La cultura lo es todo, es el cultivo de la inteligencia y la sensibilidad social. Esta combinación se ha convertido en un medio eficaz que contribuye a la formación de un hombre nuevo, esencial para una sociedad.
Hoy en día tanto la sociedad como la educación, economía y política pasan por una serie de cambios, los cuales, desde mi punto de vista, son establecidos por el poder económico y mercantil que nos impera. Es por ello que las nuevas generaciones de maestros, de cualquier disciplina artística, tienen que desarrollar una serie de nuevas competencias didácticas que les ayuden en el quehacer docente, debido a que la comunidad de estudiantes requiere que se atiendan sus necesidades en el proceso educativo y cultural.
La concepción de arte a lo largo del tiempo ha sufrido una notable evolución; en el pasado, todas las manifestaciones artísticas estaban dedicadas a las deidades; por ejemplo, en la época del cristianismo, todo el arte era religioso, las obras estaban inspiradas por sentimientos religiosos cristianos, con el fin de que, a través de una manifestación artística, se representara de una forma tangible el mensaje cristiano.
También se puede decir, que el arte se adaptó a cada una de las épocas; a medida que pasaba el tiempo, cada uno de sus representantes lo fue plasmando de acuerdo con el contexto que lo rodeaba. Por lo cual podemos encontrar una amplia variación de las distintas manifestaciones artísticas y cada una con diferentes mensajes y estilo único.
Por tanto, el arte se ha convertido en una herramienta de expresión con la cual muchos de los artistas plasman su sentir sobre lo que viven en el momento; se convierte en un vínculo de protesta debido a que refleja la realidad económica, política y social que los atañe.
El arte también sirve para mostrar un reflejo de la personalidad del artista en diferentes épocas históricas, y para provocar en el espectador y en el artista un efecto de catarsis emocional, al plasmar u observar una obra artística, se liberan sentimientos y emociones, se expresa sin filtros y de manera más pura y fiel el verdadero ser y sentir del ser humano.
México enfrenta la peor crisis de violencia homicida de su historia en tiempos de paz. Reconciliar al país requiere de una política de Estado que, además de garantizar el derecho a la educación, establezca garantías para el cumplimiento de los derechos culturales de la población. Lo anterior, permitirá generar nuevas formas de convivencia comunitaria, promover el respeto a la dignidad de la vida, erradicar el machismo, la misoginia, la violencia contra las niñas y niños, y reducir la discriminación y el racismo.
Para ello, se requieren acciones en una vía doble; por una parte, incrementar la infraestructura disponible para la cultura con más museos, salas de conciertos, teatros, salas de danza, galerías. Por otra parte, incrementar los recursos humanos y financieros para la promoción, difusión y producción de servicios culturales en todo el territorio nacional.
Considero que uno de los retos de la Secretaría de Cultura es incrementar, en cantidad y calidad, la oferta de servicios culturales, así como hacerlos accesibles para toda la población, en función de sus edades y condición socioeconómica. Ante tanta violencia, es urgente inundar de cultura al país.
Es increíble saber como el arte y la difusión de la cultura, a través del tiempo, han sido minimizados no solo por los diferentes gobiernos de México, sino también por el poco interés que tiene el pueblo mexicano para aprender y practicar actividades culturales, a pesar de que el pueblo es el creador de las bellas artes.
Según datos de la Secretaría Nacional para la Cultura y las Artes (SNCA), una encuesta que se hizo en 2010 a nivel nacional arrojó datos alarmantes: “al 48 por ciento de los mexicanos no les interesa lo que sucede en la cultura o en las actividades de ese ámbito, teatro, danza, literatura, música, artes plásticas.
En un estudio anterior similar, que se realizó en 2003, cuando sólo se encuestó a 4 mil 50 personas, ahora se realizaron 32 mil entrevistas, un millar por cada estado y estos fueron los datos: 41 millones 645 mil 557 personas en el país están poco o nada interesadas en la cultura; sólo 11 millones 279 mil cinco personas (13 por ciento) están muy interesadas, 29 millones 498 mil 936 (34 por ciento) estarían algo interesadas y cinco por ciento no sabe o no contestó.
¿Por qué el poco interés a ser más cultos o a practicar alguna disciplina artística, o no dejar que se pierdan nuestras raíces mexicanas? Dos pueden ser los factores importantes, primero, el bombardeo de los medios de comunicación como la televisión, la Internet y la misma radio, que han estado al servicio de la clase poderosa para manipular al pueblo y no luchar por sus derechos como mexicanos para exigir buena educación, salud, trabajo y vivienda. La idea es, pues, difundir un contenido poco educativo, como las novelas y programas de supuestos talentos artísticos en los que participa sólo la gente que tiene los medios económicos para llegar a alguna televisora, programas matutinos o de supuesta habilidad mental sin contenido cultural ni político, menos educativo.
Por otro lado, las series de algunas plataformas norteamericanas que sólo hablan del narco tráfico y los problemas sociales de México. El segundo problema es la desigualdad social que existe en nuestro país, el arte se ha ido adaptando para la gente adinerada los que pueden pagar un teatro o un espectáculo cultural que vale miles de pesos, los gobiernos invierten poco o casi nada en cuestiones culturales; cada administración que pasa ya sea federal, estatal o municipal, le hacen más recorte a la cultura y a los pueblos llamados mágicos para el desarrollo y difusión, los problemas sociales que vive México ha ido alejando a la gente del arte porque lo que busca la clase trabajadora es llevar de comer a su casa, tener dinero para curarse y poderles dar una limitada educación a sus hijos.
En estos momentos de la pandemia es más complicado que el arte alcance su objetivo con el pueblo, las cosas se ponen más complicadas para los artistas que viven al día, y me refiero a los que no son tan famosos porque no salen en televisión; esos artistas que llevan su arte a las colonias, plazas y pueblos, al final de toda esta contingencia el desarrollo cultural se estancará más porque no habrá dinero para darle un respiro a los proyectos artísticos.
Por eso considero que nosotros como maestros de arte tenemos que buscar los medios necesarios para seguir con la difusión de la cultura y el arte al costo que sea, con la única finalidad de que nuestro pueblo mexicano no pierda sus raíces de identidad y cultura, además de que nos sintamos orgullosos de la historia que formaron nuestros antepasados. Sé que tenemos una difícil tarea, pero con esfuerzo y dedicación estoy convencido de que podremos crear a un hombre nuevo, más culto e inteligente, más sensible ante los problemas que lo aquejan a él y a sus semejantes, más integro, en fin, tendremos pues mejores personas, mejores seres humanos.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario