En el municipio de Minatitlán, Colima, hay una colonia cuyo origen representa un magnifico referente para entender como, cada vez que encuentran la oportunidad, algunos candidatos tradicionales suelen aprovecharse de la pobreza de la población para encaramarse en el poder municipal cada vez que se les viene en gana. Aunque se bien que esto es algo ya muy conocido por todos, lo que realmente sorprende e indigna, es la actitud tan insolente que adoptan algunos personajes políticos, para tratar de engañar repetidamente a los incautos y confiados pobladores desprevenidos, ignorando la memoria histórica propia de los pueblos, ya muy maltratados con cada proceso electoral.
La colonia que hoy refiero con sumo respeto, se llama Aquiles Córdova Morán; nombre con el que honraron su lucha contra la falta de vivienda, los humildes pobladores de este maltratado asentamiento, que, como dije, se encuentra ubicado en uno de los municipios más pobres y marginados del estado. En los días que corren, en pleno proceso electoral, por cierto, ellos y su dirigente municipal, la sufrida y honesta compañera Olga Martínez Reyes, son objeto de injuriosas calumnias por parte de personajes políticos cuya reputación, si alguna tiene, es ya muy conocida por la comunidad del municipio de Minatitlán.
Hace poco me reuní con líderes antorchistas de este municipio e hice ahí el compromiso de decir aquí sin faltar a la verdad, el origen tortuoso de la colonia que ya referí, con la intención de dejar asentada la verdad, enderezando los dichos que sobre el asentamiento se han vertido públicamente, para que la opinión pública en general, pero sobre todo la de Minatitlán, se formen una idea aproximada a la realidad, y puedan emitir un juicio correcto sobre el proceder de los antorchista de ese municipio. Dicho esto, pues, paso a cumplir mi promesa.
Pudiéramos decir que la colonia Aquiles nació en un conocido restaurante de la ciudad de Colima, el día viernes 29 de mayo del año 2015, casi a las 11 de la noche, cuando me reuní con el ingeniero Horacio Mancilla González, entonces candidato a la presidencia municipal de Minatitlán por el Partido Verde. Para entonces hacía ya casi más de un mes, que el candidato me había solicitado el apoyo del voto de los antorchistas de Minatitlán para sacar del poder al PRI y, juntos, promover un cambio para mejoría de los pobladores del municipio. Los antorchistas aceptamos dar el apoyo, no sin antes hacer que el Ingeniero Horacio firmara un documento comprometiéndose a atender las necesidades de mis compañeros, donde figuraba junto con otras necesidades, el apoyo para adquirir lotes de terrenos para poco más de 200 familias sin vivienda. Mancilla ofreció lotes regalados a cambio de votos, pero, los antorchistas insistimos en una compra-venta para asegurar el cumplimiento.
Al día siguiente del que ya señalé líneas arriba, el candidato me pedía un contingente de 700 antorchistas minatitlenses para hacer una marcha y culminar con un cierre de su campaña, pero, me negué por no tener garantías mínimas del cumplimiento de la venta de los terrenos. Fue por esto que llegamos a un acuerdo con dos compromisos: 1) la firma de una promesa de compra-venta de un predio con el que se cumpliría la venta de lotes; y 2) la fecha de entrega física del predio para comenzar con los trabajos de la nueva colonia. Firmó el documento el candidato, mismo que obra en nuestro poder, y, al día siguiente, los antorchistas colmamos el evento que nos pedía. Y fue así como nació la colonia Aquiles Córdova Morán.
Pero, quiso el destino y las vicisitudes de la política, una vez conseguido el triunfo Horacio Mancilla, que se repitiera la elección para la gubernatura ante una impugnación conseguida por el PAN. En esta nueva contienda, a diferencia de la anterior, el Verde participó en alianza con el PRI. Exigió entonces Horacio Mancilla que los antorchistas votaran con el Verde, pero, conforme a los compromisos de obras y apoyos que ya teníamos pactados con el candidato priista, votamos con el PRI. Y aquí fue donde se acabó la relación entre Antorcha y el presidente salido del Verde. Horacio Mancilla amenazó entonces que su gobierno no daría ¡ni agua! a los antorchistas. Y así fue.
Pero, no sólo no resolvió Horacio Mancilla nada para los antorchistas en los próximos tres años, tampoco reconoció el contrato de compra-venta ya referido, y comenzó una persecución contra los posesionarios de la colonia Aquiles, que incluyó no pocos intentos por desalojar del predio con su policía, a los humildes pobladores que ya vivían en él. Olga Martínez y sus compañeros, resistieron estoicamente por tres años los abusivos y agresivos embates del alcalde enfurecido.
No obstante, dice el dicho popular, que no hay mal que dure cien años. Y así fue. Los antorchistas prometimos que Horacio Mancilla no ganaría de nuevo el poder de Minatitlán. Y cumplimos. Aunque lo intentó con otro partido tres años después, no ganó. Los antorchistas votamos por el PRI. Hoy, aun sin que los Mancilla reconozcan la compra-venta de los terrenos, en los casi tres años de priismo, los antorchistas de la colonia Aquiles no sólo consiguieron material para construir sus viviendas, también lograron maquinaria para nivelar sus derruidas calles, una red provisional de agua potable, y la primera etapa de la red de electrificación. Es decir, hasta aquí, ganó el pueblo y su lucha organizada.
Pero, ya son tiempos de elegir nuevamente autoridades en Minatitlán, y los candidatos ya están de nuevo en las calles. Y, por azares del destino, otro Mancilla quiere nuevamente el poder; y, otra vez, lo busca también con el partido Verde. ¿Acaso piensan que los minatitlenses no tienen memoria histórica? Alejandro Mancilla y su partido, ahora hacen campaña calumniando a la dirigente de los antorchistas porque los minatitlenses ya no les creen. Pero, tal como ya lo dije, los antorchistas no tenemos la culpa. Les dimos la confianza y la defraudaron.
Sin embargo, si Alejandro Mancilla quiere gastarse los pocos días que le quedan de campaña, en una polémica inútil donde poco o nada puede ya sumar, como no sea un desprestigio mayor, le digo que estamos más que listos para contestar una a una, y con detalles, todas sus calumnias contra los antorchistas. No es nuestro deseo el polemizar en esto ahora, cuando otros asuntos de mayor envergadura social exigen casi toda nuestra atención. Pero, sin no hay más remedio, que así sea. Los antorchistas sólo buscamos con nuestra labor una vida mejor para Minatitlán, y, si los políticos tradicionales no pueden, o no quieren contribuir en esto, bien harían mejor en dejarnos hacer lo poco que podamos. Ojalá nos escuchen. Vale.
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