Yucatán es una de las cinco entidades que registran mayor crecimiento económico en el país. Sin duda, las obras federales detonaron el crecimiento de distintos sectores empresariales, además de las inversiones extranjeras y el turismo.
Sin embargo, también se manifiestan los graves problemas que aquejan a todo México y al mundo entero, que tienen que ver con la grave concentración de la riqueza en unas cuantas manos y una población mayoritaria que cada vez se empobrece más al perder, una y otra vez, su poder adquisitivo, debido a la inflación, la carestía del inicio de año y la reducción porcentual del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita.
Esta situación impacta también la falta de calidad en los servicios educativos, de salud, de vivienda, en una mala alimentación y en la gran cantidad de trabajadores informales que no cuentan con las prestaciones de ley (más del 60 %).
Aunque el Gobierno implementa iniciativas como la “Tarjeta universal de salud para los yucatecos”, lamentablemente no han logrado atender de manera efectiva los problemas de calidad y acceso a la atención médica.
Uno de los aspectos que más impactan a la población es el deterioro de la salud de los yucatecos. Es una preocupación la grave situación del sistema de salud en Yucatán, la cual alcanzó niveles alarmantes de precariedad y desatención.
Según datos recientes, el porcentaje de habitantes sin acceso a servicios de salud aumentó alarmantemente en los últimos años, pasando del 14.1 % en 2018 al 35.1 % en 2022. Aunque el Gobierno implementa iniciativas como la “Tarjeta universal de salud para los yucatecos”, lamentablemente no han logrado atender de manera efectiva los problemas de calidad y acceso a la atención médica.
Es especialmente preocupante observar cómo las personas más vulnerables, que incluyen al gran sector de trabajadores informales, amas de casa, artesanos y campesinos, en el interior del estado y en la periferia del sur de la capital, continúan sufriendo las consecuencias de un sistema de salud deficiente que no cumple con sus necesidades básicas.
A pesar de las promesas de cambio por parte de la administración federal, la situación persiste y sigue afectando negativamente a nuestra población.
Además, es importante destacar que las declaraciones propagandísticas sobre el supuesto servicio de “Médico en tu casa”, el mejoramiento de las fachadas de los centros de salud, y la “Tarjeta universal de salud” no se traducen en una atención real y verdadera para quienes la necesitan con urgencia.
La mayoría de los pacientes experimentó la falta de medicamentos en clínicas y hospitales, así como la ausencia de estudios clínicos y de pruebas de laboratorio, lo que genera un elevado costo adicional que los enfermos y sus familiares tienen que asumir, haciendo prácticamente nulo el derecho constitucional de tener un servicio de salud de calidad y gratuito.
Por lo anterior, se vuelve necesario que gobernantes y funcionarios dejen de lado los discursos propagandísticos, que fabrican mentiras a su conveniencia y dejan la realidad intacta.
Pero, sobre todo, urge que el pueblo trabajador se organice para exigir a las autoridades competentes que tomen medidas inmediatas y efectivas con el fin de garantizar una verdadera cobertura universal de salud que atienda las necesidades de las familias más desfavorecidas de Yucatán.
El pueblo trabajador se debe organizar y educar políticamente para participar en el próximo proceso electoral a través de sus sindicatos, de sus organizaciones y asociaciones, proponiendo mejores candidatos y funcionarios que sean parte del núcleo principal del pueblo para que que implementen políticas y programas que mejoren la calidad de los servicios de salud, aseguren el acceso equitativo a la atención médica y proporcionen apoyo integral a quienes más lo necesitan. De no hacerlo, seguiremos en el rezago de la salud.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario