beneficiar al mendigo.
Esta irracionalidad que está a la vista de todos, es una muestra de la falta de humanidad por parte de los tres órdenes de gobierno que no han hecho nada para remediar el daño, es cierto que muchas de estas casas son ocupadas por familias que no tienen un techo dónde vivir, que entran a la pocilga en la que se encuentra la casa, la restauran, la pintan, buscan la forma de pagar servicios, la embellecen y hacen de él un hogar, sin embargo, siempre son amenazados de ser desalojados, para que viva ahí, quien no existe, quien no tiene necesidad, solo por el simple hecho de que el necesitado no la habite.
La política que Antorcha ha venido impulsando no es la de regalar viviendas, hemos señalado en reiteradas ocasiones que es necesario un programa de vivienda popular y que estas viviendas sean vendidas a las familias que las ocupan, no a los altos precios en los que se encuentran los créditos, sino a precios que un trabajador pueda pagar, estamos hablando de obreros, de amas de casa, de gente que trabaja en los sobreruedas, de personas que reciben algún apoyo del gobierno y que con eso tienen que comer, ésa es la postura de Antorcha ante esta gran demanda y ante este gran problema, que se regularicen las viviendas y se beneficien los cientos de mexicalenses que no tienen dónde vivir, que rentan y en ello se les va la vida.
Este programa que hemos pedido sea impulsado por los tres órdenes de gobierno, tiene que enfocarse en la humanización no sólo de las dependencias de gobierno, sino que también en las grandes empresas inmobiliarias, que busquen no el ganar más de lo invertido, sino el cómo ganar y apoyar a las familias pobres; hoy como hace ya más de 15 años Antorcha sigue impulsando este programa, creando una fuerza verdadera para que todo aquel que necesite realmente una vivienda digna, cuente con ella, porque solamente la organización será la fuerza social que pueda hacer esto posible, de lo contrario, todo seguirá patas para arriba.
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