MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

2022, mal año para los pobres; 2023 será peor

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El año 2022 se fue con mucha pena y sin ninguna gloria. Aquí un breve recuento de los males que enfrentamos como clase trabajadora.

Más covid-19 con la variante Ómicron, que sumó cerca de 27 mil fallecidos, en 2022, alcanzando la cifra oficial de 330,695 muertes por este virus, desde marzo de 2020. Esta cifra es distinta de la del Registro Nacional de Población, que en octubre informó que van 500,760 muertes por covid-19 (nadie olvide que fuera del gobierno, se habla hasta de un millón de muertos). Lo más repulsivo de estas muertes, es que el gobierno federal no hizo prácticamente nada para garantizar la seguridad de los mexicanos; llamó a quedarse en casa, pero no le importó la pérdida de fuentes de empleo, ni la seguridad alimentaria, ni la falta de medicamentos.  Sólo se aplicó el sálvese quien pueda. 

La educación de los mexicanos, o sea la educación pública, también sufrió el desinterés del gobierno federal, pues aparte de que no se ha hecho nada por mejorar su calidad, se eliminaron las Escuelas de Tiempo Completo (ETC), que atendían a 3.6 millones de niños. Estas ETC reforzaban los aprendizajes académicos y apoyaban el desarrollo deportivo y artístico de todos esos estudiantes. La educación de calidad para el pueblo sigue en espera de mejores gobiernos.

Los precios de los bienes y servicios que todos usamos se incrementaron a lo loco. La inflación, en promedio, fue de 8 por ciento. Todo lo que comemos y tomamos, así como el gas, la gasolina y la luz eléctrica, nos costaron mucho más, sin que ninguno de los largos discursos del presidente, conmovieran a los empresarios para que le bajen a su codicia. Claro, es fácil decir discursos apantallantes, lo difícil es enfrentarse en serio, a los dueños del poder.

En cuanto a la salud de los mexicanos, el año 2022 fue fatal. No olvidemos que 37 millones no tienen acceso a ningún servicio médico, son los que van a los consultorios del Dr. Simi, o se curan solos, con tecitos; pero es igual si eres derechohabiente, pues aparte de la falta de médicos y de instrumental o de aparatos especializados, la falta de medicinas afecta a la mayoría. Los datos del IMSS, en 2022, dicen que no se surtieron completamente, nueve millones, 958,100 recetas; esos mismos datos dicen que apenas se ha llegado al 71 por ciento de recetas surtidas al cien por ciento.

Como última parte de este recuento, me referiré al trabajo y a los salarios. El gobierno presume que decretó un “enorme” incremento a los salarios, pues este pasó de 172.87 pesos, a 207.44 pesos a partir de este mes de enero, o sea, un incremento del 20 por ciento. (Esto será diferente en 43 municipios de la frontera con EE. UU., pues ahí el salario mínimo será de 312.41 pesos.) Ciertamente suena bien, pero sólo beneficiará a los trabajadores de salario mínimo que se encuentren en la condición de formales, 6.4 millones. Pero los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) dicen que en México existen 32.4 millones de trabajadores informales, que carecen de todo tipo de derechos.

Y con los incrementos salariales que, aparentemente, lo que se busca es la recuperación del poder adquisitivo, los trabajadores sufren más, pues esos incrementos, como se hacen con dinero que sale de las ganancias de los patrones, éstos los recuperan mediante los incrementos a los precios, la famosa inflación, que afecta a todos, ganen o no, el salario mínimo. Si el gobierno fuera, en verdad, defensor de los pobres, actuaría de inmediato, amarrando las manos a esos patrones abusivos, pero nada de eso, al contrario, mejor aprovecha esos incrementos para ajustar (también al alza) los costos de los servicios que está obligado a proporcionar: agua, luz, drenaje, pavimentación, y hasta los precios de las actas de nacimiento. Como al perrito flaco del viejo refrán, a quienes más afectan los altos costos de la vida, es a los más pobres.

Por eso, no es que yo sea ave de mal agüero, pero nada hay en el horizonte que me haga creer que las cosas nos irán mejor este año. No hay de otra, obrero, pequeño comerciante, peón, estudiante, organízate y lucha con tus hermanos de clase. 

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