Los mexicanos somos reconocidos en muchas partes del mundo como los más trabajadores porque sí lo somos, como los que más horas trabajamos, pero también somos los peor mal pagados, y eso solo con los que cuentan con un trabajo formal, porque de los que no tienen, que son aproximadamente 31.9 millones de personas, según datos del Consejo Nacional de Evaluación (Coneval), una situación que ha empeorado desde muchos años atrás.

Una situación que el pueblo ha vivido y sufrido, y ha querido remediar con esperanza de que, mediante el sufragio, llegue un personaje a la presidencia de la república que cure estos males del pueblo mexicano.

En la Revolución mexicana en 1917, el pueblo luchó y dio su vida con la esperanza de tener mejores condiciones para vivir, pero como sabemos, el único ganador de esa gran lucha revolucionaria fue la burguesía, que se aprovechó del descontento del pueblo con la dictadura porfirista, y lo usó como arma a su favor, pero no es la intención de este escrito, sino remarcar que, a partir de ahí, el PRI se mantuvo en el poder por 70 años; pero llegó un momento en que el pueblo se cansó de que no cambiaba a mejorar sus condiciones de vida, por ello en el año 2000, el pueblo decidió darle el voto al Partido Acción Nacional (PAN) con una nueva esperanza de mejorar, y este partido se mantuvo sólo dos sexenios en el poder, ya que en 2012, regresó el PRI un sexenio más. 

En 2018, llega a la presidencia de la república un hombre que estuvo tres veces de candidato, con la ambición de ser presidente de México, dos veces en color amarillo representando al sol azteca (PRD), y la tercera vez con el color guinda (Morena), ah pero hay que recordar que este señor, Andrés Manuel López Obrador, antes de ser candidato militaba y había sido funcionario varias veces en el PRI, o sea, ya sabía comer de la mano y sudor del pueblo. Esta es la razón de su insistencia para llegar al poder. 

En dos ocasiones no pudo ganar, ya que el pueblo lo conocía, pero a la tercera ganó. Debido que en la tercera ocasión ya de candidato, empezó a prometer el cielo y las estrellas para el pueblo, ya que se dio cuenta, que el pueblo seguía cansado con los gobernantes que había tenido hasta entonces, y por eso empezó a decir que el transformaría nuestro país, que los pobres íbamos a salir de la pobreza, que tendríamos el mejor servicio de salud, de educación, que acabaría con la corrupción; que todo todos los que no tuvieran trabajo lo tendrían y bien pagados, y que ahora sí vivirían casi casi en el paraíso. Y el pueblo confió una vez más. 

Pero desgraciadamente ya cuatros años de esperanza de que llegue la transformación de México, solo se ha visto destrucción por todo lo ancho y largo de nuestro país. Desde el comienzo del mandato de López Obrador, el número de personas en situación de pobreza aumentó en 3.8 millones de personas, en comparación con 2018, según los datos del estudio realizado por el Coneval.

Esto quiere decir que el desempleo incrementa; pero no solo esto, la violencia ha crecido a tal grado que, en lo que lleva Lopez Obrador en el poder, solo en estos cuatro años, los números de todo el periodo de Peña Nieto, lo rebasa solo con 30 mil. Nuestro país arde, se está destruyendo día a día, el pueblo es el que sufre más, porque con esta administración a las familias, se les dificulta mucho más poder adquirir la canasta básica, pues la inflación ha alcanzado el porcentaje más alto, 8.16 por ciento llegó en julio de este año, no encuentran medicamentos en los centros de salud, no hay obras y servicios en las colonias ni en los ranchos, los pocos que hay se han venido destruyendo ya que no se les da mantenimiento. En pocas palabras no hay recursos para el pueblo. 

Pero, por otro lado, este señor, sus familiares y todos sus allegados han incrementado tanto sus riquezas en tan solo 4 años, y más lo que falta por robar, es decir que tampoco ha desaparecido la corrupción, por el contrario, ha arreciado. Por eso todo el pueblo tenemos que tomar conciencia, organizarnos y luchar por un gobierno que realmente represente al pueblo. Porque lo que hace falta en México no es un cambio de partido en el poder, sino cambiar de clase en el poder.