MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El fracaso de la 4T en su combate a covid-19

image

Todos lamentamos profundamente el rotundo fracaso del Gobierno federal en el manejo que le ha dado a la pandemia de covid-19, que está costando miles de vidas de mexicanos cuya muerte se pudo evitar. Por lo menos yo sí lo lamento y me hago responsable de que mis compañeros antorchistas también; quien se muestre indiferente o se alegre ante semejante tragedia, tendría que ser un verdadero enfermo y un repulsivo monstruo psicópata.

No puedo evitar pensar esto y estremecerme de angustia y zozobra primero, y después de rabia, al tratar de comprender las causas de ese fracaso y del crecimiento sin control de los contagios y las muertes de gente inocente; ninguna de las víctimas es solamente un dato estadístico, un daño colateral o el inevitable costo de un fenómeno incontrolable. ¿Quién se atrevería a formular una proporción de las muertes que se pudieron evitar y los que no, o más aún, ponerles nombre y apellido?

Se pudiera pensar que la Pandemia es una tragedia de la que nadie tiene culpa, o que si alguien la tuviera no es ningún mexicano, ya que es de todos conocido que tuvo su primer contagio humano muy lejos de aquí y que llegó a México, mucho tiempo después de que apareció y vino importada, traída por algún o algunos viajeros que se contagiaron fuera y así entró en el país e inició una serie de contagios locales aparentemente inevitables. Pero vale la pena detenerse un poco, pues dejar de ser tan simples en el razonamiento puede significar salvar personas que aún no nos hemos contagiado y que aún corremos peligro; si algo se hizo mal nunca va a ser tarde para corregir.

Es cierto que este virus SARS-CoV-2 es nuevo, poco conocido y que, como todas las enfermedades que han sido en la historia de la humanidad, es complicado combatirlo con éxito sobre todo al principio y todas las atenuantes que se quieran pensar. Pero también es cierto que ya ha habido pandemias anteriores, que la experiencia humana en el manejo de este tipo de situaciones ya es copiosa y es universal, existen grandes avances en medicina y en el estudio y recopilación de estas experiencias y que, en concreto, ya hay numerosos conocimientos acerca de los posibles manejos que deben darle a este tipo de situaciones los sistemas de salud pública, los gobiernos. Además de que los primeros contagios en México sucedieron cuando ya la pandemia había avanzado en otros países y había, pues, experiencias importantes de las cuales aprender.

Nuestras autoridades sanitarias mexicanas presentaron desde el principio algunas gráficas que revelan su conocimiento (no se puede saber que tan profundo o racionado), desde ese entonces, de estas experiencias y se presentaba un gráfico que comparaba las curvas epidemiológicas en dos escenarios: sin intervención y con intervención.

1

Y argumentaron así su propuesta de "intervenir" mediante la contingencia, la política de la sana distancia y la cuarentena. Lamentablemente esta propuesta vino demasiado tarde y con muy poca fuerza efectiva. Fue hasta el 23 de marzo que se decretó la contingencia, en ese momento la movilidad ya se había reducido entre el 60 y el 70% debido a que los mexicanos, viendo la experiencia en otros países y ante la inoperancia del Gobierno federal que seguía recomendando y practicando los besos y abrazos, hizo caso omiso a las recomendaciones del presidente y se autoimpuso la contingencia. Muchas escuelas, universidades, empresas, gobiernos de los estados y otras instituciones cerraron antes y hasta en contra de las recomendaciones del Gobierno Federal, del Secretario de Salud Hugo López-Gatell y el presidente Andrés Manuel López Obrador. Mientras, López Obrador mordía cachetes de niñas, hacía mítines con cientos de personas repartiendo besos y abrazos, el 22 de marzo, cuando la movilidad llegaba a su punto más bajo, López Obrador aparecía en televisión desde un restaurante diciendo a la gente que "no dejen de salir". Fue solamente hasta el 27 de marzo que se dijo oficialmente: "quédate en casa"

En otras naciones, en las que el manejo de la pandemia es exitoso y se ha logrado reducir los contagios y, por lo tanto, se ha evitado miles de muertes, se logró mediante medidas estrictas de control impuestas a la sociedad por el gobierno y la aplicación de toda su estructura, y no solamente la de los instrumentos de coerción, sino la sanitaria y la administrativa, abocados a controlar una pandemia en defensa de sus pueblos, el llamado martillo que logra el aplanamiento de la curva en dos o tres semanas, y/o la aplicación masiva de pruebas, seguimiento de las mismas, control y combate estricto de las cadenas de contagio, y la inversión sin miramientos de recursos para estas mismas pruebas, medicamentos, instalaciones hospitalarias, contratación y preparación de personal, ayudas en especie y monetario a las familias para que aguanten el confinamiento, y el ejemplo y la seriedad de las autoridades sanitarias y los gobernantes. Nada de esto se está aplicando en México y acabo de explicar que esto no es un error, ni se debe a falta de experiencia comprensibles e inocentes. Son omisiones imperdonables que han costado, ya lo dije también, miles de vidas de mexicanos.

Así, el principal problema es que tenemos un gobierno reducido a la voluntad de un personaje, quien, además, es ignorante, necio y soberbio, de manera que el pueblo y todos los demás actores sociales, que pudieran circunstancialmente ayudar que las acciones de gobierno mejoren, se han visto reducidos por el mismo gobierno a la nada efectiva y cuando han intentado levantar, ya no la voz si ni siquiera la mirada, son amenazados, perseguidos, juzgados, condenados y castigados por el mismo presidente y su coro de seguidores.

De este modo, todas esas experiencias que ya existen, las que se van presentando y las que vayan a surgir, y que se podrían aplicar en nuestro país para salvar vidas, aunque ya sean muchas las muertes que nos hayan costado, puesto que pueden ser muchas más, nunca será demasiado tarde para corregir, exigen como condición que corrija el Presidente y toda su llamada "4T", o bien que les quitemos la batuta del asunto y pongamos a gente más preparada, pero sobre todo más dispuesta y más noble, menos preocupada en las encuestas de opinión y más en salvar vidas, a manejar las políticas de salud en México. No hacerlo nos va a costar muchas más vidas de las que ya costó.

  • Etiquetas:

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más

FOTOGALERÍAS