Qué bonitas son las fiestas de los pueblos, de las colonias, de las ciudades y cuantas otras existan, porque cuando se festejan, la comunidad se vuelve uno solo y se vuelve un colectivo con objetivos precisos. Las planeaciones comienzan desde mucho tiempo antes del mero día, como decimos. En algunos casos, años se tardan los organizadores y por esa buena planeación las cosas salen bien, una fiesta del que se hablará por mucho tiempo en las mesas durante la comida.
En la rica diversidad cultural de nuestra patria, las fiestas patronales son una conexión con los miembros de las comunidades, formando un lazo de unidad. Estas celebraciones, no solo son manifestaciones de fervor religioso, sino también ejercen una poderosa fuerza de unidad en la sociedad. Es importante entender cómo puede traducirse esto, en la construcción de un mejor país para todos los mexicanos.
Las fiestas que honran a santos patronos específicos de cada localidad, ofrecen a las comunidades la oportunidad de reunirse en torno a un propósito común. Este encuentro no solo fortalece los lazos culturales y espirituales, sino que también fomenta la solidaridad entre vecinos, independientemente de sus diferencias. En el trasfondo de la algarabía, lo colorido y divertido de las celebraciones, se gesta un sentido de pertenencia que va más allá de las fronteras geográficas. Es una amalgama de tradiciones, historias y creencias compartidas, construyendo puentes entre las generaciones y fomentando la transmisión de valores fundamentales. Esta conexión, a menudo perdida en el vertiginoso ritmo de la vida moderna, resurge durante estas festividades.
Las comunidades fraternizadas por las fiestas patronales están mejor equipadas para abordar los desafíos comunes que enfrentan. Desde cosas pequeñas como la resolución de problemas como “¿cómo decorar?”, hasta retos mayores de cómo brindar alimento a todos los visitantes. Una experiencia de participación activa en la toma de decisiones.
Para los que se sienten identificados con esto es necesario que aprovechemos esta energía positiva que encontramos en nuestros pueblos y la transformemos en acciones que beneficien a toda la nación. La construcción de un mejor México implica la colaboración y el compromiso de todos los ciudadanos. Desde proyectos comunitarios locales hasta iniciativas que promuevan la justicia social que a lo largo del territorio nacional falta.
Si somos capaces de sacar adelante la fiesta de nuestros pueblos, seamos capaces de sacar adelante este país, así.
En Atlixco, los antorchistas vamos a celebrar el 7, 8, 9 y 10 de diciembre la feria de “La Conchita” 2023, y lo hacemos justamente pensando que es una fiesta para la gente más humilde del municipio, que sienta que somos sus amigos, porque lo somos, que sienta nuestra fraternidad, porque se la damos. Será una feria gratuita, desde los juegos mecánicos hasta el grandioso jaripeo. Nuestra feria es ejemplo vibrante de lo que somos y lo que pretendemos construir en el país. ¡Están invitados!
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