El inicio del Gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo ha traído consigo grandes expectativas, pero también deja ver los profundos retos que enfrenta México. Las promesas de campaña y el legado de la Cuarta Transformación han generado esperanza; sin embargo, es evidente que hay problemas que persisten y que el nuevo gobierno no puede ignorar.
Uno de los puntos clave es el estado de la economía y la falta de políticas efectivas para combatir la pobreza. En su discurso de toma de posesión, Sheinbaum enumeró cien compromisos con el pueblo, muchos de ellos enfocados en mejorar la calidad de vida, acabar con la corrupción y garantizar la seguridad. Sin embargo, estos objetivos ya se han escuchado antes, durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, sin resultados concretos.
La organización y movilización del pueblo serán claves para exigir que los compromisos del nuevo Gobierno se cumplan.
La realidad es que las condiciones que enfrenta México en materia de pobreza, empleo y acceso a servicios básicos no han cambiado sustancialmente.
El Movimiento Antorchista, como una de las organizaciones más activas en la defensa de los derechos de los trabajadores y los sectores populares, sigue viendo cómo los problemas fundamentales del país permanecen sin resolver.
Desde hace décadas, los antorchistas hemos dicho que la clave para lograr un cambio verdadero radica en la educación y la organización del pueblo trabajador.
Este llamado se hace cada vez más urgente frente a un gobierno que, aunque ha prometido mucho, parece continuar con las mismas políticas que no benefician a las grandes mayorías.
Es alarmante ver que, a pesar de que Morena gobierna en casi el 90 % del territorio nacional, no ha logrado implementar políticas que erradiquen la pobreza, mejoren el empleo o garanticen una vivienda digna para todos los mexicanos.
En lugar de abordar las causas estructurales de estos problemas, se sigue fomentando la migración como una salida para quienes no encuentran oportunidades en su propio país. Esta es una salida que deja a millones de mexicanos sin opciones reales de mejorar su calidad de vida.
Ante este panorama, los antorchistas reafirmamos nuestra convicción de que la solución está en las manos del pueblo. No podemos seguir confiando en promesas vacías.
Como lo ha expresado nuestro secretario general, el ingeniero Aquiles Córdova Morán, es hora de salir a las calles, de organizarnos y de exigir el cumplimiento de las promesas gubernamentales.
Además, la educación sigue siendo un pilar fundamental en nuestra lucha. No sólo debemos educarnos en términos académicos, sino también culturalmente. Actividades como la poesía, el arte y el deporte son instrumentos vitales para la formación de una conciencia crítica y para la organización popular.
En conclusión, los retos que enfrenta el Gobierno de Claudia Sheinbaum son gigantescos, y no basta con seguir las mismas recetas de sus antecesores. La organización y la movilización del pueblo serán determinantes para que los compromisos adquiridos se cumplan.
El Movimiento Antorchista continuará luchando por una transformación real, que no sólo quede en el discurso, sino que se traduzca en una vida digna para todos los mexicanos.
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