Todos sabemos que actualmente México se encuentra en los inicios de la tercera ola de contagios por covid-19, que, a diferencia de las dos olas anteriores, los jóvenes y las personas que aún no se vacunan son los más afectados. El mito del virus que solo afectaba a los adultos mayores y con enfermedades crónicas ha sido derribado por los datos que se han venido registrando.
En las últimas semanas, a nivel mundial, se ha reportado un incremento de contagios por la variante Delta, que es la más agresiva. Aquí, en México, se reporta hasta el 14% de incremento de contagios, en algunos estados como Campeche, el incremento fue del 135%, que de seguir así la cadena de contagios, en poco tiempo los hospitales covid-19 empezarán a saturarse.
La misma Secretaría de Salud tuvo que actualizar el semáforo epidemiológico, decretando 15 estados en amarillo; 13, en naranja; 3, en verde; y Sinaloa, en rojo por el alza de contagios en ésta tercera ola. Así pues, la esperanza de que México había encontrado la luz al final del túnel en ésta emergencia sanitaria se ha esfumado, por lo que no es cierto lo que declaran las autoridades de que la pandemia estaba “domada” y “controlada”.
Como siempre, AMLO tienen “otros datos”. Desde que empezó la pandemia, ha negado la gravedad del problema, y en ésta ocasión, vuelve a minimizarla diciendo que existen “pequeños rebrotes” de covid-19 en el país y que la tercera ola no puede considerarse igual a las anteriores.
Así la situación, resulta inaudito que el presidente de la república haya declarado el 24 de julio, en su gira por el estado de Veracruz, que “habrá regreso a clases presenciales, llueve, truene o relampaguee”. Todos estamos de acuerdo en que el regreso a clases es una prioridad, pues las clases a distancia son muy deficientes, pero dicho planteamiento del regreso a clases no va acompañado de medidas previas, como son la rehabilitación y equipamiento de todos los planteles que han sufrido deterioro en éste año y medio que lleva la pandemia, o por robos y saqueos, ni tampoco se propone un plan de vacunación para todos los estudiantes de todos los niveles.
Es un acto genocida de parte del presidente el enviar a los estudiantes a clases presenciales, sin garantizar un regreso seguro, ya que, en ésta tercera ola, los casos de jóvenes contagiados y hospitalizados, se ha incrementado en forma alarmante.
Los estudiantes también tienen derecho a recibir el fármaco para que sean inmunizados. Sólo así habrá más garantías de que no tengamos que lamentar la pérdida de vidas entre nuestros estudiantes.
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