MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Y por qué Rusia no fue a Qatar 2022?

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La Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA, y sus organismos como la UEFA, CONCACAF y la CONMEBOL) es una cueva de mafiosos, que no se nos olvide a los mexicanos esto, primero que nada. Y este hecho no es un invento ni una calumnia: datos proporcionados por innumerables agencias noticiosas del mundo han dado cuenta de los escándalos en que se ha visto envuelta esa agrupación de bandidos desde 1991, año con año, casi tiro por viaje: lavado de dinero, sobornos gigantescos —por ejemplo, en Nueva York se investigó por el supuesto pago de sobornos por más de cien millones de dólares a dirigentes de la FIFA a cambio de que ciertas firmas y empresas recibieran los derechos de transmisión, publicidad y auspicio de torneos futbolísticos en EE.UU., América Latina y el Caribe, y hay casi total certeza de que este tipo de actos de corrupción se da cotidianamente desde hace muchas décadas; o el conocido soborno de la Copa América en 2016, realizada en Estados Unidos—, la misma certeza existe en el caso de gestión desleal en la compra de votos y lavado de dinero en relación con la elección de las sedes de las Copas del Mundo; en esa elección corren ríos de dinero para comprar el voto de los capos de la FIFA, se lleva a cabo de manera oscura siempre, regida por intereses políticos y el gran público nunca se entera cómo se tomaron los acuerdos—; fraudes, tráfico de influencias, ventas ilícitas de otros tipos de derechos mediáticos, de patrocinios, crimen organizado, vergonzantes procesos para elegir a su presidente de la FIFA, etcétera.

A donde quiera que usted le busque un poco encontrará un comportamiento tan oscuro de la FIFA, que, a su lado, los Piratas del Caribe resultan unos angelitos. Un ejemplo en Wikipedia dice: “también se investigan los antecedentes de soborno, pagado a los dirigentes de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL), para asegurar los derechos de televisación, de las próximas cuatro versiones de la Copa América, incluyendo la realizada en Chile durante 2015. La empresa Datisa (…), habría realizado pagos por un total de 100 millones de dólares en 2013, entregando 3 millones al presidente de la CONMEBOL y a los presidentes de las asociaciones de Brasil y de Argentina; 1.5 millones a cada uno de los otros siete presidentes de las federaciones de la confederación, y 500 mil dólares para otros once oficiales de la CONMEBOL.? Eugenio Figueredo, expresidente de la CONMEBOL, reconoció que tanto él como otros directivos de la organización, recibieron dinero de empresas televisivas para favorecerlas comercialmente, también admitió que los presidentes de cada federación, percibían sueldos mensuales que no figuraban en los balances oficiales”.

Pero las deslealtades entre los grupos de mafiosos que constituyen la FIFA y los intereses capitalistas enemigos que defienden hacen que entre sí se denuncien, traicionen y provoquen la caída de sus adversarios. Así, son impresionantes las listas de bandidos de la FIFA ya arrestados, las de otros bajo pedido de captura internacional o las de suspendidos por casos de corrupción. Pero no crea usted que es para purificar a la FIFA, no, es para que otro grupo de bribones se haga del poder total o por áreas: es sólo que “cuando las comadres se pelean, salen a relucir las verdades”.

Queda claro que la FIFA no es una agrupación para desarrollar el deporte entre los más humildes del mundo ni cosa parecida, sino una agrupación de vampiros capitalistas dispuestos a vender su alma al diablo mismo con tal de hacer todo tipo de lucrativos negocios con el deporte de las patadas. El famoso “draft” o venta de jugadores no es más que eso, venta de una mercancía especial que es la capacidad deportiva del futbolista, venta cuyo principal objetivo es la ganancia a como dé lugar, misma que se hace realidad en el campo, ante las cámaras, en el comercial para promover la venta de otras mercancías o en la producción misma de otras mercancías y su respectiva venta. Ser profesional en futbol significa ser mercancía con una capacidad mínima de juego. Dicha capacidad deportiva resulta más cara entre mayor es y tiene que rendir lo que se espera de ella o el capitalista explotará contra sus poseedores, los futbolistas, como el conocido empresario televisivo mexicano. Y a fin de hacerla rendir ganancias nada importa si se violan reglas o se compran las funciones del funcionario de la FIFA, o si se la transforma toda ella en un enorme antro de prevaricato mundial.

