Estamos a poco menos de un año de que el gobierno de AMLO termine, se acercan las elecciones en las que se renovará la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, senadores y Presidente de la República, se elegirán 15 gobernadores y algunos congresos locales, presidentes municipales y regidores, así como las alcaldías de la Ciudad de México.
Estarán en juego unos 5 mil doscientos cargos de elección popular y, según los cálculos oficiales, será una elección numerosa y compleja en el país. Sin embargo, pienso que lo que lo vuelve compleja y peligrosa, como quizá nunca antes, es el estado de ánimo social en que nos encuentra hoy el país, así como la injerencia del crimen organizado en las decisiones económicas y políticas del país.
Hoy, a diferencia de la elección recién pasada, no hay una unidad clara en torno a un partido político; más bien, la sociedad se encuentra claramente dividida y polarizada, por un lado Morena con todo el poder del Estado, con los programas a su servicio, pisando la ley a su antojo, con un pueblo más empobrecido que nunca, con un sistema de salud colapsado, sin medicamentos, sin médicos suficientes, sin poder atenderse, operarse o hacerse estudios cuando lo necesitan, con un boquete en la educación pues quien está al frente de la Secretaría de Educación Pública (SEP) no tiene la capacidad ni el conocimiento para conducir la educación de los niños y jóvenes al desarrollo que demanda el país y el mundo. Con un pueblo abandonado a su suerte, sin obras reales que mejoren su entorno, comprados por la dádiva del gobierno federal que le da a unos cuantos de la comunidad, pero que deja sin obras y servicios al resto de ellos, no hay apoyos al campo; la semilla, el diesel subsidiado, implementos agrícolas, proyectos productivos, etcétera, desaparecieron totalmente, ya no hay apoyos a la vivienda.
Y por otro un Frente Amplio que asegura que recobraremos el control de nuestro país, que volveremos a generar la confianza entre los inversionistas extranjeros para generar más y mejores empleos, con apoyos al campo, a la vivienda, a la salud, rescataremos las energías limpias etcétera, etcétera, lo que sea para sacar a los que están gobernando tan mal a México, que quieren encabezar toda la parte de los mexicanos que se han sentido agraviados, perseguidos, calumniados, a las madres que les han arrebatado, secuestrado o asesinado a sus hijos o familiares, a las madres de familia de los pequeños con cáncer que no tiene acceso a los medicamentos, los grupos sociales que han sido calumniados y perseguidos, a la clase media tan criticada de aspiracionista, etcétera, etcétera, en fin todos aquellos grupos que se atrevieron a denunciar arbitrariedades, abusos o falta de soluciones.
Los morenistas se sienten únicos dueños del poder y son capaces de todo para retenerlo, por eso tienen detenido el nombramiento del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, pues al no poder sesionar como institución por no contar con los funcionarios requeridos, no hay la posibilidad de tener a la mano la información de transparencia con que deben de funcionar todas las secretarías del gobierno federal estatal y municipal.
Es difícil pensar que las próximas elecciones se darán en un clima de absoluta paz social y de plena confianza ciudadana en los órganos electorales, las trampas y las presiones, abiertas o disimuladas, estarán a la orden del día, los resultados, en caso de que no le favorezcan a Morena, serán impugnados, no se respetarán y por todos los medios buscarán quedarse en el poder
Este instituto permite analizar la forma en que cada dependencia de gobierno y los servidores públicos utilizan el dinero que se le asigna para que haga su trabajo en favor de los mexicanos. De este instituto salieron los datos que le sirvieron a AMLO cuando era candidato, con esos datos denunció públicamente la corrupción en algunas dependencias de los gobiernos anteriores, corrupción que ahora se manifiesta en diferentes dependencias como la Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), la Comisión Nacional del Deporte (Conade), el Instituto Nacional de Migración (INM), el Instituto para Devolver Pueblo lo Robado (Indep), la SEP, etcétera, entre otras. Hablaron de acabar con la corrupción y resultaron peores que los anteriores.
Es difícil pensar que las próximas elecciones se darán en un clima de absoluta paz social y de plena confianza ciudadana en los órganos electorales, las trampas y las presiones, abiertas o disimuladas, estarán a la orden del día, los resultados, en caso de que no le favorezcan a Morena, serán impugnados, no se respetarán y por todos los medios buscarán quedarse en el poder, incluso a costa de la paz social.
Mientras tanto el pueblo debe entender que ninguno de ellos lo representa realmente, pues no son partidos impulsados por el pueblo y sirven como siempre a la clase social a la que los creó, están obligados por tanto a formar un partido que defienda realmente a sus intereses.
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