MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El gobierno autocrático de López Obrador ya se va ¡y Antorcha se queda!

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El Movimiento Antorchista en Ixtapaluca mostró capacidad de convocatoria al reunir a 15 mil vecinos en el aniversario de la emblemática colonia Citlalmina, del Estado de México, los cuales fueron sólo una representación de su vigente capacidad de movilización, pues reventaron el lugar donde se realizó dicha reunión.

La organización, a la que los gobiernos locales, estatales y federales han querido liquidar desde su nacimiento, en 1974, pero una y otra vez ha demostrado que está viva y que tiene simpatizantes a los que puede convocar para eventos de tipo político.

Y es que reunir a 15 mil personas en un municipio gobernado por Morena, en un estado donde precisamente ese mismo partido ganó recientemente la elección a gobernadora, y bajo el clima de acoso y persecución que ha vivido el antorchismo desde el 2018, hacen que el evento cobre la mayor importancia.

Y es que la gente asistió convencida por el antorchismo y su estructura que está profundamente radicada en las colonias. Asistieron sin recibir ni un solo apoyo, sin ser condicionados, sin promesas y sin compromisos políticos; asistieron para escuchar el mensaje que los dirigentes tenían preparado para ellos.

Caso muy contrario a los convocados por los gobiernos de Morena, donde se ha documentado el acarreo masivo con despensas o condicionados por los “Servidores de la Nación”; en varios casos están hasta sometidos por los mandatos de sus autoridades. Por ejemplo, en el caso de Ixtapaluca, a donde ha venido Delfina Gómez o el propio Marcelo Ebrard, se han dado a conocer en redes capturas de pantalla de la aplicación WhatsApp en las que se ve que prácticamente obligan a los adultos mayores a asistir a sus eventos en “apoyo” del alcalde Felipe Arvizu; invitación que le facilita su hermana, Olivia Arvizu, es la presidenta del DIF, organismo encargado de estos grupos y de las casas del adulto mayor, las cuales fueron construidas por el gobierno Antorchista durante las tres administraciones pasadas.

Este evento lo convocó Antorcha, con sus propios recursos y su capacidad de movilización, lo cual no es nada despreciable. Ningún político de la región ha logrado una aglomeración de tal magnitud, ni siquiera siendo candidatos.

De modo que algo así, una convocatoria social auténtica, bajo el clima liquidacionista de acabar con las organizaciones sociales, que encabeza López Obrador, debe sorprender a propios y extraños. Muy pocos políticos y organizaciones pueden presumir de haber resistido ataques mediáticos sistemáticos, encabezados por el presidente de la república; es decir, el hombre más poderoso de la nación que utilizó sus medios de comunicación, a quienes mantiene con recursos del pueblo, y sus medios jurídicos que ha puesto a trabajar para beneficio de sus propios intereses políticos.

Por ejemplo, en 2020, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) encabezada por Santiago Nieto, un antorchafóbico declarado, le congeló las cuentas a líderes importantes de la organización, como Juan Manuel Celis Aguirre de Puebla y Brasil Acosta Peña del Estado de México, ambos bastiones antorchistas del país. Dicho congelamiento se dio sin explicación legal previa y sólo con el argumento de que Antorcha había recibido “dinero de manera ilegal”. Sin embargo, semanas después, y tras haber rebuscado sin encontrar nada, las cuentas fueron descogelaron, pero el linchamiento mediático había ocurrido.

En 2021, todo el manipulado aparato electoral se concentró en Ixtapaluca y Chimalhuacán para hacer perder a Antorcha las alcaldías que hasta entonces habían sido emblema de desarrollo para la organización. Y lo lograron con todas las trampas que incluyó el turismo electoral, el “embarazo de urnas”, las inconsistencias en los conteos, etcétera, como lo denunció posteriormente el biólogo Jesús Tolentino Román.

Fue entonces que el aparato de Estado, del gobierno de Morena, creyó que había extinguido al antorchismo, que sin las presidencias municipales, ni la asignación de recursos para las colonias populares, ni solución a las demandas, el fuego se había apagado.

Justo en el ocaso del gobierno autocrático de López Obrador, cinco años después del inicio de la represión morenista, el antorchismo tiene el atrevimiento de reunir a 15 mil habitantes de un solo municipio, de Ixtapaluca, dando la señal clara de que Obrador se va, como se han ido otros presidentes, otros gobernadores, pero Antorcha se queda y prende gradualmente con sus líderes y su militancia más fortalecida, con más experiencia y hasta con más convicción.

Eso, ni más ni menos, es la señal que envía el evento de Antorcha en Ixtapaluca.

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