Estamos a diez días de que concluya el año 2024 un año muy turbulento ya sea por la violencia que azota en nuestro país, sobre todo en estados como Sinaloa que ya cumplen cien días; elecciones, cambio de administraciones y una creciente desigualdad y pobreza que no tiene freno.
Pues el freno que se pretende poner es la de dotar a los mexicanos de programas asistenciales que ya quedó demostrado, con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que no es la verdadera medida para sacar de la pobreza a la gente. Lo vimos por seis años y caso contrario, la desigualdad y pobreza fueron en aumento.
Las nuevas administraciones, a dos meses de haber tomado el poder en sus respectivos cargos, no han mostrado una verdadera alternativa para sacar de la pobreza a los mexicanos, en particular a los yucatecos
Tal vez para unos el 2024 fue su año y esperan que no termine o incluso anhelan que culmine para que inicie el 2025 con más oportunidades, retos y metas que alcanzar, pero para quienes viven en la pobreza, sin una vivienda digna, una mejor calidad de vida, ven la culminación del 2024 como un año más sin mejorar sus condiciones de vida, esperando que en el 2025 ahora sí sea su año.
Las nuevas administraciones, a dos meses de haber tomado el poder en sus respectivos cargos, no han mostrado una verdadera alternativa para sacar de la pobreza a los mexicanos, en particular a los yucatecos.
Siguen viendo la implementación de programas directos o proyectos, pero como lo señalé más arriba, esa no es la verdadera opción para sacar de la pobreza a la gente, AMLO ya lo demostró en su sexenio y el resultado fue que incrementó la pobreza.
Alrededor de un millón 400 mil habitantes de Yucatán, alrededor del 43 por ciento de la población, no cuenta con los ingresos necesarios para el mantenimiento de su familia y, señaló en 2023 en sus cifras el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), viven entre la "línea" de la pobreza y la pobreza extrema.
Mérida, la ciudad blanca que se caracteriza por ser una de las más turísticas existe un grado de marginación y pobreza, sobre todo en el Sur, viéndose esa diferencia entre la Mérida rica del Norte y pobre del Sur. En este lado de la capital viven familias de escasos recursos que viven en casas de madera construidas por quienes las habitan.
Padecen las inclemencias del tiempo, ya sea de las altas temperaturas o del frío que azota en estas fechas el Estado, poniendo en riesgo su integridad y salud. Aunque son señalados como invasores, la verdad es que no fue por capricho el vivir así, sino por necesidad, toda vez que a raíz de la pandemia ya no contaron con los recursos suficiente para poder costear una renta, por lo que optaron por tomar esta decisión.
Sí, el año termina, pero un año más que transcurre sin que las familias tengan su patrimonio digno y de calidad, a pesar que todo el 2024 estuvieron luchando por él; lo único que les queda es que no cesarán en su lucha para que puedan lograr su patrimonio.
Ante ello, el antorchismo los llama a seguir organizados y seguir luchando por seguir mejorando su calidad de vida porque quienes producimos la riqueza de este país son los que más sufren y carecen. Dispongámonos a luchar por la toma del poder político del país, porque sólo así el pueblo va poder tener una vida de calidad, porque de no hacerlo seguiremos en la misma situación. Se puede y debemos luchar.
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