La pobreza no es algo nuevo en la historia de la humanidad, en los últimos tiempos este fenómeno se viene presentando cada vez de manera más alarmante en esta sociedad basada en la producción e intercambio de mercancías, cuyo objetivo es la ganancia; con un Estado que favorece la concentración desmedida de la riqueza en manos de unos cuantos individuos, con leyes que hacen legal la expropiación de la riqueza social generada por la fuerza de trabajo.
Dicho estado, en complicidad con la clase económicamente poderosa, crea las condiciones para que al ciudadano se le priven los derechos de todo género, impidiéndole desarrollarse como persona, negándole la posibilidad de poseer los elementos materiales, como vivienda, agua potable, educación para sus hijos, derecho a la salud, a un trabajo digno y bien pagado, etc. tan necesarios para poder subsistir y tener una vida digna. En nuestro país, la complicidad entre los poderosos del dinero y la clase gobernante, basada en el favoritismo, la corrupción y la demagogia, han generado, en los cuatro años de gobierno morenista, un crecimiento espantoso de los niveles de pobreza y pobreza extrema.
El diario “El Sur”, el 24 de febrero de este año, informó que en Guerrero viven dos millones 363 mil 188 personas con pobreza. La entidad tiene una población total de 3 millones 540 mil 685 habitantes, de tal manera que 66.75% son pobres; de estos, casi un millón, es decir más de un tercio se encuentran en pobreza extrema, lo que significa que 907 mil 629, es decir el 25% de los guerrerenses no pueden satisfacer varias de sus necesidades vitales básicas, como alimento, agua potable, vivienda, sanidad, educación; un millón 455 mil 559 se encuentran en pobreza moderada, dicha cifra representa el 40.9% de la población.
Los datos que contiene el Informe Anual de pobreza y Rezago Social 2022, de la Secretaría del Bienestar, sitúan al estado de Guerrero como la cuarta entidad con mayor cantidad de personas en pobreza extrema, es superada por Chiapa, Estado de México y Veracruz. Sin embargo, la población en cada uno de estos tres estados es mucho mayor que la de Guerrero, lo que equivale a que en el estado, el porcentaje poblacional es más elevado. En pobreza moderada, dicho informe coloca a la entidad guerrerense en la décima posición, por debajo de Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Estado de México, Michoacán, Oaxaca, Puebla y Veracruz. Esto nos da una idea clara que las políticas implementadas por el gobierno de la 4T para combatir la pobreza no están dando resultados, por el contrario, están generando más pobreza entre la población. El discurso de “primero los pobres” es una falsedad.
Este tema es preocupante, “El Heraldo de México”, publicado el 23 de febrero, registra que en el informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022, del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la pobreza aumenta en 19 entidades del país, siendo las mujeres las más afectadas, ya que, en dos años, de 2018 a 2020, pasó de 27.1 a 29.1 millones de mujeres afectadas por este fenómeno social.
Lo preocupante también es que el índice de pobreza y pobreza extrema ha crecido alarmantemente en estados donde anteriormente eran considerados con alto potencial de desarrollo y crecimiento económico. Según el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022, del Coneval, los estados que tuvieron mayor aumento en pobreza son: Quintana Roo, al pasar de 30.2% de su población en situación de pobreza en el 2018 a 47.5 en el 2020, le sigue Baja California sur , que aumentó del 18.6% en el 2018 a 27.6 en el 2020, también el estado de Tlaxcala que tenía en el 2018 el 51% de pobreza, pasó en el 2022 al 59.3%. Pero eso no es todo, más de la mitad de los estados que conforman la República Mexicana presentan índices que reflejan que la pobreza está en aumento, son los siguientes: Estado de México (7.1%), Yucatán (5.5%), Querétaro (5%), Nuevo León (4.9%), Puebla (4.4%), Jalisco (3.6%), Sonora (3.3%), Ciudad de México (2.6%), Morelos (2.4%), Campeche (1.6%) Aguascalientes (1.4%), Guanajuato (1.3%), Hidalgo (0.9%), San Luis Potosí (0.8%), Tamaulipas (0.4%) y Coahuila (0.1%), de acuerdo con el informe de Coneval.
Basados en estos datos, se puede afirmar que la situación económica de los mexicanos se deteriora cada vez más. Y esto se debe en gran medida, a la falta de acciones concretas por parte del gobierno federal, como la de fomentar la inversión nacional y extranjera, que impulse la creación de empleos bien pagados para todos los mexicanos en edad de trabajar. El gobierno que encabeza el presidente López Obrador, se ha dedicado a saquear los reservas, a desaparecer los fideicomisos y a desviar los recursos que tenían las dependencias para la atención de las necesidades del pueblo, a sus proyectos insignia que no aportan nada al país. Y por otro lado, este gobierno que dice “primero los pobres”, favorece precisamente a los grupos más fuertes económicamente, otorgándoles grandes contratos sin licitación, facilitándoles la condonación de impuestos, continuando con la ley del embudo para la repartición de la riqueza social, en la que la parte más ancha es para unos cuantos y la más angosta para la inmensa mayoría, esto no es nuevo, los gobiernos anteriores lo hicieron, pero el actual lo hace de una manera más cínica y descarada.
Con el actual aumento de precios de los satisfactores que el pueblo necesita para vivir, la vida de los mexicanos continuará complicandose, de tal forma que sigue siendo necesario un gobierno diferente a los pasados y al presente, pero para llegar al él, los mexicanos debemos organizarnos, educarnos y cambiar el modelo económico que sostiene al régimen actual, por uno que aplique una política justa y efectué un reparto equitativo de la riqueza social y que atienda los grandes necesidades de la población. No hay otro camino.
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