En México, las condiciones económicas y políticas se agudizan día a día, derivado de la mala distribución de la riqueza, donde unos cuantos la concentran y la inmensa mayoría carece de lo elemental. A nivel mundial existen 10 personas que concentran la mayor riqueza, mientras el ingreso del 99% de la población es bajo. Por su parte, la Oxfam advierte que las desigualdades socioeconómicas son un grave problema que afecta a la humanidad, principalmente a los países tercermundistas como México.

Expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) tomaron informes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y detallaron, de manera preocupante, la falta de acceso a los servicios de salud, mismo que incrementó en plena emergencia sanitaria, profundizando y agudizando las condiciones de vida de las familias más vulnerables.

En nuestro país, 100 millones sufren pobreza, alcanzándoles para apenas sobrevivir, pues las mercancías, a raíz de la pandemia y la crisis económica, subieron de precio. Entre las carencias más destacables son el rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacio de vivienda, así como acceso a la alimentación. Pero el baluarte del presidente Andrés Manuel López Obrador es el de acabar con la corrupción.

México es el país peor evaluado en términos de corrupción de los 38 que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo económico (OCDE). La corrupción existe tanto en el sector privado como en el público. Hay un dicho que dice “la vergüenza pasa y la fortuna queda en casa” y un claro ejemplo es el sexenio de López Obrador, quien habla todos los días de la corrupción que había en el pasado, cuando en su mismo gobierno existe. Como el caso de Delfina Gómez, actual encargada de la Secretaría de Educación Pública (SEP), denunciada por retener salarios a los trabajadores del municipio de Texcoco cuando era presidenta municipal.

Sin embargo, el presidente miente en cada una de sus conferencias matutinas, ejemplo está la del pasado 4 de enero de 2022, cuando afirmó que México recupera su prestigio gracias al combate contra la corrupción. “Cae más pronto un hablador que un cojo”. Pocos días después, Latinus y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad publicaron que su hijo mayor, José Ramón López Beltrán, ocupó dos residencias al norte de Houston en Estados Unidos, cada una con un valor comercial cercano al millón de dólares. El hijo del mandatario vive con un estilo de vida muy distinto al que pregona el papá. Con ello se contradice el discurso de austeridad de López Obrador.

En cada discurso, López Obrador ha exhortado a la población a llevar una vida de austeridad. “No al lujo, que lo que tengamos se use para lo indispensable, para lo básico”, cuando vemos que en su propia casa esto no es así o en su caso, favorece a empresarios con diversos contratos de adjudicación directa, práctica que según dijo acabaría.

Andrés Manuel López Obrador ha maquinado esa política de chantaje, disfrazando su discurso para ganar simpatías con su “baluarte anticorrupción”, que el pueblo que lo ve en sus mañaneras muerda el anzuelo y, en un momento dado, pueda apoyar a sus candidatos que a él convengan, porque su objetivo es centralizar el poder como en una monarquía, donde sólo se haga la voluntad del presidente.

Ahora ya no hay recursos para obras ni apoyos; hay escasez de medicinas, ya no hay seguro popular, Prospera, por mencionar algunos programas que eliminó la actual administración. Los apoyos que se dan por el gobierno federal no alcanza para mejorar sus condiciones de vida como drenaje, luz, pavimentación de calles, vivienda, salud, educación. Esa política ha venido afectar a millones de familias que antes tenían la posibilidad de ser apoyadas a través de la gestoría, pero ahora se les niega, argumentando que él está acabando con la corrupción.

Pero no es la corrupción que pregona López Obrador; es la desigualdad, la pobreza y la marginación el verdadero problema en nuestro país. Porque está visto que la corrupción no acaba, sino que ha ido en aumento en su administración.

Los mexicanos atentos y conscientes de la realidad, nos preguntamos, ¿dónde quedó el dinero que dice que se ha ahorrado combatiendo la corrupción? ¿Cuál corrupción ha combatido? La respuesta creo que no deja lugar a dudas. Como las cosas van de mal en peor, el pueblo tiene que ir conociendo la verdadera realidad. El país se está desmoronando con tan malos resultados en la conducción del país por la 4T, por lo que el pueblo tiene que hacer conciencia de la situación, organizarse, luchar y tomar el poder político para que gobierne.

