Todas las escuelas de nuestro país deben contar con la infraestructura necesaria, así como con maestros en continua capacitación para que se pueda ofrecer una educación de calidad a todos los estudiantes. Lamentablemente, con la llegada de Morena a la silla presidencial, en 2018, llegaron también las malas decisiones tomadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, desconocemos si de manera intencional o por desconocimiento, pero el caso es que la educación es uno de los sectores más afectados por la 4T.
Esto lo comentamos con conocimiento de causa debido a la gran cantidad de recortes presupuestales a diversos programas educativos que apoyaban directamente a miles de estudiantes de escasos recursos y que fueron realizados durante la gestión de López Obrador en tan solo cuatro años. Estos recortes presupuestales se han concentrado en el 70 por ciento de la matrícula estudiantil de educación básica, asimismo han desaparecido varias partidas presupuestales, muchas de ellas enfocadas en atender sectores vulnerables, así como a mejorar la calidad académica. Como botón de muestra podemos mencionar que eliminaron asignaciones destinadas a la Atención a la Diversidad de la Educación Indígena, Atención Educativa de la Población Migrante, Desarrollo de Aprendizajes Significativos en Educación Básica, Escuelas de Tiempo Completo, Programa para la Inclusión y la Equidad Educativa, Evaluación de la Calidad de la Educación, entre otros programas.
Aunado a lo ya descrito, el presupuesto que se destinará a la formación y capacitación de cada maestro en las escuelas públicas asciende a tan solo 85 pesos por cada maestro, si lo comparamos con los más de 1,600 pesos que destinaba el gobierno neoliberal que antecedió a Morena, podemos concluir que en lugar de mejorar la capacitación docente esta va en retroceso con la 4T, por lo que, los maestros ahora tienen que aprender solos, ser autodidactas, pues los recursos para su formación son escasos y no existen programas para el fortalecimiento y actualización de sus habilidades, esto a pesar de los estragos que generó la pandemia por la covid-19.
Desde 2020, el Gobierno federal inició con el recorte al programa de capacitación docente al destinar una bolsa presupuestal de 169.3 millones de pesos, monto 58 por ciento menor a 2019, es decir de 409.4 millones de pesos, esto de acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados. De acuerdo con datos de la asociación civil, el gasto en evaluaciones de aprendizaje pasó de 1,015 millones de pesos en 2009 a 140 millones de pesos contemplados para 2023, esto a pesar del aumento de matrícula de los alumnos y la carga de trabajo.
De igual manera, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), en México el 53.8 por ciento de maestros mexicanos requiere entrenamiento para el uso de la Tecnología de la Información (TIC) y capacitación constante ante los desafíos digitales. Al respecto, integrantes de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) lamentaron la decisión de López Obrador ante la distribución del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF 2023), en el que aseguran la educación quedó en último lugar y persiste el abandono a los maestros de todo el país, al no otorgarles presupuesto para capacitación y aprendizaje.
Por si fuera poco lo ya descrito, en el PEF 2023, no están contemplados recursos para la atención del abandono escolar, socioemocional y la pérdida de aprendizajes que se desencadenaron por la pandemia a causa de la covid-19. La Organización Mexicanos Primero, advirtió que durante el ciclo escolar 2020-2021 abandonaron las aulas 552 mil 469 alumnos de educación básica y que niños y adolescentes enfrentan afectaciones en la salud mental como angustia y depresión.
La pregunta obligada es: ¿A dónde va a parar el recurso de estos recortes presupuestales? En algunos casos se fueron al programa La Escuela es Nuestra, Becas para el Bienestar Benito Juárez, de educación básica y media superior y Jóvenes Escribiendo el Futuro, programas clientelares de la administración de López Obrador, estos programas acapararon uno de cada cuatro pesos del ramo 11, que es destinada a educación pública.
Por lo ya descrito, la educación parece no importar a la 4T, pues los recortes al presupuesto son una constante y han desaparecido programas clave de apoyo real a estudiantes ya que hace 12 años existían 46 programas con recurso destinados a escuelas, maestros y estudiantes de educación básica, en 2016 se redujeron a 25 y en 2022 solo quedaban 17. La inversión en educación no se ha incrementado ya que de 2008 a 2022 el gasto educativo en promedio fue de 3.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), aun cuando lo recomendado por la Ley General de Educación establece como mínimo el 8 por ciento del PIB.
Es necesario que, ante esta indolencia de las autoridades educativas de Morena, actuemos en conjunto exigiendo que la riqueza que entre todos generamos sea regresada en obras y educación ya que de no hacerlo seguiremos rezagados en tecnología y dependiendo siempre de los países que sí invierten en ella.
Hemos comprobado que Morena no es lo que prometía, que solo quería llegar al poder para servirse y que lo que tanto criticó por años ahora ellos lo realizan, pero con más descaro. Tenemos que organizarnos entre los humildes por mejores condiciones de vida, debemos entender que una vida más justa es posible pero que no la disfrutaremos si no luchamos por ella, ya que del cielo no nos caerá.
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