Antes de abordar el tema que me ocupa esta semana, quisiera destacar la memoria de nuestra compañera Bertha Portilla Díaz, acaecida el pasado sábado 7 de septiembre a la edad de 78 años.
Ella, como muchos compañeros que, lamentablemente, ya no están físicamente con nosotros, entregaron su vida a la causa más justa y sensible a la que pueden aspirar hombres y mujeres comprometidos con su clase social: luchar por el bien común, y lo hicieron hasta el último momento de sus vidas, sin descanso ni vacilaciones.
La Fraternidad es ejemplo para otras colonias que se han quedado rezagadas, que en la actualidad no cuentan con agua ni luz, a pesar de haberse formado mucho antes
Ella contribuyó para ofrecerle al pueblo y a los menesterosos mejores oportunidades de vida; amplió e iluminó el camino para continuar el andar de colonos, campesinos, amas de casa y obreros. Ese fue uno de los objetivos que cumplió nuestra querida compañera Doña Bertita, como cariñosamente la conocimos.
Nuestra mártir antorchista fue compañera de lucha de muchísimos años, líder natural y fundadora de la colonia “Fraternidad Antorchista” hace poco más de dieciocho años, ante la necesidad de cientos de personas humildes de contar con un lote para poder construir un hogar digno, cuyo fin principal es elevar la calidad de vida de las familias más humildes de Chetumal, organizándolas y educándolas, con miras a obtener las herramientas necesarias para exigir respeto a sus derechos sociales.
Fueron muchas batallas, sufrimientos y cansancio los que se dieron, fruto del trabajo colectivo de los colonos, dirigentes y el gran respaldo del antorchismo nacional para lograr que la colonia acceda a mejores oportunidades, que la gente viva un poco mejor, con las condiciones mínimas para salir adelante.
Ya se dio un gran avance bajo el liderazgo y trabajo en el que contribuyó nuestra compañera Doña Bertita, y mientras sigamos vivos perdurará en el recuerdo de cada uno de nosotros, como aliciente para honrar su ejemplo revolucionario y seguir luchando por una sociedad más justa y equitativa para todos. En Antorcha sigues viva, compañera ¡Hasta siempre!
Pues bien, el Movimiento Antorchista es una organización política que busca consolidar una fuerza social organizada, pacífica y consciente, que logre modificar la injusta distribución de la riqueza generada por los trabajadores, que es, sin duda, el problema social más importante de nuestra época, orillando a que cerca de cien millones de mexicanos se encuentren en una situación de pobreza y marginación, según economistas reconocidos como Julio Boltvinik, investigador del Colegio de México y estudioso del caso.
Este sistema produce mucha riqueza, pero carece de un mecanismo que la reparta, pues hoy por hoy las economías de los países víctimas de este modelo año con año producen millones de pobres. Por ello, es indispensable una mejor distribución de las riquezas producidas por los mismos trabajadores a través de un modelo económico justo y que incluya a todos por igual.
¿Cómo lograr un cambio en el modelo económico? Antorcha ofrece un proyecto alternativo de nación que se divide fundamentalmente en cuatro ejes: la creación de empleos para todos los mexicanos en condiciones de trabajar, la implementación de salarios justos, la aplicación de una política fiscal progresiva, donde los que ganan más paguen más, y, por último, un redireccionamiento del gasto público hacia los que menos tienen, a través de la creación de programas donde se invierta más en salud, educación, vivienda, alimentación y los servicios básicos, para acabar con la pobreza y los lastres que de ésta se desprenden.
Siendo consecuentes con nuestros principios ideológicos, desde nuestro nacimiento hemos impulsado una labor de lucha constante que beneficia a millones de mexicanos, exigiendo que se atiendan sus necesidades de obras de infraestructura y servicios básicos, las necesidades más precarias de miles de localidades y colonias.
Hoy más que nunca, los resultados del trabajo nos muestran que no nos hemos equivocado. Millones de mexicanos luchan con nosotros de manera cotidiana por un mejor país, por un nuevo sistema social que distribuya mejor las riquezas producidas.
En Quintana Roo, la llama de la Antorcha sigue más viva y brillante que nunca, continúa iluminando el camino de la clase trabajadora. A través de la lucha se ha logrado mucho; miles de familias organizadas lograron acceder a mejores condiciones de vida.
La colonia “Fraternidad Antorchista” es muestra de que el trabajo organizativo de Antorcha Revolucionaria rinde frutos y de que es posible mejorar la calidad de vida de las familias si se distribuye la riqueza a través de obras públicas.
No se puede explicar el desarrollo y progreso de la colonia sin la organización y lucha que el antorchismo encabeza. Las obras y servicios que logró para la colonia no han sido por voluntad propia de los gobiernos municipales y estatales, es gracias a la unidad de los antorchistas que realizan una labor de gestión intensiva.
Hay que decirlo, a diferencia de otras colonias en proceso de regularización, los logros de la “Fraternidad Antorchista” están a la vista de todos: electrificación y mufas, agua potable, centros educativos de nivel básico, cancha de usos múltiples, alumbrado público, por mencionar algunos, y recientemente, una obra más que iniciará su construcción el 11 de octubre: la pavimentación del acceso principal a la colonia.
Esta obra, que se logró recientemente, será de gran impacto, pues es la pavimentación de la entrada a la colonia, donde se invertirá un monto de ocho millones de pesos, obra que ejecutará el ayuntamiento municipal de Othón P. Blanco. Este también es fruto de la organización y lucha diaria del Movimiento Antorchista de Quintana Roo.
La Fraternidad es ejemplo para otras colonias que se han quedado rezagadas, que en la actualidad no cuentan con agua ni luz, a pesar de haberse formado mucho antes.
El fondo está en que los colonos se han sumado a las filas de Antorcha, y junto con sus activistas han realizado una perseverante gestión para lograr todo. Por lo tanto, no queda más que seguir unidos y organizados; dispuestos a luchar hombro con hombro en Antorcha. La construcción de un país mejor requiere de la organización del pueblo y de su educación.
Mientras sigamos unidos y firmes en Antorcha, nada ni nadie podrá dividirnos. En la gente humilde, la que padece carencias, los pobres, su fuerza, su convicción y educación siempre serán su unión, su estandarte de lucha y su hermandad, que derriban barreras y permiten alcanzar mejores niveles de vida, y el mejor ejemplo es el progreso que se ve en la colonia “Fraternidad Antorchista”.
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