Son muchos los síntomas de un Gobierno fallido: no hay obra de infraestructura social, la violencia crece, los servicios que se brindan bajan su calidad o simplemente dejan de otorgarse, la obra heredada se deteriora por falta de mantenimiento, la imagen urbana empieza a denigrarse, la molestia de la ciudadanía se manifiesta reiteradamente, las calles y avenidas se empiezan a ver sucias, etcétera. Todo eso es lo que ocurre en el municipio de Chimalhuacán.
Diferentes medios de comunicación han expuesto el posible colapso del Gobierno de Chimalhuacán; los peligros que representa para la ciudadanía una administración que ya no resuelve; la necesidad de hacer una mejor elección de sus gobernantes.
Cuando la presente administración empezó sus funciones, en el año 2022, muchas obras estaban en pie y eran orgullo nacional. Por ejemplo, el Planetario Digital de Chimalhuacán, una construcción que los mismos conocedores reconocían por el tino en su construcción:
“El Planetario Digital Chimalhuacán fue distinguido por la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) como una de las mejores obras de 2018 por su infraestructura” (El Universal, diciembre 11, 2018). Hoy es sólo un edificio más; ya no hay largas filas por acceder a la ciencia y al universo.
El Guerrero Chimalli se mantiene erguido, enhiesto, pero su museo y la historia de su construcción la sustituyeron con post-its y mensajitos sin destino ni contenido sustancial. Su mirador, ya no más; sus fuentes danzarinas que aligeraban el calor a niños y adultos con agua fresca y limpia, tampoco.
La música que acompañaba el baile del agua tampoco da diversión y entretenimiento a sus visitantes. Sin embargo, sigue dando identidad a un pueblo que vio erigirse un monumento en honor y reconocimiento a la historia ancestral, en los arrabales donde vive gente muy humilde, “lo chocante de su presencia colosal en un entorno urbano deprimido y su aspecto de combatiente geométrico” (El País, abril 02, 2015).
¿Es que los pobres no tienen derecho al arte y la cultura y por eso es chocante? En fin.
A inicios del año 2022, las avenidas de Chimalhuacán lucían limpias; en sus jardines y áreas verdes se notaba el interés por mantenerlos arreglados con flores de muy variados colores y olores. En dos años y medio del actual Gobierno, eso se ha ido perdiendo irremediablemente, “calles convertidas en basureros, pues contienen desechos, cascajo y hasta animales muertos en calles, camellones, parques y predios baldíos del municipio” (La Jornada, junio 10, 2024).
El agua potable alcanzó, a finales de 2021, al 99 % de la población; ahora es motivo de molestia e irritación ciudadana. La movilización ciudadana no se ha hecho esperar: cierre de avenidas, retención ciudadana de la directora del Organismo de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento por más de cuatro horas en medio de la avenida Arca de Noé, por la falta del vital líquido, “al menos 20 mil personas carecen de agua en el municipio de Chimalhuacán, debido a fallas en el suministro desde noviembre de 2022” (Milenio, enero 3, 2023).
La falta de mantenimiento a la red de drenaje sanitario ya deja su impronta. La temporada de lluvias, que se anunciaron como torrenciales, ha provocado que las inundaciones y deslaves sean el pan de cada día.
Al menor chubasco, calles y avenidas lucen inundadas; el desbordamiento del Río La Compañía, que no había ocurrido en poco más de veinte años, inundó con sus aguas negras la Colonia Arturo Montiel.
Las pestilentes aguas anegaron las casas con aguas negras y dañaron sus modestas pertenencias, “aguas negras (Dren II) en el punto que conecta con el Río de la Compañía en Chimalhuacán está roto. Esto causó afectaciones en la colonia Arturo Montiel, Nueva Santa Cruz y San Agustín, donde los hogares de vecinos se inundaron” (MexiquenseTV, julio 3, 2024). Los vecinos habían anticipado esta desgracia, pero la presidenta municipal y la directora del Odapas no hicieron caso.
La falta de Gobierno también se refleja en sus calles y avenidas. La ausencia de mantenimiento provoca la aparición de baches, y si estos no se recubren a tiempo, con las lluvias, el suelo se reblandece y el bache se hace más grande cada día, hasta terminar con el pavimento existente. Eso es lo que sucede en las calles por donde transitan los chimalhuacanos:
“… los vecinos de la colonia Arturo Montiel denuncian la falta de interés de la administración, que encabeza la presidenta morenista Xóchitl Flores Jiménez, para realizar el mantenimiento de la vialidad, daños que perjudican a miles de ciudadanos que habitan en la zona” (El Valle, agosto 7, 2024).
Frente a la necesidad de obtener un ingreso, las calles han sido tomadas por comerciantes, que instalan carpas o puestos y en no pocas ocasiones abarcan la mitad del arroyo vehicular, con la connivencia de las autoridades, de tal forma que los automovilistas o transeúntes tienen que buscar rutas alternas para llegar a sus destinos o, incluso, poder entrar a sus domicilios.
Así, miramos puestos de fritangas, talleres mecánicos, venta de ropa, puestos “cheleros” en la vía pública, sin la menor observancia a la estricta reglamentación al respecto.
“Chimalhuacán ocupa el primer lugar en delitos de alto impacto”, así tituló su nota La Prensa del 10 de mayo de 2023, para rematar con un contundente “En el caso de Chimalhuacán, sólo el 17 % de la población ve eficacia en el Gobierno morenista”.
Los Gobiernos “anteriores” habían logrado mandar los índices de violencia mucho más allá del lugar cincuenta; hoy “ocupa el tercer lugar nacional con 19.3 delitos de extorsión por cada 100 mil habitantes” (La Prensa, junio 11, 2024).
El Estado fallido es un término que se utiliza para definir a un Gobierno que ya no garantiza el funcionamiento normal de su administración y se refiere a todo un estado libre y soberano. Sin embargo, en el ámbito de un Gobierno local, el municipio, también se presentan situaciones para ser declarado un Estado fallido, como ocurrió con 81 municipios en Michoacán, hace once años (El Economista, diciembre 11, 2013).
Esta apretada relatoría del desempeño de un Gobierno, que presumió que habría de gobernar de mejor forma, con mejores resultados que los “anteriores”, y que puntualmente han dado a conocer diferentes medios de comunicación, es una alerta del posible colapso del Gobierno de Chimalhuacán; los peligros que representa para la ciudadanía una administración que ya no resuelve; la necesidad de hacer una mejor elección de sus gobernantes y participar de la toma de las decisiones importantes en la vida cotidiana de su municipio.
Por el momento, sólo dejamos constancia de que esa protesta empieza a rebasar el ámbito municipal, como lo fue la protesta de los recolectores de basura el 6 de agosto, quienes descargaron sus camiones con los desechos sólidos a media avenida Bordo de Xochiaca, principal acceso a este municipio, en protesta por la inacción municipal frente a los cobros y abusos que sufren por recolectar la basura en Chimalhuacán. Que conste.
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