MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Yucatecos, dioses y todos nosotros

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Muchos vimos hace unos días cómo unos yucatecos le declararon la guerra al dios griego Poseidón, arremetiendo contra él y removiéndolo de su sitio, por “atraer tormentas”. También porque, según los memes y la consigna común, el dios maya Chaac estaba muy molesto por ser reemplazado.

El asunto era hilarante para algunos. Sin embargo, hay algo interesante sobre el que, creo, vale la pena pensar.

Esta persistencia en la adoración a los dioses prehispánicos es un testimonio de la resistencia cultural y espiritual de los pueblos originarios.

Las redes se inundaron después de eso con imágenes, videos, textos y más, donde se hacía referencia a la grandeza, poder y benevolencia de los antiguos dioses prehispánicos, como una nostalgia colectiva de hacer que las deidades aparecieran de nuevo y nos protegieran y brindaran, como antes, lo necesario para vivir dignamente.

Es sorprendente que los pueblos originarios de México hayan mantenido viva su conexión con sus dioses prehispánicos a pesar de los siglos de colonización y evangelización.

La conquista española no logró erradicar la fe en estas deidades ancestrales, que siguen siendo veneradas en muchas comunidades indígenas de todo el país.

La persistencia en la adoración a los dioses prehispánicos es un testimonio de la resistencia cultural y espiritual de estos pueblos, que han sabido preservar su identidad a lo largo del tiempo.

A mi parecer, y puede que esté equivocado, es bueno que los pueblos originarios sigan conservando su identidad por necesidad, y esta consiste en mantener vivas sus tradiciones, costumbres y creencias, que son parte fundamental de su herencia cultural y, muy importante, de su identidad.

A través de la adoración a sus dioses prehispánicos, encuentran un sentido de pertenencia y conexión con sus raíces, fortaleciendo su identidad colectiva y preservando su patrimonio espiritual. ¿Quién soy yo para decirles que no lo hagan?

Además, puede ser interpretada como una forma de resistencia en un contexto de desafíos sociales, políticos y económicos. La fe en estas deidades ancestrales puede brindar consuelo, esperanza y orientación a quienes buscan soluciones a sus dificultades.

Para ayudar en esto, mis compañeros organizaron ya la tercera edición del concurso de danzas tradicionales, donde asistió Aquiles Córdova Morán y habló sobre esto, por supuesto con mucha más autoridad y con ideas más geniales que contribuyeron al sentimiento de hermandad y clarificaron que el pueblo es uno.

México debe avanzar sin perder de vista la historia que deja, y debe avanzar también con la claridad de que los trabajadores somos de la misma clase, y cosas como vivir mejor es chamba de todos: nuestra, de los hombres y mujeres de a pie educados, politizados y organizados; nuestros dioses, yo creo que harán lo suyo.

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