Difícil de creer de un personaje honesto, pero no en un cuentista profesional y consuetudinario, como desafortunadamente ha resultado ser el presidente Andrés Manuel López Obrador, mal elegido por más de 30 millones de mexicanos, muchos de ellos ahora arrepentidos.
Cuando asumió el Gobierno de México, juró respetar la Constitución de nuestro país y la independencia de los poderes Legislativo y Judicial, presidido por el obsequioso ministro queretano, Arturo Zaldívar durante los primeros cuatro años del gobierno obradorista, hasta diciembre de 2022, período durante el cual nunca hubo quejas del presidente.
Conviene recordar que en abril de 2021, el Congreso aprobó una reforma judicial conocida como “Ley Zaldívar”, impulsada por los legisladores de Morena (sin siquiera conocerla) y el presidente López Obrador, consistente en extender el mandato del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y al mismo tiempo de presidente del Consejo de la Judicatura Federal, que es el órgano que rige el sistema judicial, designa, remueve, asciende y aplica medidas disciplinarias a jueces federales, maniobra que evidentemente viola la Constitución y la independencia judicial, evidenciándose como un intento descarado de controlar el sistema judicial.
Como su reforma fue rechazada por el Pleno, y el mismo Zaldívar tuvo que reconocer la grosera maniobra de López Obrador, trataron de imponer ahora a la experta fotocopiadora de sus tesis de licenciatura y doctorado, la ministra Yazmín Esquivel, sin ninguna consecuencia legal por ser la esposa de José María Riobóo, uno de los contratistas preferidos de AMLO desde que era jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Constructor de los segundos pisos del periférico y elegido por Claudia Sheinbaum como miembro del Comité Técnico para la reconstrucción de la línea 12 del Metro.
Y como la línea del Metro, se les cayó su teatro. En una elección democrática entre los miembros del pleno, luego de tres rondas de votaciones, resultó electa la Ministra Norma Lucía Piña, como nueva presidenta del máximo tribunal, quien durante una reunión con juzgadores llamó a juezas y jueces para actuar de manera independiente y responsable. Reconociendo tiempos difíciles en diferentes partes del mundo, dijo: “si actuamos con responsabilidad, con prudencia de juzgadores, sin que se confunda con cobardía, todos saldremos adelante”.
A partir de allí, un día sí y otro también, desde que Norma Piña alcanzó la presidencia de la Corte, el presidente ha arremetido contra los salarios de jueces y contra la supuesta corrupción que, según él, todavía reina en esta institución, de la que hasta antes de enero de este año, en que su presidente era Zaldívar, no hablaba. “Es evidente que hace falta una reforma del Poder Judicial porque actualmente es un bastión del conservadurismo corrupto”, ha dicho López Obrador en sus mañaneras.
Acusó que desde la llegada de la ministra Piña a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación , hay menos vigilancia sobre el actuar de los juzgadores. “Es un poder judicial que se fue construyendo para proteger a corruptos y a las élites del poder político en nuestro país. Por eso los amparos constantes, hay protección para los delincuentes comunes, la delincuencia organizada y de cuello blanco”, ha dicho.
Por las criminales agresiones del presidente, en una de las publicaciones realizada por un usuario, con la cuenta de Twitter @VicaPonch, con la foto de Piña Hernández con el título “El problema” y debajo una bala designada como la solución, y el 8 de marzo, una mujer con la réplica de un fusil apostada en la entrada de la SCJN, dirigió una serie de insultos a la ministra Piña. Si algo grave ocurre, ¿quién será el responsable?
La 4T no merece seguir gobernando y los mexicanos cada vez más, se dan cuenta. Una encuesta publicada por El Financiero, el 1 de marzo, resalta que la desaprobación a López Obrador va al alza con un nuevo máximo histórico registrado en febrero. En ejercicio realizado a 1000 personas de todo el país, el 46 por ciento de los encuestados desaprueban su trabajo sobre la corrupción, su discurso favorito.
Esto revela que no solo no estamos igual sino peor que en los sexenios gobernados por los corruptos del pasado. Era cuestión de tiempo; los mexicanos se sienten engañados y aplica aquello de que la verdad de un asunto siempre te perseguirá, sin importar cuan secreto sea el escondite. López Obrador, como muchos otros políticos morenistas, es un farsante, vividor de la política.
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