Con respecto al estado de Yucatán, que representa uno de los destinos turísticos más importantes a nivel nacional; se ha profundizado la pobreza, sólo en el 2020 subió en un 16 por ciento, cerca de 66.3 por ciento de la población vive en situación de pobreza, concentrada en 20 municipios. En Yucatán aumentó la pobreza, según el Coneval, los que no pueden comprar la canasta básica incrementó de 33.3 a 35.6 por ciento. Pues necesitan ganar 300 pesos diarios; 36 de cada 100 yucatecos viven en pobreza laboral extrema, 34 por ciento de la población sin acceso a la canasta básica.

El salario mínimo en general pasa de 141.70 a 172.897 pesos diarios, mientras que en la zona libre de la frontera Norte pasa de 213.39 a 260.34 pesos diarios. Sin embargo, la canasta básica subió de 10 a 15 por ciento en un solo mes, y el costo promedio de la canasta básica es de 860 pesos, comparado con el promedio de la (zona Sur-Sureste) con el centro-Norte, alcanza 965 pesos, sólo tomando en promedio a una familia de cuatro personas, aunado a que ha aumentado el costo de salud, educación, etc. A las familias más humildes es a quien les pega el embate de la crisis, pues ni siquiera cuentan con una buena vivienda como lo marca el Artículo 4º de nuestra Carta Magna y que dice: “Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa”.

El mismo gobernador panista, Mauricio Vila Dosal, dijo en enero de 2019 “las acciones que nosotros realizamos como presidentes municipales y gobernador, tienen que estar encaminadas en sacar a nuestra gente en situación de pobreza” y que se invertirían 200 a 250 millones de pesos en materia de vivienda para el interior del estado, y donde se realizó un censo a 280 mil familias para conocer quién necesitaba el apoyo.

Sin embargo, en Yucatán existen comunidades y colonias marginadas que no cuentan con la infraestructura necesaria para su bienestar social, pues carecen de lo más elemental como vivienda digna, agua potable, electricidad, pavimentación de calles, entre otras.

Es urgente y necesario que el gobierno que encabeza el Lic. Mauricio Vila Dosal, reoriente el gasto social en favor de las clases más desprotegidas, pues el derecho de petición, es un derecho consagrado en el Artículo 8º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, donde establece que, “es función esencial del estado la protección efectiva de los derechos de la persona, el respeto de su dignidad y la obtención de los medios que le permitan perfeccionarse de forma igualitaria, equitativa y progresiva, dentro de un marco de libertad individual”.

Sabedores de nuestro derecho constitucional, los antorchistas yucatecos de manera coordinada y previo consenso con los afiliados, entregamos un pliego petitorio al Lic. Mauricio Vila Dosal desde que tomó el poder; y hasta la fecha seguimos esperando la solución a las demandas planteadas en el documento; hemos estado reiterando las necesidades de nuestros compañeros año con año y a la fecha no ha habido solución a tan importantes necesidades, las cuales se han incrementado en estos tiempos de inflación.

Es importante enfatizar que el hecho de buscar a las autoridades a través de un pliego y tener un acercamiento que posibilite el diálogo, análisis y por supuesto, soluciones idóneas que beneficien a los tan maltratados campesinos y colonos por la vida de carencias es justo y por el desarrollo de Yucatán.

Ya es tiempo que el gobernador Mauricio Vila Dosal cumpla con la promesa que le hizo al pueblo, atienda y resuelva las demandas de los antorchistas que van de vivienda, insumos para el campo, luz, agua, regularización de colonias; lo solicitado es plenamente justificado, pues beneficiarían a un importante sector de necesitados.

Si no encontramos soluciones a las peticiones, el pueblo organizado tiene derecho a levantar la voz, y hacer uso de nuestro derecho a la libre manifestación. Que conste.