MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

AMLO les quita recursos a los pobres

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En mi colaboración anterior, dije que en la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador de Paquete Económico 2022, ingresos y egresos castigan al pueblo trabajador, en oposición a lo que afirma a los cuatro vientos. Intenté hacer una mirada desprejuiciada al ingreso, y bastó para ver que, en el cobro de impuestos, el presidente se ensaña con los más pobres, con los que menos pueden defenderse por no contar con recursos para hacerlo, y a los poderosos, a los que sí pudiera y debiera cobrar más impuestos, prefiere no tocarlos. Eso propuso en el ingreso. Dije que en el egreso era peor y que eso le aprobaron sus diputados y todos los que le han ayudado a imponer su voluntad. Y así es.

Ante los diputados de Morena, PT y PVEM, el Presidente afirmó exaltado: “el presupuesto (de Egresos de la Federación -PEF-) es horizontal, es distribuir la riqueza, el ingreso”. No, el PEF no distribuye el ingreso, el ingreso está mal distribuido desde el proceso de producción, que él ha preferido no tocar, pues son los intereses más profundos de los grandes ricos del país. Digámoslo de una vez, distribuir la riqueza desde el ingreso se logrará cuando se transforme radicalmente el modo de producción y AMLO no lo va a hacer nunca.

Lo que “distribuye” el PEF es el egreso del Gobierno. Parece juego de palabras, los impuestos “ingresan” a las arcas nacionales y los administra el Estado, en la llamada redistribución de la renta nacional; es la parte del ingreso nacional que los mexicanos le entregamos al Gobierno para que lo gaste. Y en efecto es uno de los mecanismos para hacer menos injusta la distribución de la riqueza, orientando el gasto hacia los que menos tienen.

Pero el PEF de AMLO no distribuye el gasto, que sí pudiera. Por el contrario, gasta menos en los más pobres y más en los más ricos, incluso le quita recursos al pueblo para reorientarlo a sus obras emblemáticas y a los sectores más privilegiados. Muchos creen que reparte más a los pobres, desorientados por los programas de entrega directa de dinero, de los que sólo algunos sí han crecido, pero a costa de reducir salvajemente otros gastos que también estaban orientados hacia los más pobres. Vea.

El Gobierno federal va a gastar siete billones 88 mil 250.3 millones de pesos (mdp) en total, destaca el incremento en el gasto de salud por 51 mil 321 mdp, 35.9% más respecto a 2021. Pero ese incremento es en realidad casi nulo, pues se destinará a la compra de vacunas, que sí son necesarias, mientras los demás gastos no ven un incremento significativo y, si tomamos en cuenta los recortes que López Obrador y Morena realizaron a este sector en los tres años transcurridos, en realidad se está destinando menos a la salud. Recuerde que él extinguió el Fondo de Gastos Catastróficos, recursos para el tratamiento del cáncer y otras enfermedades de tratamiento costoso para la gente sin seguro social en los sistemas de salud de los Estados, el cual formó parte del desaparecido Seguro Popular. Según estimaciones de especialistas, contaba con 70 mil mdp al término de la administración de Enrique Peña Nieto y para principios de 2020 (antes de la pandemia), AMLO lo había gastado hasta dejarlo en 30 mil mdp, cuando lo extinguió. Recuerde los subejercicios en este sector, que se convertían en “ingresos extraordinarios” para López Obrador, sin importar el daño en la falta de medicamentos e implementos para la atención al pueblo; ¿a dónde se fueron esos “ahorros”?

Los programas sociales pasan de 337 mil mdp a poco más de 446 mil. Pero en términos reales tendrían un incremento marginal del 2.8 por ciento, inferior a la inflación que se calcula será de 3.5, pues más de 100 mil mdp serán para la Pensión a Adultos, un 75 por ciento. Este es el único programa social que realmente tiene un incremento y la Pensión para Personas con Discapacidad con 18 mil mdp, que sería la novedad, pues antes los apoyos a este sector no representaban un apoyo periódico. Los otros programas sociales que tendrán “aumentos” son: 82 mil mdp a las Becas para el Bienestar, y unos 29 mil mdp a Sembrando Vida.

