En los últimos 4 años nuestro país produjo, en promedio, 27 millones de toneladas de maíz blanco, en su mayoría destinado a consumo humano, concentrándose la producción en dos estados principalmente Jalisco y Sinaloa. En total consumimos 33 millones de toneladas de maíz anualmente en su mayoría en tortillas, que se procesa en 110,000 tortillerías, importamos 700 mil toneladas de maíz blanco y el resto de amarillo. En el año 2020 importamos 18 millones de toneladas de maíz amarillo en su mayoría destinado a consumo animal, ubicándonos como el segundo importador de maíz en el mundo. El consumo promedio per cápita es de 196.4 kg de maíz, especialmente en tortillas con un promedio de 530 gramos de tortilla al día. Este alimento básico su precio en promedio nacional en los últimos 5 años pasó de 13 pesos en el año 2016 a 18.49 en octubre del 2021, en los últimos 24 meses se ha encarecido en un 6.1%. El precio de este alimento varía de acuerdo a la entidad, el costo más alto es de 25 pesos en Hermosillo, Sonora; mientras que el más bajo es de 13 pesos en Tlaxcala y Puebla. En los primeros 4 meses del presente año el maíz tuvo un incremento del 45.04% y en los últimos 12 meses de 122.42%. Urge acortar la cadena productiva entre los agricultores y los tortilleros, para evitar los intermediarios que son los que encarecen el producto. Al tratarse de un producto básico, el incremento golpea a la capacidad adquisitiva del consumidor y también en su alimentación, ya que se sustituye con alimentos chatarra. En muchas tortillerías de algunos centros comerciales se le baja la calidad del producto para no incrementar el precio y así, seguir obteniendo la misma ganancia el productor, acto que afecta a los más pobres, que son los que más tortillas consumen.
Los insumos necesarios para la elaboración de tortillas, han aumentado significativamente en los últimos tres años, hasta el mes de octubre el gas LP registro un aumento del 49.8 %, el maíz registró un incremento anual por tonelada del 31.6%; en general, los gastos de operación para la producción de tortillas incrementaron en los últimos meses hasta un 40%, como la energía eléctrica y la gasolina. Por el lado contrario, el Gobierno Federal no da apoyos suficientes a los grandes y pequeños productores de maíz, además aumentado los impuestos e insumos; los fertilizantes, semillas, insecticidas, pesticidas, maquinaria y el costo de los servicios, el apoyo en particular a los productores de maíz, ha ido de más a menos. El abandono de las tierras de cultivo por los pequeños campesinos, la migración a las grandes ciudades o al país del norte en busca de mejores salarios y condiciones de vida es evidente en varios estados del centro y sur del país. El incremento del precio del maíz golpea directamente a los sectores sociales vulnerables de todo el país, para millones de familias su alimento único diario son las tortillas, por eso urge un subsidio que vaya dirigido directamente al consumidor, a los sectores más marginados de la población en varias regiones del país. Desde que inició la pandemia por la covid-19, el gasto por alimentación que realizan los hogares mexicanos se ha incrementado un 20 %, es decir, 60 de cada 100 pesos del ingreso se destinan al consumo de la canasta básica. La alimentación de más de 50 millones de mexicanos se está viendo afectada por el alza del precio de las tortillas y otros alimentos básicos como el frijol, la azúcar, el arroz, aceite, tomando como referencia desde antes de la pandemia más de 23 millones de mexicanos padecían hambre en el país, es decir se dormían y despertaban con hambre, lo que consumían no era suficiente para quitarles el hambre todos los días, la pobreza alimentaria se ha incrementados en los últimos tres años del gobierno de la 4T.
Debemos exigir un mayor apoyo financiero a la agricultura, sobre todo al cultivo de ciertos productos básicos que se requieren para la alimentación diaria de nuestro pueblo: cereales, verduras, leguminosas, no podemos partir del hecho tan cantado pero no probado de la corrupción y por ello, se deje de apoyar al campo mexicano, si hubo mal manejo de los recursos públicos que estaban destinados a los programas del campo, que seguro los hubo, que se resuelva, que se pongan a cargo de esas responsabilidades funcionarios honestos de la 4T, que espero los haya, pero no podemos con ese pretexto dejar de apoyar al campo, quitarle los subsidios a los que producen los alimentos que consumimos todos los días. Urge incrementar e intensificar el número de hectáreas de cultivo de temporal y de riego, además de todos los insumos que el agricultor requiere para realizar el proceso productivo. Es cierto que la producción de alimentos en nuestro país no está diseñada para dotar de alimentos a los mexicanos que más lo necesitan, la mayoría de la producción está enfocada para generar ganancias, por eso se ha centrado la producción de ciertos alimentos que generan mayor utilidad, que no son de la canasta básica, con tal de materializar el ansia de ganancia en la agricultura y acumulación del gran capital, sin importar los estragos que se le provoque a la naturaleza, incluido el hombre.
Necesitamos un cambio radical del modelo productivo actual, es urgente diseñar un modelo económico donde se produzca para quien más lo necesite y no solo para quien lo pueda comprar al costo que sea, donde se dé prioridad a la producción de alimentos de primera necesidad con costos accesibles, suficientes y de calidad. Los humildes de este país, que somos muchos, debemos darnos cuenta, porque creo que todavía estamos a tiempo de que vivimos en un país con mucha biodiversidad y recursos naturales, mismos que podrían alcanzar para alimentar, vestir y calzar a todos los hijos de nuestra madre patria; hagamos conciencia y no desmayemos en nuestra lucha justa y necesaria para que más temprano que tarde podamos construir un país con un modelo económico más justo y distributivo, creo que no es mucho pedir, si solo soñamos un mundo donde todos vivamos mejor y no solo unos cuantos. Debemos darnos cuenta que nuestros sueños son incompatibles con los sueños de los poderosos, ellos buscan la felicidad de las minorías, nosotros el bienestar y la felicidad de las mayorías, por eso somos grandes, antorchistas.
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