El carácter perverso de la FIFA, pues, responde claramente a los intereses imperialistas que usan el futbol como arma para imponer la oscuridad desde arriba, para encender la pantalla y apagar el pensamiento, para perder y desorientar a los pueblos y ganarles la batalla cultural, para inflar diferencias locales y nacionales hasta el absurdo y desgarrar, destruir el tejido comunitario militante, destruir las comunidades de base, la capacidad de organización y de lucha. Por ejemplo, la batalla campal entre un puñado de ricos mexicanos y argentinos en Qatar, de los privilegiados que pudieron ir al Mundial, y el pleito entre Canelo y Messi despertaron rencores que tardarán años o décadas en borrarse, para gran gusto del imperio yanqui que lo menos que quiere es que ambos pueblos nos abracemos como hermanos y luchemos juntos por nuestra liberación definitiva. Ese fue un golpe durísimo contra la unidad latinoamericana, más efectivo que los discursos de cien presidentes de nuestras republicas, golpe reforzado obedientemente por las cadenas informativas sometidas a los dictados del imperialismo, que no dudaron en dedicar enormes espacios a estos escándalos.

Esa es la FIFA, que se nos hace pasar como una organización altamente moral, más allá de los pleitos mundanos, supuestamente promotora del jogo bonito, dedicada a llevar y transmitir alegría y esperanza a través del futbol a todos los pueblos del mundo, entre cantos solemnes de himnos nacionales, porras, pasión, entrega y blablablá. Pero la realidad capitalista de la FIFA es horrorosa, putrefacta, letal para la unidad de los proletarios del mundo.

Pues esa FIFA es la que expulsó a Rusia de todos los torneos “oficiales” del mundo, la que ha prohibido a todos los pueblos del planeta tener cualquier relación futbolística con ella, ir a jugar allá o, si no hay de otra, que sea en territorio “neutral”, sin espectadores y sin usar la bandera o el himno de Rusia. Pues mire usted que si yo fuera ruso me sentiría honrado por ser el objetivo de la bajeza de tan ruin banda. Esas y otras humillantes condiciones le vedaron a Rusia la posibilidad de competir para estar en Qatar y, por supuesto, no las aceptó. Nunca sabremos si hubiera ganado un lugar entre los 32 mundialistas, pero de que fue víctima de una infamia no hay duda.

Dijo apenas hace unos días el Maestro Aquiles Córdova Morán que hay encrucijadas de la vida de la humanidad en que “la razón y la lógica quedan siempre supeditadas a los grandes intereses en juego, y pierden por eso su capacidad para revelar la verdad. En tales ocasiones, la fuerza de la verdad no basta para convencer a la opinión pública”.

Y a sabiendas de ello, para invitarlo a reflexionar, expongo a usted esta verdad suficientemente argumentada por los hechos: la FIFA expulsó a Rusia por defender a los pueblos agredidos de Donetsk y Lugansk, en el Donbass de Ucrania, atacados durante ocho años de manera inmisericorde por los neonazis ucranianos, con el apoyo yanqui y de la gran burguesía europea; esa defensa no es ningún delito más que a los ojos de los explotadores del mundo; pero a sus amos nunca les ha prohibido nada la FIFA, a pesar de estar también suficientemente documentada la larga lista de crímenes que E.E.U.U. y la OTAN han cometido contra los pueblos del mundo; los mayores criminales que ha conocido la humanidad pueden patear libremente la pelota donde se les antoje, al cabo la FIFA les construye estadios por 10 mil millones de dólares donde deseen. La FIFA, como otros organismos internacionales, ha querido aislar deportivamente a Rusia por ejercer su derecho a defenderse ella misma de la inminente agresión norteamericana y sus súbditos de la OTAN a su territorio, de sus intentos manifiestos y cínicos de invadirla, destruir su pueblo y fraccionarla en múltiples republiquitas, controladas por Estados Unidos; pero ello, antes que envilecer a Rusia, la ha dignificado y le ha devuelto la grandeza que momentáneamente perdió luego del colapso soviético. La banda de forajidos del futbol dictaminó sentencia contra Rusia, como si fuese el peor mal que la humanidad haya sufrido, cuando en realidad el pueblo ruso ha puesto el pecho por delante en la gran tarea de detener las ambiciones imperialistas de conquistar el mundo entero o de conducirnos al exterminio por guerra nuclear. 

No perdamos la certeza: algún día la humanidad entera jugará hermosas espartaqueadas deportivas y culturales donde rusos y gringos, argentinos y mexicanos, chinos y japoneses y todos los pueblos del planeta compitamos fraternalmente. Necesitamos apurarnos, pronto, la revolución… pronto.
 

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