Pero en estos pasa como con la salud, pues AMLO ha eliminado 88 programas presupuestarios que apoyaban a personas de manera directa o indirecta, como Prospera, Seguro Popular, Fondo Nacional Emprendedor, Comedores Comunitarios, Programa 3x1 para migrantes o el programa de Infraestructura Indígena. En el caso de las becas, recordemos que Prospera apoyaba a todos los estudiantes, además de otorgar apoyo en adquisición de útiles, salud y nutrición de manera que cada familia recibía un monto mayor al que otorgan las becas Benito Juárez, es decir, el apoyo por familia ahora es menor al de antes. Y en el caso de Sembrando Vidas lo mismo, si descontamos la desaparición de 17 programas de apoyo al campo y a los productores, Crédito Ganadero a la Palabra; Fomento Ganadero; Capitalización Productiva Pecuaria, entre otros, que significan menos recursos para los campesinos; en 2018, el presupuesto para para el campo fue de 74 mil 476 mdp, el año siguiente, AMLO lo redujo a 65 mil, el siguiente se ubicó en 47 mil, en 2022 “sube” a 55, por debajo de 2018. Además, debemos señalar que ningún programa está focalizado a los que menos tiene, sino a la población en general, sin importar sus ingresos ordinarios, de manera que son menos eficientes para combatir a la pobreza. ¿Ya ve por qué con la 4T, a tres años de Gobierno de AMLO, los pobres son más, y son más pobres?

Las obras insignia de AMLO tendrán un incremento de 37 por ciento, destaca el Tren Maya, con 74 por ciento adicional respecto a 2021. Absorben el ascenso en el gasto de infraestructura que será de 640 mil mdp de pesos: 62 mil mdp para el Tren Maya, 45 mil mdp para la refinería de Dos Bocas, 10 mil mdp más para el Programa Integral del Istmo de Tehuantepec, siete mil mdp para el Tren Interurbano México-Toluca y 45 mil mdp para el Tren Suburbano Lechería-Jaltocan-Aeropuerto Felipe Ángeles. A cambio, se ha cancelado la obra de infraestructura y de servicios que antes se distribuía de manera que los municipios, y los pueblos, a través de ellos y del mismo Congreso de la Unión, podían solicitar obras tales como drenajes, pavimentaciones, agua potable, electrificación, escuelas, infraestructura hospitalaria, deportiva, cultural, etc., se han cancelado; el gasto en obras se ha reconcentrado en manos del Gobierno federal y este lo gasta casi en su totalidad en sus obras insignia.

 

No es diferente con subsidios para entidades federativas, pues “el gasto federalizado presenta un aumento de 4.7 por ciento en términos reales”, pero en el 2018, ascendían a 164 mil 500 mdp y en 2022 tan solo asciende a 118 mil 900 mdp. En los últimos tres años ha habido una reducción efectiva en programas que impactaban a los municipios de 36.8 por ciento. De por sí, cuando un humilde ciudadano o comisión acudía a ayuntamientos o gobiernos estatales a entregar una solicitud de obra, la respuesta era: “no hay dinero”, ahora tienen el pretexto ideal; los castigados no son los gobernadores, sino el pueblo.

Baste con estos ejemplos, que son los de mayor impacto para ver que es falso eso de que AMLO esté repartiendo dinero a los pobres… les está quitando, para gastarlo en sus caprichosas obras, que benefician a las empresas constructoras y, hágame usted el favor, a nuestras fuerzas armadas que de este modo se ven seducidas por la 4T (o, ¿al revés?), amparado en la idea nefasta y vil de que puede comprar el favor del pueblo con las entregas de dinero pues “Así de fácil se gobierna a los estúpidos… Así son la mayoría de los pueblos, siguen votando a sus gobernantes y políticos a pesar del dolor que les causan por el simple hecho de recibir un regalo barato, una promesa estúpida o algo de comida para uno o dos días” (Gonzalo N. Santos, Memorias). No, el pueblo no es estúpido, no todos se venden.

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