Lo que parece inimaginable, pero que sí está ocurriendo en nuestro país, y en particular en nuestro estado, donde los estudiantes deberían ser la prioridad y el gobierno actual debería estar trabajando por ellos, es que a estas alturas existan escuelas en diferentes municipios sin maestros. Instituciones educativas que no han comenzado las clases por falta de personal o porque el gobierno no ha querido contratar a cierto maestro.
Esta situación en las instituciones educativas se agrava cada vez más, ya que han pasado más de cuatro meses de clases y muchos niños no han asistido aún a la escuela.
México necesita una nueva política educativa, una que garantice que la educación sea de calidad y gratuita; la cifra de 3.7 millones de niños y adolescentes sin escolarización es alarmante.
Son las instituciones de nivel básico las que carecen de servicio educativo, lo que ha llevado a padres de familia a tomar las instalaciones de diversas escuelas.
Un total de trece escuelas en todo el estado se encuentran en paro de labores por falta de maestros, según el secretario de Educación en el Estado, Luis Gilberto Gallego Cortez, quien asegura que el gobierno estatal trabaja para dar cobertura al 100 % y cumplir con el mandato constitucional de que la educación sea laica y gratuita.
El gobierno del estado, a través de la Secretaría de Educación, la Secretaría de Hacienda y la Secretaría General de Gobierno, mantiene gestiones a nivel federal y estatal para cubrir las vacantes en las escuelas de sostenimiento público de educación básica en Baja California, con el objetivo de asegurar una cobertura del 100 % de docentes en las 2 mil 750 escuelas de la entidad.
Aunque esta postura oficialista sugiere que habrá una solución, esta situación ha ocurrido repetidamente. El año pasado, muchas escuelas de este nivel nunca pudieron iniciar clases debido a la ausencia de maestros, y aunque hoy se escucha el mismo compromiso, las acciones concretas siguen sin verse. Hace apenas unas semanas, los maestros seguían manifestándose por la falta de pagos.
No es necesario aclarar que la situación educativa de los niños ha ido en detrimento. La pandemia dejó grandes secuelas: generaciones de niños que no saben leer ni escribir, generaciones de estudiantes que carecen de los conocimientos básicos en matemáticas y otras materias.
La educación va en decadencia, y las políticas del gobierno federal han aportado poco o nada para mejorar esta situación. Por estas razones, México necesita urgentemente una nueva política educativa, una que garantice una educación de calidad y gratuita.
Los gobiernos deben responder a este llamado. La cifra de 3.7 millones de niños y adolescentes sin escolarización es alarmante y refleja una profunda crisis educativa.
Las evaluaciones de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) y los resultados de la prueba PISA demuestran que los estudiantes mexicanos enfrentan serias dificultades en su aprendizaje.
México debe reformar no sólo la educación, sino también todos los servicios que el gobierno debe proporcionar, servicios que pagamos y que son nuestros derechos: educación, vivienda, salud, infraestructura en colonias y otros más. Todos estos son derechos y debemos luchar de manera unida y organizada para que se respeten.
En esta sociedad, la educación y la enseñanza al pueblo deben ser una prioridad, ya que solo un pueblo educado y organizado puede lograr un cambio social, un cambio que nuestro país necesita urgentemente, pues la estructura social actual no garantiza una vida digna.
Es necesario recordar lo que decía Jesús Reyes Heroles: cuesta mucho educar a una persona, pero cuesta aún más no hacerlo, porque las consecuencias de la falta de educación se pagan con creces en el futuro.
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