La celebración del Dia de Muertos en México data de la época prehispánica, en donde se rendía culto a las personas fallecidas las cuales eran enterradas con sus pertenencias más valiosas y significativas en un ritual que los guiaba al Mictlán (la tierra de los muertos).
En nuestra cultura, la muerte no representa la ausencia, sino la presencia de las almas conviviendo con los vivos.
Después de la colonización española, esta celebración se convirtió en un híbrido con las creencias religiosas y se ubicó en el calendario cristiano como lo conocemos hoy, 1 y 2 de noviembre.
Por tradición o fe, esta celebración ha trascendido fronteras y es admirada por todo el mundo, por su riqueza, su folklor y la admiración de como los mexicanos nos negamos a decir adiós a los que amamos y los esperamos cada año preparándoles altares que decoramos con la comida, bebida y objetos favoritos de quienes se han ido. Llegada de la fecha, les damos la bienvenida a una noche de comunión y convivencia en un recordatorio de que viven siempre en nosotros. A todo lo largo y ancho de nuestro país, recordamos a nuestros difuntos y festejamos con sus diversas variantes según la región en donde se lleva a cabo dicha celebración.
El Movimiento Antorchista, fiel promotor de la Educación entre otras cosas, desde sus inicios hace casi medio siglo, ha visto esta importante área como columna vertebral de la formación y sensibilización de todo individuo, fomentando el Arte y la Cultura como un derecho para los mexicanos sin importar etnia, nivel económico, ni social.
Nuestras tradiciones forman parte de la identidad de nuestro pueblo y su gente.
El día de Muertos fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2008 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) por su importancia y significado como expresión tradicional, representativa y comunitaria.
El Movimiento Antorchista, a través de su Comisión Cultural encabezó en las colonias y comunidades la celebración de esta tradición y Jalisco no podía ser la excepción.
En la Colonia Fraternidad Antorchista del Municipio de Zapopan, los colonos se dieron cita para colocar ofrendas con las que se rindió homenaje a hombres destacados de la Revolución Mexicana en especial a los generales Zapata y Villa.
Los pequeños representaron a los revolucionarios y a las valientes mujeres que formaron parte de esta lucha con indumentaria propia y maquillaje que homenajeaba a la muerte.
Los asistentes disfrutaron de un programa cultural que incluyó poesía y canciones. Con esta jornada, el Movimiento Antorchista demuestra el compromiso que se ha echado a cuestas de promover la cultura en el seno del pueblo trabajador, como un recurso para educarlo, sensibilizarlo y aprecie las creaciones más bellas de nuestro país y el mundo.
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