“En México, han sido reportadas como desaparecidas 290,824 personas entre 1962 y este 2 de agosto de 2023.De esas casi 300,000 personas, 110,106 han sido reportadas como desaparecidas durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador”. https://politica.expansion.mx/mexico/2023/08/02. Cuando los datos hablan, las palabras sobran.
El pasado 30 de agosto, se conmemoró el Día Internacional de las desapariciones forzadas. En México hubo manifestaciones en diferentes estados de la República, donde salieron con las fotos de sus queridos familiares que dejaron sus hogares sin volver. La desaparición forzada es un arresto, secuestro, detención, o cualquier otra forma de privación de la libertad no reconocida; se caracteriza por la negación de las autoridades a reconocer dicha privación de la libertad y por la ocultación de información sobre la suerte o el paradero de la persona desaparecida, evitando así que la víctima pueda ser protegida por las leyes. Así lo define la propia secretaría de gobierno (https://www.gob.mx/segob).
Ya desde 2018, el Comité de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Desapariciones Forzadas lamentaba la situación de desapariciones generalizadas en gran parte del territorio de México y la impunidad y la revictimización; criticaron que no existían datos confiables sobre desapariciones forzadas, afirmaban que el alto número de cadáveres sin identificar y de fosas clandestinas sin atención constituían una “emergencia” que urgía atender, y también dieron a conocer la preocupación por el rol otorgado a las fuerzas militares en las tareas de seguridad pública en la mayor parte del territorio nacional, así como la creciente militarización de las autoridades civiles encargadas de hacer cumplir la ley, solicitando de esta manera poner orden en tan complejo problema social. (https://politica.expansion.mx/mexico/2018/11/19) Cinco años han pasado desde este importante y enérgico llamado hecho por la ONU, y lo que hemos visto es que la 4T ha hecho oídos sordos a tal llamado, por lo que el problema se ha agravado y el panorama actual es muy preocupante.
Por ejemplo, ya no es una novedad ver que, en los estados amedrentados por la delincuencia organizada, (casi todos), surjan genuinamente grupos de individuos, padres de familia y familiares de las personas desaparecidas, que desesperados por la falta de atención y seguimiento a sus denuncias, han optado por organizarse para hacer justicia por su propia mano, es decir, salir a buscar hasta encontrar a sus desaparecidos; se estima que hay alrededor de 234 colectivos de madres buscadoras en todo el país. Hemos visto también, que lejos de recibir el apoyo del gobierno para eficientar su búsqueda, o brindarles protección, algunos de ellos ya acompañan a sus familiares en el otro mundo, es decir han muerto en el intento de encontrar a sus familiares.
De acuerdo con datos del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPDNO), en todo el país han desaparecido 2 mil 95 personas en todo el país; esta cifra significa un aumento de 20.54%, en comparación con el mismo periodo de 2022, en el que ocurrieron mil 738 desapariciones (https://www.eleconomista.com.mx). Nuestro país ocupa el segundo lugar en el mundo en incidencia de desapariciones, otras estadísticas estiman que hay 120 mil personas desaparecidas, siendo los estados más afectados: Jalisco, Estado de México, Tamaulipas, Nuevo León entre otros. Pero nuestro Colima no se queda atrás: organizaciones civiles, como Red de desaparecidos en Colima A.C., calculan que existen más de mil 700 personas desaparecidas. Este es un problema de nación, lo que los expertos han llamado crisis humanitaria.
¿Qué dijo López Obrador de esta situación en su Quinto Informe de Gobierno? Lo que ya hemos escuchado en muchos discursos, que esas cifras no son correctas, que reconoce como 100 mil personas desaparecidas, pero no las 120 mil que sus detractores inventan
¿Qué dijo López Obrador de esta situación en su Quinto Informe de Gobierno? Lo que ya hemos escuchado en muchos discursos, que esas cifras no son correctas, que reconoce como 100 mil personas desaparecidas, pero no las 120 mil que sus detractores inventan. Su propuesta es volver a hacer un censo para tener cifras exactas. ¡Pero si eso le sugirieron desde hace cinco años, y solo le quedan 13 meses de gobierno!
Este me parece un problema que refleja la crisis humanitaria en que Morena ha sumido a nuestro país. Es muy decepcionante ver el trato que se le da al problema, como si fuera peccata minuta, cosa menor, un errorcito de cálculo y nada más, pero, ¡Señor presidente, se trata de vidas humanas, de los mexicanos que votaron por usted y creyeron en su promesa de atender primero a los pobres, y ahora están desaparecidos, probablemente muertos!
Es muy lamentable encontrar en las estadísticas que la mayoría de los desaparecidos son personas de entre 15 a 29 años, o sea los jóvenes, y también que las cifras más altas son de mujeres. ¿Pero cuál es la propuesta para salvar a los jóvenes, y a sus familias de esta gran tragedia? ¿Darles apoyos monetarios? ¿Darles el pésame y las condolencias? Está es una evidencia más de que las becas y el dinero otorgado en tarjetitas, no resuelve los problemas de los mexicanos.
México ya parece una gran fosa común: cadáveres sin identificar escondidos por ahí, asesinados a manos del crimen organizado, que parecen no temerle a la autoridad en lo más mínimo. Muertos por accidentes que bien se pudieron prevenir, muertos por enfermedades, que bien se pudieron curar, claro con la intención y voluntad de los que nos gobiernan. ¿Y es a esto a lo que López Obrador le llama gobierno humanitario?
Lo peor de todo es que, como corolario de su discurso, afirmó que seguirá trabajando de la misma manera que lo viene haciendo. Asumiendo que lo ha hecho bien, que vamos bien, que ha logrado acabar con la corrupción y con el neoliberalismo. Coincido con algunos analistas políticos, ¡pareciera que nuestro presidente no vive en este país! Pues solo un necio, seguiría por el mismo camino, cuando los resultados le gritan que no es ni por ese camino, ni con esa estrategia. Pero además de la cerrazón, un cinismo descarado caracteriza a los morenistas, al pretender con estos caóticos resultados, hablarle a la gente y solicitarle nuevamente su confianza para mantenerse en el poder, ¿pueden creerlo?
¡Morena no supo gobernar a México, y no debería volver a hacerlo! Por el bien de todos, pongámonos atentos.
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