Debido a que en el año 2020, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó la Encuesta Nacional sobre Calidad e Impacto Gubernamental, en el que las personas encuestadas manifestaron que su principal inconveniente en el espacio público es la deficiencia en el asfalto, debido a lo cual en agosto de 2021 el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador anunció un programa para reparar los baches en el país.
La encuesta reveló que, en promedio, la satisfacción, respecto al estado físico de las calles es de 12.9%, es decir que más del 80% de la población se encuentra inconforme.
De acuerdo con un estudio de la Universidad de las Américas de Puebla, el origen de los baches tiene ocho principales causas, que son daños por humedad, por fuga, ciclos de hielo y deshielo, capas de soporte de mala calidad, tránsito vehicular, mal drenaje, composición inadecuada de la mezcla asfáltica, desgranamiento superficial y el factor más común es la filtración de agua en alguna grieta, problema que se agudiza en temporada de lluvias.
Este problema se presenta en todas las ciudades y comunidades del territorio nacional y es un malestar generalizado porque, en el caso de que un bache sea reparado dicha reparación solo dura, en promedio, 10 meses después de este tiempo se vuelve a hacer el hoyo en la superficie asfaltada, pero además, en este tiempo ya aparecieron nuevos baches.
Son varias las razones por las que los baches generan descontento entre la ciudadanía, como la percepción de que el gobierno hace obras de mala calidad, otra es que aquel ciudadano que cuenta con un vehículo motor para transportarse él y su familia, este deterioro en la carpeta asfáltica ocasiona descomposturas en el vehículo y esto le genera gastos no contemplados, también genera la sensación de inseguridad pues al tener que bajar la velocidad el ciudadano corre el peligro de sufrir algún asalto o incluso hasta el riesgo de que lo agredan y despojen de su vehículo.
Y esto viene a cuento porque el Gobierno de Guanajuato promueve al estado con una red carretera de calidad y un tránsito vehicular eficiente y una gran red de carretera que eficientiza la intercomunicación, pero esto es una cara de la moneda; la otra cara se puede apreciar en las carreteras alimentadoras o en las comunidades alejadas, claro las que ya cuenta con asfalto, hay muchas a las que se llega solo por brecha de terracería, esta misma situación se vive en las colonias populares.
Por ejemplo, la ciudad de León de los Aldam, que cuenta con 1,579,803 habitantes, ocupa a nivel estatal el lugar número uno en baches, le sigue Irapuato, con el lugar dos; y el tres, lo ocupa Celaya; y así se puede seguir hasta cubrir los 46 municipios pues todos padecen este mal.
Así, aunque el presidente de la república haya anunciado, en 2021, el programa para reparar los baches, los resultados no se ven pues el recurso federal, año con año, no les llega a los municipios, por otro lado los gobiernos estatales, como es el caso de Guanajuato, se preocupan por hacer carreteras de calidad y se les da mantenimiento regular pero solo a aquellas que sirven para hacer más eficiente el transporte de las mercancías producidas por las grandes empresas pero no se asignan los recursos suficientes ni se supervisa que las calles y caminos que conducen a los lugares donde viven los las familias trabajadoras sean también de calidad lo que les evitaría estar invirtiendo en parches y reparaciones y por otro lado los gobiernos municipales alegan no contar con recursos para atender este problema dejando a la ciudadanía totalmente desamparada.
Ante esta apatía e insensibilidad de los gobernantes, lo que los trabajadores y sus familias deben hacer organizarse para exigir que los impuestos que pagamos se apliquen en obras de calidad, debemos estar muy claros de que de nada sirve mostrar enojo momentáneo e ir acumulando inconformidades y mantenernos pasivos, pues esta acumulación, hoy por los baches, mañana por el alumbrado público, luego por falta de medicinas, después por la inseguridad puede ser el caldo de cultivo para una reacción espontánea que puede llegar a perjudicarlos.
Los trabajadores deben aprender que cuentan con una ventaja, y es nuestro número y que este surtirá efecto sólo si actúa de manera consciente y organizada solo así podremos lograr cambiar nuestra situación pero además así, cumpliendo estas dos condiciones podrán lograr un cambio en el aparato de gobierno y sustituirlo por otro que trabaje a favor de una mejor repartición de la riqueza social.
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