He recorrido buena parte de la zona rural del estado de Nuevo León y me he encontrado con gente trabajadora que se dedica a la ganadería, a la crianza de pequeños rumiantes como la cabra y otros a la agricultura, la siembra de maíz, sorgo, avena entre otros, una zona basta territorialmente hablando, su población dispersa entre montañas y llanos que hacen de la vista agradable cuando uno transita estas tierras.
Los campesinos siempre han sufrido de lo más elemental, pues una población minoritaria en comparación con la zona metropolitana, esta solo representa el 5% de la población total del estado según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), carentes de agua potable en buena parte de ejidos y poblaciones pequeñas, con escaso empleo y falta de una buena atención de salud, esto es de lo que quiero abordar en este pequeño escrito.
Comencé diciendo que conozco buena parte del sur de la entidad porque la he recorrido al lado de algunos compañeros, luchadores sociales como yo, convencidos de la lucha y sobre todo enarbolando las demandas de los más necesitados; en mi viaje me he dado cuenta que en las localidades más grandes sobre todo se encuentran algunas instalaciones para la atención de la salud, una pequeña casa con ventanas transparentes en las que se deja ver al interior muy pobres de herramientas para la correcta atención de la salud. Por testimonios de personas, por ejemplo en el ejido Margaritas de Berlanga en el municipio de Galeana los vecinos comentaron que ese inmueble está completamente abandonado, años en los que no se les asigna un doctor, por lo menos a que valla a recetar algunas medicinas para los diferentes padecimientos, la falta de medicamentos es evidente, pues los anaqueles vacíos, empolvados por el tiempo en que no se han utilizado. Y así me puedo ir mencionando varias localidades de Galeana, Dr. Arroyo, Aramberri y Zaragoza, por mencionar algunos municipios.
En este mismo contexto la pandemia ocasionada por la covid-19 vino a poner en evidencia el terrible problema de la atención médica en todo el país, pero se dejó ver más en la zonas vulnerables de por sí durante años, está claro que el gobierno no ha tenido y por lo que se ve no tendrá la capacidad de atender este problema sino recapacitan es su forma de hacer gobierno. Está a la vista de todos que su nuevo modelo de salud para gente humilde, el famoso Insabi no está funcionando, y el resultado es palpable porque los problemas se han agudizado.
A pesar de que Nuevo León es un estado donde se produce mucha riqueza, la contraparte es que los servicios más elementales a la población no son atendidos, el modelo económico que impera en nuestro país y en buena parte del mundo, concentra la riqueza en unas cuantas manos e incrementa la pobreza y la miseria de millones de familias en todo el planeta. Es por tanto que la salud pública tiene severos problemas, no se está atacando el problema desde fondo para resolverlo.
La gente de los ejidos prefiere curarse con lo que puede en su casa, algunos la libran y otros están condenados a la muerte con enfermedades tratables, pero que por falta de recursos económicos no pueden hacerlo en una clínica particular, están esperanzados a lo que ofrece el gobierno y en este caso se reduce a nada.
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