MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Claudia Sheinbaum y la otra cara de la moneda

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Todo ha sido fiesta en las últimas semanas en la agenda y el estado de ánimo de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; de esta manera la encontramos en días recientes en la toma de posesión del gobernador de Tamaulipas y antes en otros varios actos similares siempre atrayendo los reflectores, sabedora de ser la corcholata preferida del presidente Andrés Manuel López Obrador para sucederlo en el poder en 2024. 

En esta tónica, ofertó, la noche del último domingo de septiembre, en la principal y amplia plaza de todos los mexicanos, la de la Constitución, el zócalo, en esta ciudad una función de música de banda largamente anunciada por ella misma. La convocatoria del famoso grupo musical actuante convocó a un auditorio de aproximadamente 100 mil oyentes entre las clases populares no solo de nuestra ciudad, sino también del Valle de México. 

Muy discutible y criticado ha sido en redes sociales este último evento apadrinado por Claudia Sheinbaum. Primero, juzgando la inconveniencia y lo peligroso de reunir a tanta gente cuando la pandemia de covid-19 sigue vigente y los contagios continúan dejando aún muertes. Segundo, porque no son precisamente espectáculos de cultura humanista, ya que ofender al género femenino con la letra de su música como lo hizo el grupo musical archianunciado para esta en esta ocasión, incita, quiérase o no, actividades antisociales y criminosas, actitudes y hechos que supuestamente las altas autoridades del país anuncian combatir con todo empeño.

Tercero, pienso yo, que hay que tener siempre presente y temer una estampida de pánico por algún motivo entre la multitud reunida y la consecuente y probable multiplicidad de víctimas mortales. La jefa de Gobierno se cubre sobre este último riesgo afirmando que la seguridad estaba a cargo de la dependencia de Protección Civil, sin embargo, la masa de gente despavorida, con facilidad y sobre todo de noche quien sabe que haría. ¿En todo ello pensó, la autoridad organizadora? La respuesta es, quién sabe, o cabe decir que pudo más el provecho electoral que prometía el éxito del evento, los miles de ciudadanos a reunir, vistos simple y llanamente como carne de urna en 2024.

Visto el resultado de su convocatoria por la fama del grupo en cuestión, las numerosas auto felicitaciones en que Claudia Sheinbaum se envolvió a través sus poderosos medios de difusión pagados con nuestros impuestos, el ruido mediático que hizo sigue retumbando, llenando de placer y seguridad a la autora que enseguida promete más y más música en el mismo zócalo que pertenece a todos y que ella usa a su antojo y presta a quienes están con su causa o le ayudan en su campaña electoral adelantada.

Completamente contrario, por ejemplo, es el trato dado a quienes no están con ella como las mujeres del movimiento feminista, a las que dos días después, el miércoles 27 de septiembre les repitió en su marcha y mitin una vez más la maniobra: llenó la plaza principal de México con imponentes e impresionantes cercos de acero y centenares de policías antimotines, forma de represión en vez de solución a demandas que reclaman desde hace décadas el apoyo gubernamental. Aquello de primero los pobres, de slogan repetido hasta el cansancio en la campaña de morena y candidatos, hoy ya en el poder, se ha transformado con sus actos antidemocráticos, en trapo sucio echado a la basura. 

Realmente no es difícil para mí, ni lo es para millones de habitantes de esta metrópoli juzgar con certeza, de primera mano, la actuación y resultados de esta administración en sus cuatro años transcurridos. ¿Cómo vemos a nuestra ciudad, cambiada o con los mismos problemas de siempre solo que más agudizados? Es para quien tenga ojos para ver y oídos para oír una ciudad que va en retroceso sin parar. Nos anuncian que se redujo la inseguridad en 51 por ciento, la realidad es que las cifras que nos ofrecen están acomodadas, embellecidas y la inseguridad si acaso disminuyó es solo pasajeramente y, con la situación general del país de pobreza y las fallas de las estructuras policiales y militares, continuará a paso redoblado el crecimiento del peligro y zozobra para todos. 

A lo que se debe de hacer en materia de obras públicas entregadas a la población capitalina, son poquísimas, por no decir que minúsculas en todo, ante todas las carencias que tiene la CDMX: únicamente dos líneas de cablebús, la de Gustavo A. Madero y en Iztapalapa; no termina de ponerse nuevamente en funcionamiento la desplomada Línea 12 y la Línea 1 prometen que tardará en repararse al menos un año; los accidentes en el servicio del Metro, están a la orden del día, yo, estoy de acuerdo y me sumo a quienes criticaron a la jefa de Gobierno, en el sentido de que, en lugar de andar gastando nuestros impuestos en “tocadas de bandas, para hacerse campaña”, debería darle mantenimiento al Metro y evitar heridos y muertes por los accidentes que en las últimas días se han presentado.

Además, faltan muchas y nuevas rutas de Metrobús, y en tanto, aumentará el número de autos; el caos vial y el ruido que ocasiona daños a la salud de todos. Los cuatro largos años en que Morena gobierna, no son de progreso. Esta ciudad va quedando, año con año, en el rezago en todos los órdenes, en salud, en nivel de vida, en agua, drenaje y comunicación a las zonas pobres, en vivienda para los que menos ganan, todo por la falta indignante de preocupación y trabajo de quien gobierna y su equipo de funcionarios insensibles, responsables de los perjuicios que van dejando a la sufrida población capitalina. 

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