Compañeros antorchistas de los municipios de La Paz y de Los Cabos, por medio de estas líneas les saludo y les envío un gran abrazo fraterno de compañeros de lucha.
“No debemos desesperarnos; al contrario, debemos luchar con más energía. Juntos, organizados y en pie de lucha, venceremos la resistencia del gobierno a atender lo que por derecho nos corresponde”.
Paso a informarles e invitarlos a que nos organicemos con antelación para que juntos, como reza nuestra consigna, como un solo hombre y con un solo ideal, nos dispongamos a hacer presencia en las tareas de nuestra lucha, derivadas de haber exigido –como parte de nuestros derechos constitucionales– solución a graves problemas de vivienda, educación, apoyos asistenciales, obras y servicios, entre otros, que deben ser atendidos por los diferentes niveles de gobierno.
Son demandas plenamente justificadas y asentadas en los documentos que hemos entregado al gobierno del estado y a los municipios. Pero, al no haber señales precisas de respuesta y atención, tendremos que realizar una serie de manifestaciones en una jornada de lucha el próximo 12 de marzo, justa y necesaria, exigiendo que se reactiven las mesas de diálogo e intervenga el secretario general de Gobierno, José Saúl González Núñez, quien hasta hace algunos meses venía atendiendo las mesas de diálogo y a quien el propio gobernador dio la indicación de atender nuestras peticiones.
La jornada se desarrollará simultáneamente a las 10 a. m. en tres puntos de la siguiente manera: mitin en el Palacio de Gobierno en La Paz, al que acudirán los grupos de ese municipio; marcha-mitin en la representación del gobierno del estado, ubicada en Paseo de La Marina en Cabo San Lucas, con los grupos de esa zona; y, en el caso de los grupos de San José del Cabo, marcha y cadena humana en la glorieta de Fonatur.
¿Por qué realizar estas acciones de lucha?
Todo el mundo está enterado de que las demandas, por ejemplo, de terrenos para solicitantes (familias humildes que rentan o no tienen ningún patrimonio donde construir una vivienda digna) y de infraestructura para una preparatoria en la colonia Gastélum, en Cabo San Lucas, se han planteado desde hace mucho tiempo y solo han recibido evasivas por parte de varios funcionarios, aun tratándose de cuestiones tan elementales como vivienda y educación.
Todo el mundo recuerda la jornada del 5 de diciembre de 2024, en la que volvimos a reiterar en dos documentos el pliego petitorio que le entregamos al gobernador del estado y al presidente municipal de Los Cabos con un contingente de más de 1 mil 500 personas que se dieron cita para, de viva voz y con la representación de la dirigencia estatal antorchista, entregar dichos documentos en una mesa de atención con toda la formalidad y de manera pacífica. ¿A qué compromisos llegamos?
Nos llevamos la promesa en aquella ocasión de que, entre el 15 y el 20 de enero del presente año, nos recibirían nuevamente para avanzar en las propuestas de solución. Compromiso que, una vez más, se incumplió y que se suma al largo peregrinar por una cantidad innumerable de reuniones infructuosas con funcionarios de los diferentes niveles de gobierno.
En ocasiones hemos llegado hasta la cúspide de la jerarquía gobernante, sólo para ser devueltos con los funcionarios “operadores” encargados de dar continuidad a los compromisos, lo que en la práctica significa entrar a una maraña burocrática interminable.
Es como caer en la condena de Sísifo, aquel personaje de la mitología griega que, tras ser rey de Corinto, fue castigado por Zeus a empujar una enorme piedra hasta la cima de una montaña sólo para verla rodar cuesta abajo antes de llegar, obligándolo a repetir su esfuerzo por toda la eternidad. Sin embargo, la lucha de los colonos y estudiantes no está en la idea de resignarse a la desgracia de Sísifo.
Por eso, nuestras próximas acciones de protesta están motivadas por el hecho de que no nos vamos a resignar a la maniobra de las autoridades de más reuniones sin compromisos serios. Ya hemos explicado con paciencia y detalle las peticiones de los humildes de La Paz y de Los Cabos a los gobiernos municipal y estatal, en busca de soluciones reales.
La realidad nos dice que no se está atendiendo a miles de familias mexicanas que ganan lo mínimo y cuyo poder adquisitivo se ha reducido drásticamente con el aumento de los precios de la canasta básica.
Y aunque en algunos discursos se dice: “Decirles que no vamos a fallar, estamos saliendo adelante… vamos a hacer mucho más y mi anhelo es que, cuando termine mi mandato, haya más igualdad, que no haya pobreza en nuestro país”, la realidad es otra. Aunque el lema del gobierno es “Por el bien de todos, primero los pobres”, en los hechos la mala gestión de la economía ha provocado que los primeros en ser afectados sean, precisamente, los más pobres.
El “Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social 2023”, presentado por la Secretaría de Bienestar de México, reveló que, de las 867 mil 766 personas residentes en Baja California Sur, 112 mil 100 (13.3 %) se encuentran en situación de pobreza. En este sentido, bajo un contexto crítico, tenemos que 317 mil 300 habitantes sudcalifornianos son vulnerables por carencia social, 38 mil 400 por ingresos, 119 mil 300 en rezago educativo, 145 mil 900 en carencia de acceso a la salud y 72 mil 500 sin calidad ni espacios de vivienda digna, etcétera.
Además de que nuestras peticiones están justificadas conforme a nuestros derechos constitucionales, la realidad y los datos estadísticos son muy reveladores de la escasez de vivienda y de las necesidades de las colonias marginadas y rezagadas en calidad de vida.
¿No le quedará claro al titular del Instituto de Vivienda del gobierno del estado (INVI) que debe asumir su responsabilidad y resolver la problemática que le compete? A todas luces, no. O no quiere tomar esa responsabilidad, pues no se ve ninguna acción efectiva para solucionar el problema.
Y aquí está nuestra gran tarea: la lucha sigue, compañeros.
No debemos desesperarnos; al contrario, debemos luchar con más energía. Juntos, organizados y en pie de lucha, venceremos la resistencia del gobierno a atender lo que por derecho nos corresponde. La realidad nos exige hacernos respetar y hacernos escuchar. Tendremos que denunciar a quienes resulten ser farsantes y embusteros de la política.
Por ello, todos, colonos, solicitantes de terrenos, estudiantes y compañeros en general, debemos prepararnos para las tareas próximas en la defensa de nuestras demandas, que han sido enumeradas hasta el cansancio.
Y, a la par, esta lucha debe servirnos para entender que, para que las grandes masas populares accedan a mejores niveles de vida, es necesario llevar al poder a verdaderos estadistas que comprendan que la política es el arte de organizar a la sociedad para superar las condiciones de pobreza y marginación en que vivimos.
¡Que viva la lucha de los antorchistas de Baja California Sur!
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