Todo funcionario, sea por elección o designación, al asumir una responsabilidad pública y efectuar la protesta de ley, juró hacerla valer y respetar la constitucionalidad. En caso de tratarse de una responsabilidad ejecutiva, como gobernador o alcalde, casi siempre hay lugar al uso de la palabra y la exposición de los compromisos, los plazos para materializarlos, además de un esbozo que casi siempre describe catastróficamente la situación en la que se asume el cargo, esto para después justificarse y culpar a otros de la ausencia de resultados.
Quienes protestan a un cargo legislativo, sean senadores, diputados federales, locales y regidores, pocas veces hacen uso de la palabra al pertenecer a órganos colegiados, por lo tanto no se conocen sus metas ni planes de trabajo.
Por ello, poca gente conoce la labor de un legislador, la población siente que resultan onerosos e inútiles, pues no siente de manera directa los resultados de su gestión; y aunque por mandato legal existe la obligación de informar a la ciudadanía cada año, el ejercicio es poco difundido o se convierte en campañas de autopromoción pensando en cargos futuros.
Son pocos los casos que se diferencian de la tónica anteriormente descrita y son más los representantes populares que se dedican a legislar, olvidándose, en absoluto, de darles voz a los ciudadanos y resolver algún problema concreto que se les expone.
Ante este lamentable cuadro, resulta útil destacar que contrasta con esta actitud, por ello creo conveniente describir que recientemente los antorchistas atestiguamos. Veamos.
Producto de la incansable gestión de nuestro dirigente estatal, Osvaldo Ávila, ante diversas instancias y funcionarios, hace unas semanas se realizó una intensa gira en Guadalupe, Fresnillo, Vetagrande y Villanueva y esta tuvo por objeto distribuir apoyos invernales por parte de la senadora Geovanna Bañuelos de la Torre, sí leyó usted bien, una legisladora que abandonó su cómoda oficina y su escaño en la Cámara senatorial para recorrer pueblos y colonias.
El acontecimiento, además de inusual, tiene la connotación de que se efectúa en un momento en el que la atención de las demandas se ha complicado a nivel federal, donde ni un clavo se otorga a nuestros agremiados; y a nivel local aunque hay muchas mesas de trabajo nada de soluciones, también hay que sumarle el hecho nada despreciable de que estamos ante una destacada militante del Partido del Trabajo (PT), que sin sectarismo, ni desdén incluyó a varios de nuestros compañeros en sus acciones de atención ciudadana.
Tuve la fortuna de acudir a varios de los eventos e incluso ser anfitrión en la región Casa Blanca y Tacoaleche; y puedo decir que la gente estaba eufórica ante el discurso entusiasta de nuestro líder que reconocía la apertura y nos convocaba a seguir luchando, puesto que la senadora Bañuelos, además de sensible hacía gala de calidez humana y reconocimiento a la labor de siempre de los antorchistas.
Me ocupo del acontecimiento para recordarles a quienes han declarado nuestra desaparición que están muy equivocados: ¡Antorcha sigue viva y vigorosa!
Nosotros estamos trabajando para el pueblo y para transmitirles a quienes no fueron parte de los eventos que vale la pena seguir luchando, pues si perseveramos encontraremos oídos sensibles; y aunque sea poco a poco iremos mejorando nuestra calidad de vida, por eso, ni un paso atrás, la lucha sigue porque tarde o temprano venceremos.
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