* Como único sustento para millones, enfrenta no sólo el bajo retorno de la inversión sino también la represión de las autoridades
Toluca, Edomex. El desempleo, los bajos salarios, la pobreza y el poco crecimiento económico del país han orillado a millones de hombres y mujeres a incursionar en el comercio informal para llevar el sustento a sus familias. Obreros, campesinos, comerciantes, colonos y estudiantes, entre otros, han sido los más afectados por esta situación.
Verónica Hernández Garduño se dedica a la venta de elotes y esquites y, a partir de la pandemia de covid-19, también ofrece cubrebocas. Su punto de venta es un lugar muy concurrido de la capital mexiquense.
Sin embargo, sus ventas han sufrido mermas por el constante acoso de los inspectores del Ayuntamiento, que abusan de su poder y les confiscan sus puestos, les roban sus productos y los golpean a fin de expulsarlos de los espacios en los que han trabajado desde hace más de dos décadas.
Aunque con miedo a los inspectores municipales y temor a los delincuentes que no solo asaltan a los comerciantes ambulantes, sino que hasta los extorsionan, persiste en llevar a cabo esta actividad dado que no ha encontrado un buen empleo que le permita llevar el sustento a su hogar.
A pesar de que concluyó una carrera universitaria, no ha tenido la oportunidad de ejercer su profesión. Como ella misma dice:
“No he tenido oportunidad de ejercer mi carrera porque no he encontrado empleo, aunque sí lo he buscado; pero en los empleos que he encontrado pagan un salario tan pequeño que no me alcanza para lo que necesitamos mi familia y yo. Por eso, mejor sigo en el comercio informal”.
Otro caso es el de Ofelia (N), una mujer mazahua de 60 años de edad, quien desde las 9 de la mañana, todos los días, se sienta a un lado de un edificio en la calle de Independencia, donde extiende un plástico ya viejo y arrugado por tantas veces que ha sido colocado en el piso.
Allí acomoda todo tipo de plantas pequeñas y artesanías que ella misma elabora, de las cuales obtiene una ganancia que solo le alcanza para comer ese día.
Ofelia también ha sido presa de la represión del gobierno de Toluca: constantemente es retirada y agredida sin piedad por un sistema que ha denigrado a un sector que no tiene otra alternativa más que dedicarse a esta actividad comercial.
Más de 28.5 millones de mexicanos se dedican a la economía informal, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), cifra que de 2021 a 2024 aumentó en 12.4 por ciento, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), dada a conocer en 2021.
El comercio informal es una respuesta a un grave problema social que es la falta de empleo. “Para erradicarlo,” señaló el líder antorchista en la zona de Tierra Caliente, Saúl Alva, “el Gobierno federal debe trabajar en la creación de empleos suficientes y en la mejora de los salarios; que aplique una política fiscal en la que paguen más impuestos los que más tienen y reoriente el gasto público hacia obras en las comunidades para que salgan del atraso.
Sólo así se podrá combatir seriamente la pobreza en México, y las clases trabajadoras tendrán lo suficiente para vivir dignamente”, concluyó.
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