El presidente de la República, hacia su tercer mes de gobierno, hizo un pronunciamiento tan audaz que, de haber sido cierto, hubiera desatado una guerra civil y hasta una intervención militar del país vecino del norte.Dijo en una de sus mañaneras de marzo de 2019, desde hoy ¡se acabó el neoliberalismo! En ese entonces su credibilidad todavía era muy alta, muchos le creyeron.Sin embargo, en los 17 meses subsiguientes, con acciones (y no con pronunciamientos) ha venido implementando exactamente lo contrario.Así se encuadra la reciente firma del Tratado de Libre Comercio, sus convenios con Banco Azteca para la famosa tarjeta, la reciente concesión a Televisa y a TV Azteca para transmitir las clases a millones de estudiantes, etc.Sus medidas de austeridad no son más que un disfraz de neoliberalismo: ha eliminado o recortado infinidad de programas asistencialistas que beneficiaban a millones de entre los mas pobres de nuestro país.Es importante señalar que algunos círculos derechistas creen o fingen que creen en su discurso populista seudoizquierdista y lo han llegado a acusar de llevar a México hacia una Venezuela o incluso hacia un socialismo cubano, nada mas contrario a la verdad.Ojalá fuera cierta la acusación que se le hace porque entonces México no estaría en el deshonroso tercer lugar mundial de muertes por la pandemia.
La pandemia le ofreció la oportunidad de demostrar, en los hechos, su antineoliberalismo de palabra, pero hasta el momento no la ha aprovechado, ya que hasta la fecha tiene en el completo abandono a la población, a pesar de que, según datos del Secretario de Salud, estamos llegando a las 60 mil defunciones, pero que según el Registro Civil son 180 mil los muertos por Covid 19.
Como recordará el atento lector, el neoliberalismo en México llegó con el sexenio del licenciado Miguel De La Madrid Hurtado (1982-1988), en el cual se privatizan varias y diversas empresas.Con su llegada, se sustituye al Estado del bienestar social para dejar que las fuerzas del mercado se manifiesten libremente sin la intervención del Estado.De 1988 a 1999 se privatizan a fondo varios sectores como el siderúrgico, la Banca y la telefonía (Salinas y Zedillo).En el sexenio del presidente Zedillo se hacen, además, cambios constitucionales para vender los ferrocarriles y la comunicación vía satélite.Así temenos que las paraestatales han venido desapareciendo a través de los distintos sexenios hasta casi extinguirse por completo en la actualidad.Por eso cuando el actual presidente declara que el neoliberalismo en México quedaba abolido, o una de dos, se trataba de volver a las paraestatales o de plano de instaurar una economía dirigida hacia el socialism.Pues ni lo uno ni lo otro.Todo quedó en palabras.La incongruencia del presidente se volvió a manifestar recientemente cuando ante un acto de corrupción de la expresidenta de su Partido, se justificó diciendo que todo era culpa del neoliberalismo, por fin ¿en qué quedamos?
Por si no fuera poco con los estragos que ha ocasionado la pandemia y acrecentados por el abandono gubernamental, ahora se le está recortando a Liconsa la capacidad de distribución de tan importante alimento, como es la leche, entre la población de escasos recursos económicos.En pocas palabras, no solo no apoya con alimentos a la población en cuarentena y sin trabajo, sino que además le recorta a un programa alimenticio que va directamente a los más pobres de los pobres.Lo dicho, lo ha advertido ya en infinidad de ocasiones el Movimiento Antorchista, la hambruna va a ocasionar igual o hasta más defunciones que por contagio del virus y los niveles delictivos van a seguir aumentando irremediablemente a niveles nunca antes vistos.Pero estas medidas antipopulares y cien por ciento neoliberales, el pueblo se las cobrará en el 2021 en las urnas a la 4T.De eso, no hay ninguna duda.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario