Cómo ya es de dominio público, hasta ahora, cuando ya es demasiado tarde, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) quiere tomar medidas frente a la creciente inflación de precios que está fuera de control.
Las amas de casa se dan cuenta que ya no alcanza para el gasto, tal como lo comentó en la calle una señora: "vivimos al día, el dinero ya no alcanza todo está muy caro".
Como todo mundo nos enteramos de que, en su informe, el INEGI anunció la más alta inflación del 7.6 por ciento en 20 años, que BANXICO elevará la tasa de interés hasta 6 por ciento, que siguen analistas esto no detendrá por sí solo la inflación.
El Gobierno actual propone un plan antinflacionario de control de precios de 25 productos básicos, esta ocurrencia causó más alarma. Ante la falta de creatividad de apoyos fiscales, de respeto al Estado de derecho, y de expertos calificados para llevar a cabo platicas públicas que intervienen la productividad y las inversiones, a López Obrador se le ocurrió copiar a los expresidentes priistas para abatir la inflación mediante el control de precios que solo causará más carestía, mercado negro e irritación social.
A todo esto, aconseja AMLO que los campesinos siembren para el autoconsumo para combatir la crisis, semejante consejo, cuando en cadena las ocurrencias, desatinos, malas decisiones, abandono a su suerte del campo, se pretende culpar al futuro a los propios campesinos de su pobreza y abandono, toda esta catástrofe económica le vino como anillo al dedo a la 4T, ya antes de la pandemia a la pequeña industria y a los propios industriales se les dejó a su suerte porque se perdieron más de un millón de empleos por año y aumentó la pobreza.
Implementar el control de precios y dejar en el abandono al campo, no tomar medidas a tiempo para ser autosuficientes en alimentación; el sometimiento de la 4T a la voluntad presidencial han logrado que seamos más dependientes del vecino del norte, se empeña en tirar dinero en las obras faraónicas, en sus programas de compra de votos, obras que no servirán para apoyar al grueso de la población en momentos como este, cuando se requieren estímulos fiscales para abatir los costos de los productos de la canasta básica.
Aquí radica la responsabilidad directa de este y los anteriores gobiernos, cuya política económica nos sigue hundiendo en una terrible dependencia alimentaria. El control de precios para bajar inflación no es lo más recomendable.
"Se tendrá que recurrir a medidas fiscales, medidas laborales, medidas de analizar las cadenas de valor para ver dónde hay oportunidad de atenuar esos costos y, evidentemente, al mismo tiempo, generar un programa de reactivación económica que aumente la capacidad de la oferta en aquellos sectores estratégicos vinculados con este problema inflacionario, para ir atendiendo también las causas de fondo".
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